A favor: "Los medios exageran las noticias de Fukushima"

La energía nuclear genera adhesiones y rechazos. Inspirado en postulados ecológicos y pacifistas, el movimiento antinuclear considera que los reactores ponen en peligro la salud de la población y de la naturaleza. En la vereda del frente, los técnicos y científicos involucrados en el desarrollo de este tipo de energía defienden su seguridad y utilidad. A continuación, LA GACETA presenta una muestra de ambos discursos. Un ingeniero nuclear asegura que la población japonesa no corre riesgos de magnitud apocalíptica.

LAS ATUCHA. Imagen aérea de las plantas ubicadas en Zárate (Buenos Aires). ZEAN-RENOVABLES.BLOGSPOT LAS ATUCHA. Imagen aérea de las plantas ubicadas en Zárate (Buenos Aires). ZEAN-RENOVABLES.BLOGSPOT
20 Marzo 2011
Leonardo Ruspini, ingeniero nuclear bonaerense, está convencido de que no hay correlación entre la cobertura mediática de la crisis en la central de Fukushima Daiichi y las medidas que en los últimos ocho días ha adoptado el Gobierno japonés. "Uno lee ?apocalipsis nuclear? y, sin embargo, no encuentra ni una decena de personas fallecidas por efecto de la radioactividad. Los medios exageran las noticias y crean un clima de psicosis muy dañino", advierte Ruspini, que se graduó en el prestigioso Instituto Balseiro (San Carlos de Bariloche).

Desde Trondheim (Noruega), donde cursa un doctorado, el profesional explica a LA GACETA que las autoridades japonesas han tomado todas las precauciones previstas en los protocolos internacionales sobre seguridad nuclear (evacuación, monitoreo permanente de los niveles de radiación y distribución de yodo) y que, por ende, ha disminuido el peligro para la población.

"No porque haya radiación en el ambiente habrá perjuicios para los ciudadanos. El martes, la dosis de radioactividad calculada por las autoridades era irrelevante. En este momento, aunque la dosis aumente, el daño masivo no tendrá lugar porque la zona está despejada. El máximo riesgo lo corre la gente que trabaja en Fukushima", afirma Ruspini, que añade que esos operarios están preparados para la tarea que desempeñan y que son sometidos a un exigente procedimiento de control.

Si bien no se define a sí mismo como fanático de lo nuclear -y critica la política estadounidense en materia de control de plantas y de proliferación de armas atómicas-, considera que la sociedad debe interiorizarse mejor sobre el significado amplio de esta palabra, que también incluye un campo amplio de aplicación en el ámbito de la medicina. Ruspini expresa con desconcierto: "no entiendo la oposición automática. Tampoco es tan fácil usar un reactor que produce electricidad para enriquecer uranio con fines armamentísticos. Por el contrario, la industria nuclear lleva más de medio siglo de trabajo en sistemas de seguridad muy rigurosos. Hoy por hoy, un reactor requiere certificación internacional. No cualquiera puede construirlo".

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