Borges y Martínez se escudaron en el silencio

Mientras la pareja detenida por el crimen de Pablo Aiziczon se abstuvo de declarar, los investigadores buscan más pruebas en su contra. "Queremos que las cosas se aclaren. Con detenerlos no alcanza", advirtió Paola Aiziczon, hermana de la víctima. Rastros y versiones.

EN LA MADERA. Los peritos toman las muestras de sangre que había en el placar que Borges intentaba sacar de su casa la noche de la detención. LA GACETA / ANTONIO FERRONI EN LA MADERA. Los peritos toman las muestras de sangre que había en el placar que Borges intentaba sacar de su casa la noche de la detención. LA GACETA / ANTONIO FERRONI
28 Marzo 2011
Borrar todo rastro posible que los comprometiera. Esa parece haber sido la consigna que siguieron Jorge Luis Borges y Linda Vanesa Martínez después del homicidio de Pablo Alberto Aiziczon, según los investigadores. Ahora, la tarea de la Policía está centrada en establecer qué pasó entre el lunes a la siesta y el sábado a la madrugada, cuando la pareja fue detenida. Ayer, los sospechosos fueron llevados ante el fiscal de Instrucción, Carlos Albaca. Escucharon las imputaciones. Pero optaron por no dar su versión.

Aiziczon salió de la casa de su madre, en Yerba Buena, el lunes a las 14.30. Trabajaba como profesor de tenis en el club Unidad Sionista. Allí tenía clases ese día, pero jamás llegó. Dos días después, lo encontraron sin vida en el asiento trasero de su auto. Alguien había dejado el vehículo en un pasaje sin nombre del barrio Horco Molle.

El apellido Borges y el nombre de una tal "Claudia" (que sería Martínez) llegaron a los oídos de los investigadores gracias a averiguaciones que realizó el hermano de la víctima, Fernando Aiziczon. Desde el miércoles a la noche, personal la División Homicidios y Delitos Complejos , a cargo de los comisarios Hugo Cabeza y Miguel Gómez, custodió la casa donde residían los sospechosos, en el pasaje Ignacio Bass al 4.400 de barrio Ciudad Parque. Y la planificada espera dio sus frutos.

Según los vecinos, desde hace varios días que la pareja no regresaba al domicilio. Todo indica que su plan eran abandonar para siempre el vecindario. El viernes, pasadas las 23, Borges detuvo un taxi en General Paz y avenida Sáenz Peña. Le indicó al chofer que lo llevara hasta avenida Jujuy al 1.700, donde descendió unos minutos. Luego, lo orientó para llegar hasta el pasaje Bass.

Linda Martínez (no Lidia, como se consignó ayer) había llegado a ese lugar cerca de las 23.40. Cerca de la medianoche llegó Borges. Durante unos 40 minutos, el taxi esperó en la puerta. Borges y Martínez cargaron en el baúl del auto un placar desarmado. Luego, el hombre volvió a subir al taxi y le indicó al chofer que regresaran a avenida Jujuy al 1.700. A una cuadra fue detenido. El taxímetro marcaba unos $ 50, por lo que se cree que el conductor sólo hacía su trabajo.

Martínez estaba dentro de la casa cuando entró la Policía. Allí, se encontraron rastros de sangre y una raqueta de tenis que habría pertenecido a Aiziczon. Dentro del Suzuki Swift de la víctima, la Policía encontró otros elementos que podrían vincular a los sospechosos. Pero hay una pista que no esperaban: Borges tenía quemaduras en el rostro y en las manos.

Como el asesino intentó incendiar el auto con el cuerpo del profesor de tenis adentro para borrar todos los rastros, consideran que esta evidencia es clave.

Los investigadores no sólo esperan que los cotejos de las muestras de ADN que pudieron extraer del vehículo comprometan a la pareja detenida, sino que no tienen dudas que las quemaduras de Borges se produjeron al intentar prender fuego al vehículo.

Informes genéticos

El sábado al mediodía, pocas horas después de su detención, los sospechosos fueron llevados hasta la División Criminalística, donde les extrajeron muestras para cotejarlas genéticamente con otras encontradas en el auto y en la vivienda del barrio Ciudad Parque. Esta semana estarían los resultados de esas pericias.

Ayer a las 10, Borges y Martínez fueron llevados a la sede penal de Tribunales. Según fuentes judiciales, los acusados se abstuvieron de declarar. Luego volvieron a sus lugares de detención (Borges está alojado en la División Homicidios y Delitos Complejos; Martínez, en la Comisaría de la Mujer).

Mientras tanto, los familiares de Aiziczon afirmaron que no se van a conformar con los operativos que realizó la Policía hasta ahora. "Queremos que las cosas se aclaren. Con detenerlos no alcanza. Estamos todos involucrados en esto, y queremos que se sepa qué pasó, cómo pasó y por qué pasó esta desgracia", afirmó Paola Aiziczon.

Al fiscal le queda la misión de atar todos los cabos sueltos para responder a las preguntas de la familia. Esta semana, el cotejo de ADN dirá, en definitiva, si Aiziczon fue asesinado en la prefabricada del barrio Ciudad Parque.

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