29 Marzo 2011
"Para mí, Pérez quería ocupar el lugar del juez"
La madre de Ema Gómez pidió que durante la audiencia se esclareciera lo sucedido, por la memoria de la víctima y por sus familiares. La mujer incurrió en varias contradicciones durante su alocución. Pero no dudó al afirmar que el ex policía Fabersani había pretendido intimidarlos antes del debate.
MUY SEGURA. Griselda Rojo de Gómez ponderó las actitudes que el juez había tenido para con ella y su esposo. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
"A mí me duele mucho estar sentada acá. Yo formé una familia con valor y humildad, y nunca pensé pasar por una situación así. Confío en la Justicia Divina y en ustedes. Dios quiera que este juicio sirva para aclarar todo. Por la memoria del juez (Héctor Agustín) Aráoz y por su familia". Griselda Antonia Rojo de Gómez, madre de la imputada Ema Hortensia Gómez, se paró ante Pedro Roldán Vázquez, Carlos Norry y Emilio Páez de la Torre, logró articular un par de frases y luego estalló en llanto.
Un silencio sepulcral se apoderó de la sala. Todos los presentes clavaron la mirada en la señora de blonda y larga cabellera. Mario Mirra, abogado defensor de Gómez, se puso serio. La fiscala, Juana Prieto de Sólimo, movió la cabeza varias veces hacia ambos lados.
Gómez está acusada, junto a Alejandro Darío Pérez, de haber matado al juez Aráoz. El titular del Juzgado de Menores Nº I recibió 10 balazos en su casa de avenida Aconquija 2.950, el 26 de noviembre de 2004.
Uno de los momentos más tensos de la jornada fue cuando Rojo de Gómez apuntó sus dardos contra Andrés Fabersani. "Señor juez, yo le quiero decir que Fabersani fue a mi casa, antes del juicio, para tratar de intimidarnos", comenzó su relato. "Con esa mirada penetrante que tiene, me dijo que le avisara a mi hija que no se le ocurra hablar. Yo tuve una crisis de nervios y le di el número de teléfono de nuestro abogado. Fue un momento muy duro para mi familia. Hicimos la denuncia porque nuestros vecinos nos habían dicho que unos hombres andaban rondando nuestra casa y teníamos mucho miedo", añadió.
Según la madre de la ex policía, la relación que mantuvieron Gómez y Aráoz era muy fuerte. "Ella lo amaba mucho al juez. Yo, a mi esposo, le decía que era imposible que Ema se hubiera enamorado de esa manera", afirmó Rojo de Gómez. Además, la mujer reveló detalles de los momentos que compartió junto a su esposo, su hija y el juez de Menores. "Le tuve mucho cariño al juez. Varias veces salimos a comer y a bailar. Era muy buena la relación que teníamos; parecíamos una gran familia", expresó.
Pero la mujer no pudo dar demasiados detalles de la relación de su hija con Pérez. "Lo único que sabía era que él tenía un remise y que, por orden del juez, se encargaba de llevarla y traerla a mi hija. Por lo que me contó Ema eran sólo compañeros de trabajo. Pero, para mí, él quería ocupar el lugar que había dejado el juez cuando se separó de mi hija", explicó.
Durante su declaración, Rojo de Gómez cayó varias veces en contradicciones. Pero se escudó en que no podía recordar las cosas de manera tan exacta. "Disculpe señor, no soy buena recordando fechas y horas; por eso es que me equivoco".
El día antes al crimen del juez, Pérez llevó a Gómez hasta su casa, ubicada en el barrio Jorge Flores, de Bella Vista. Según la versión de la mujer, su hija fue hacia su habitación, mientras que Pérez se quedó en el living dialogando con su esposo. "No presté atención sobre lo que hablaban, ni tampoco le pregunté nada a mi esposo", declaró. Además, afirmó que no la notó bien de ánimo a su hija. "Cuando Pérez se fue, la noté preocupada y con los ojos llorosos, pero no me dijo qué le pasaba".
A lo largo de su relato, la madre de Gómez no logró rearmar con exactitud lo que había ocurrido durante la jornada en la que mataron al juez. Ante la insistencia de la fiscala sobre si había mantenido una charla telefónica con su hija, la mujer afirmó que fue ella quien llamó. "Yo la llamé como a las 20 de ese día y la noté bien. En ningún momento la percibí nerviosa", finalizó.
La audiencia continuará hoy a las 9 y se espera que declaren al menos tres testigos, entre ellos un policía, ex novio de Gómez.
Un silencio sepulcral se apoderó de la sala. Todos los presentes clavaron la mirada en la señora de blonda y larga cabellera. Mario Mirra, abogado defensor de Gómez, se puso serio. La fiscala, Juana Prieto de Sólimo, movió la cabeza varias veces hacia ambos lados.
Gómez está acusada, junto a Alejandro Darío Pérez, de haber matado al juez Aráoz. El titular del Juzgado de Menores Nº I recibió 10 balazos en su casa de avenida Aconquija 2.950, el 26 de noviembre de 2004.
Uno de los momentos más tensos de la jornada fue cuando Rojo de Gómez apuntó sus dardos contra Andrés Fabersani. "Señor juez, yo le quiero decir que Fabersani fue a mi casa, antes del juicio, para tratar de intimidarnos", comenzó su relato. "Con esa mirada penetrante que tiene, me dijo que le avisara a mi hija que no se le ocurra hablar. Yo tuve una crisis de nervios y le di el número de teléfono de nuestro abogado. Fue un momento muy duro para mi familia. Hicimos la denuncia porque nuestros vecinos nos habían dicho que unos hombres andaban rondando nuestra casa y teníamos mucho miedo", añadió.
Según la madre de la ex policía, la relación que mantuvieron Gómez y Aráoz era muy fuerte. "Ella lo amaba mucho al juez. Yo, a mi esposo, le decía que era imposible que Ema se hubiera enamorado de esa manera", afirmó Rojo de Gómez. Además, la mujer reveló detalles de los momentos que compartió junto a su esposo, su hija y el juez de Menores. "Le tuve mucho cariño al juez. Varias veces salimos a comer y a bailar. Era muy buena la relación que teníamos; parecíamos una gran familia", expresó.
Pero la mujer no pudo dar demasiados detalles de la relación de su hija con Pérez. "Lo único que sabía era que él tenía un remise y que, por orden del juez, se encargaba de llevarla y traerla a mi hija. Por lo que me contó Ema eran sólo compañeros de trabajo. Pero, para mí, él quería ocupar el lugar que había dejado el juez cuando se separó de mi hija", explicó.
Durante su declaración, Rojo de Gómez cayó varias veces en contradicciones. Pero se escudó en que no podía recordar las cosas de manera tan exacta. "Disculpe señor, no soy buena recordando fechas y horas; por eso es que me equivoco".
El día antes al crimen del juez, Pérez llevó a Gómez hasta su casa, ubicada en el barrio Jorge Flores, de Bella Vista. Según la versión de la mujer, su hija fue hacia su habitación, mientras que Pérez se quedó en el living dialogando con su esposo. "No presté atención sobre lo que hablaban, ni tampoco le pregunté nada a mi esposo", declaró. Además, afirmó que no la notó bien de ánimo a su hija. "Cuando Pérez se fue, la noté preocupada y con los ojos llorosos, pero no me dijo qué le pasaba".
A lo largo de su relato, la madre de Gómez no logró rearmar con exactitud lo que había ocurrido durante la jornada en la que mataron al juez. Ante la insistencia de la fiscala sobre si había mantenido una charla telefónica con su hija, la mujer afirmó que fue ella quien llamó. "Yo la llamé como a las 20 de ese día y la noté bien. En ningún momento la percibí nerviosa", finalizó.
La audiencia continuará hoy a las 9 y se espera que declaren al menos tres testigos, entre ellos un policía, ex novio de Gómez.