Por Carlos Páez de la Torre H
26 Octubre 2011
Con el título "Memorias de un pobre diablo", se publicaron en 1983 los interesantísimos recuerdos del tucumano Electo Urquizo (1847-1919), oriundo de Monteros, que de niño muy pobre pasó a comerciante opulento. He podido conocer escritos que no constan en esa edición, por gentileza de Tulio Santiago Ottonello. Elijo uno al azar.
Cuenta Urquizo que, en 1857, un rico tropero de carretas, Pedro Correa, estaba en Monteros de paso con su tropa para Buenos Aires, y fue a visitar a don Telésforo García, el patrón de Urquizo. Cuando la conversación recayó en las novedades que ocurrían en Buenos Aires, don Telésforo mostró a Correa un artículo de Héctor Varela en el diario porteño "La Tribuna". Narraba que en 25 minutos se cubría el trayecto desde Plaza del Parque (hoy Lavalle) hasta Floresta, en el tren que acaba de inaugurarse.
El articulista Varela, entusiasmado, profetizaba que "dentro de veinte años, se podrá ir a Tucumán en cuatro días". Al oír esto, Correa se enfureció. "¡Ese escribidor es un palangana, un botarate, un animal que no sabe lo que escribe, ni lo que habla; yo tengo 500 bueyes escalonados entre Santiago, Córdoba y Santa Fe, y el viaje más rápido que he hecho desde 1825 hasta hoy, 1857, ha sido de 50 días, desde el bajo de Retiro hasta el bajo de la Chacarita en Tucumán!".
La profecía de Varela era cierta: diecinueve años más tarde, en 1876, el ferrocarril haría su entrada triunfal en la ciudad de Tucumán. Comenta Urquizo que él, que tenía 10 años entonces, escuchaba a Correa con fervor: "aquel hombre tan rico, decía para mis adentros, debía tener razón, porque los pobres siempre creemos que cualquier rebuzno que larga un hombre con plata son razones verdaderas".
Cuenta Urquizo que, en 1857, un rico tropero de carretas, Pedro Correa, estaba en Monteros de paso con su tropa para Buenos Aires, y fue a visitar a don Telésforo García, el patrón de Urquizo. Cuando la conversación recayó en las novedades que ocurrían en Buenos Aires, don Telésforo mostró a Correa un artículo de Héctor Varela en el diario porteño "La Tribuna". Narraba que en 25 minutos se cubría el trayecto desde Plaza del Parque (hoy Lavalle) hasta Floresta, en el tren que acaba de inaugurarse.
El articulista Varela, entusiasmado, profetizaba que "dentro de veinte años, se podrá ir a Tucumán en cuatro días". Al oír esto, Correa se enfureció. "¡Ese escribidor es un palangana, un botarate, un animal que no sabe lo que escribe, ni lo que habla; yo tengo 500 bueyes escalonados entre Santiago, Córdoba y Santa Fe, y el viaje más rápido que he hecho desde 1825 hasta hoy, 1857, ha sido de 50 días, desde el bajo de Retiro hasta el bajo de la Chacarita en Tucumán!".
La profecía de Varela era cierta: diecinueve años más tarde, en 1876, el ferrocarril haría su entrada triunfal en la ciudad de Tucumán. Comenta Urquizo que él, que tenía 10 años entonces, escuchaba a Correa con fervor: "aquel hombre tan rico, decía para mis adentros, debía tener razón, porque los pobres siempre creemos que cualquier rebuzno que larga un hombre con plata son razones verdaderas".























