"Siento dolor e impotencia", dijo un familiar del joven baleado en Villa 9 de Julio

El círculo íntimo de Mauro Iván Senneke expresó su dolor a través de Facebook.

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11 Noviembre 2011
Dolor y angustia es lo que transmiten en cada palabra. El círculo íntimo de Mauro Iván Senneke, el joven de 19 años que murió al recibir un disparo en la cabeza al resistirse al robo de su mochila, no ocultó su congoja y expresó a través de las redes sociales. Osvaldo Carabajal, quien sería tío de la víctima, le dedicó unas palabras de despedida en su muro de Facebook.

"Querido sobrino, recién me entero que no estás entre nosotros. Siento mucho tu pérdida, porque últimamente nos habíamos hecho amigos. No tengo palabras, sólo un profundo dolor y un sentimiento de impotencia. Seguro que Dios ya te tiene en su gloria ¡Te voy a extrañar mucho!", manifestó. Además aprovechó para saludar a la familia: "sé que la pérdida de un hijo es lo peor que a uno le puede pasar".

De igual manera Pablo Senneke, pariente del joven que vive en Alemania, volcó en la red social los penosos sentimientos que lo invaden. "¡Dolor; impotencia; frustración; lágrimas! Mi sobrino fue asesinado a quemarropa y no tengo palabras para describir la tristeza y el dolor que me ahogan. Y desde la distancia se sufre más, el dolor es más hondo, la impotencia más grande y no hay consuelo. Les pido a todos los que lean esto, una oración en su memoria. Era un buen chico y no se merecía esto".

Las palabras de su novia
Según había publicado Mauro en su cuenta de Facebook, estaba de novio. Unas horas antes del terrible desenlace, ella escribió unas conmovedoras palabras para darle aliento. "Mi amor, mi chancho, estoy aquí con vos. Fuerzas amor, tenés mucho para dar. Sé que sos más fuerte que nadie. Aquí todos estamos rezando y dando todo lo nuestro para que salgas adelante. Sabés que te amo y quiero que estés a mi lado y al lado de toda tu familia y amigos", expresó su novia.

Mauro charlaba con una amiga en Rivadavia y Delfín Gallo, a 50 metros de su casa, minutos antes de la medianoche, cuando fueron abordados por dos hombres. El joven se resistió a entregar su mochila, forcejeó con los delincuentes, que le dispararon a quemarropa. LA GACETA ©

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