Advierten sobre un severo daño institucional

Por primera vez en la historia argentina, un vicepresidente de la Nación denuncia a un procurador general, por "tráfico de influencias". Es el mismo cargo por el cual la Justicia Federal investiga a Boudou, porque habría actuado a favor para que un empresario amigo se quede con la ex imprenta Ciccone Calcográfica, con capacidad para fabricar papel moneda

10 Abril 2012
BUENOS AIRES.- El paso político que dio Amado Boudou, puede generar un importante daño institucional, porque es la primera vez, en la historia argentina, que un vicepresidente denuncia por tráfico de influencias a un procurador General de la Nación. Esa es la conclusión a la que arribaron analistas y abogados constitucionalistas.

Finalmente, el vicepresidente denunció ayer ante la Justicia federal al estudio que perteneció al actual procurador General de la Nación, Esteban Righi, por supuesto "tráfico de influencias", y al titular de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, por un presunto "intento de soborno", tal como había dicho la semana durante una exposición ante la prensa en el Senado.

Fuentes judiciales informaron que la denuncia fue firmada por el propio Boudou y su abogado, Eduardo Durañona, en la que no se aportaron nuevos detalles o nombres a lo que había dicho el vicepresidente el jueves pasado.

La presentación quedó radicada ante el juez federal Ariel Lijo, con la intervención del fiscal Jorge Di Lello, quien se encuentra de licencia hasta el viernes y es reemplazado por su par Gerardo Pollicita.

El magistrado notificará hoy a Boudou que debe ratificar la denuncia, pero que por ser vicepresidente no tiene la obligación de hacerlo personalmente, sino que puede cumplir el trámite a través de un escrito. Cuando se cumpla ese trámite, el juez le pasará la denuncia al fiscal para que resuelva si impulsa la investigación.

Cabe recordar que Boudou denunció el jueves pasado, un día después de que fuera allanado un departamento de su propiedad, que del estudio "García, Labat, Musso y Righi", lo fueron a ver en 2010, cuando era director de la Anses, para ofrecerles sus servicios para "tener llegada" a los jueces federales. "Cuando yo era director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) me vinieron a ver del estudio de abogados 'García, Labat, Musso y Righi' a mi despacho, para decirme que yo era nuevito, que no entendía cómo funcionaba esto. Que yo tenía que tener buenos lazos con Comodoro Py (tribunales federales). Que era muy importante desarrollar esa relación. Yo, es verdad, era nuevito y nunca me imaginé que tenía que tener lazos con la Justicia", dijo Boudou. En el estudio están actualmente el hijo de Righi, Federico Righi, y sus colegas Fabián Musso, Ana García (mujer del procurador) y María José Labat (esposa del ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro). En tanto, Righi regresó ayer de Nueva York, donde pasó el fin de semana de Pascuas, y allegados señalaron que "no iba a contestarle a Boudou".

Poner un número

Sobre Gabbi, el vicepresidente había dicho que el empresario lo fue a ver en marzo del año pasado, cuando era ministro de Economía, y le "pidió un soborno" para frenar una ofensiva en su contra de parte de la empresa Boldt, la que disputaba el control de la ex Ciccone.

"Gabbi me pidió una entrevista el 3 de marzo de 2011. Y me expresó que estaba muy asustado y preocupado por mí, que Tabanelli (Eduardo, vicepresidente de Boldt) me iba a destruir, pero que yo podía arreglar. Que lo único que tenía que hacer era 'ponerle un número'. Que él viajaba a Punta del Este y se iba a encontrar seguramente con Tabanelli e iba a poder, porque era una persona de códigos, encontrar un número y solucionar este problema", contó Boudou. Y concluyó: "El 11 de marzo de 2011 volvió Adelmo y yo le dije que no había número, que no quería escucharlo y que estas cuestiones de mafiosos las arreglaran en otro ámbito". (DyN)

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