La mirada de género es clave para lograr una urbe más segura

Natalia Czytajlo destaca que un gran número de mujeres de barrios periféricos se convirtieron en artífices del cambio social en Tucumán.

08 Junio 2012
"Vamos elaborando proyectos, que también hemos aprendido a hacer; gestionando con Nación y con Provincia no solo planes de alimentación, sino capacitación en violencia, nutrición, desarrollo infantil; buscando recursos (...) Articulando con los CAPS, pero siempre dejando en claro al técnico que se acerca que nosotras también tenemos saberes y que desde nuestra experiencia les podemos enseñar". Esta es una de las muchísimas respuestas que recibieron los investigadores del Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales a las encuestas que aplicaron. Y podría considerarse una respuesta revolucionaria. Está registrada en el libro "Estrategias de mujeres y nuevas territorialidades en contextos de globalización", de la doctora arquitecta Natalia Czytajlo, y da cuenta de cómo Tucumán está empezando a cambiar. Falta mucho, es verdad, pero las cosas se están moviendo.

"El objetivo es lograr estrategias urbanas sustentables y ciudades seguras, y estamos convencidas de que eso solo será posible si se incluye en el proceso una mirada de género", dijo la doctora Czytajlo en una entrevista con LA GACETA, en la que contó experiencias realizadas en los barrios Alberdi Norte y Juan Pablo II. Allí -como en muchos otros lugares-, las mujeres, en muchos casos jefas de hogar (cerca del 60% en los barrios periféricos) debieron transformarse en protagonistas cuando la precarización laboral de la década del 90 y la crisis iniciada en diciembre de 2001 las enfrentaron con el hambre de sus hijos.

Se organizaron; y si bien muchas de las acciones emprendidas mantuvieron su relación tradicional con el rol "madre", significaron la gestión de nuevos lazos y redes que permitieron la formación de organizaciones, la articulación de tareas, la participación activa y financiamiento, incluso internacional. Eso permitió un desplazamiento de las acciones desde lo puramente "maternal" hacia, por ejemplo, la capacitación personal y la pelea por conseguir mejoras en los barios donde viven.

Las mujeres logran, cada día más, hacerse oír. Descubren que son "capaces". Logran generar nuevos espacios ( "espacios entre" lo público y lo privado, entre lo reproductivo-tradicional y lo productivo) y se reapropian de muchos que habían sido abandonados. Todo esto implica una transformación de lo público y, también, una modificación de las relaciones dentro de la casa.

"Es fundamental -añadió Czytajlo- volver más visible el papel de las mujeres, especialmente la manera como participan en el desarrollo de los asentamientos humanos".

Y los datos parecen indicar que se avanza, lentamente, es cierto, pero se avanza hacia allí.

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