Los violentos nunca faltan

Al menos 25 personas resultaron heridas.

BRUTAL ATAQUE. Un empleado de seguridad del millonario es duramente castigado por los barras xeneizes. BRUTAL ATAQUE. Un empleado de seguridad del "millonario" es duramente castigado por los barras "xeneizes".
29 Octubre 2012
BUENOS AIRES.- Desde muy temprano las autoridades se mostraban complacidas porque le habían negado el acceso a Mauro Martín, líder de la barra de Boca, al Monumental. Pero con el correr de las horas, comenzaron a conocerse los detalles de una tarde violenta que dejó un saldo de al menos 25 personas heridas.

La lista de lastimados está integrada por una decena de policías y siete empleados de la empresa de seguridad que brinda servicios en el estadio de River. Según se informó, todos ellos resultaron heridos al enfrentarse con simpatizantes "xeneizes".

La situación más insólita se vivió en la tribuna de la hinchada visitante. Allí fueron salvajemente agredidos dos empleados de seguridad porque, de acuerdo las versiones que circulaban anoche, uno de ellos había festejado el gol de River y fue agredido salvajemente. Un compañero quiso defenderlo, pero también recibió fuerte castigo.

"Poco antes de que terminara el partido, simpatizantes de Boca agredieron a la seguridad privada sólo porque River metió el segundo gol", declaró el subsecretario de Políticas de Seguridad, Darío Ruiz. A raíz de ese hecho comenzaron a circular varias versiones sobre su estado de salud. Algunos medios informaron que habían fallecido y otros, que estaban graves. Sin embargo, todo se aclaró cuando Ignacio Calo, gerente de la empresa, explicó que habían sido empujados por las escaleras y que sólo habían sufrido heridas leves.

El caso más grave fue el de un joven que sufrió un paro cardiorespiratorio y fue el único que quedó internado. Por el momento se desconoce en qué circunstancias sufrió la descompensación.

Por otra parte, hinchas de River arrojaron piedras y objetos contundentes a los seguidores de Boca cuando se retiraban del estadio y se registraron algunos disturbios en los alrededores. Milagrosamente no pasó nada grave. (Especial)

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