24 Enero 2013
ALEJADOS. "Gran Bretaña y Europa", reza la leyenda escrita detrás de David Cameron, en su discurso de ayer. REUTERS
LONDRES.- El primer ministro británico, David Cameron, comenzó ayer su campaña para la reelección en 2015, con un fuerte anuncio: si los ciudadanos le renuevan su mandato, convocará un referendo antes de 2017 para que decidan si desean o no seguir en la Unión Europea (UE).
Su discurso fue pospuesto la semana pasada por la crisis de los rehenes en Argelia. Ayer habló desde la sede central de la financiera multinacional Bloomberg, frente a la fuerte presión para abandonar el bloque por los problemas económicos continentales. "La desilusión pública con la UE se encuentra en su máximo histórico", admitió.
Sin embargo, y para calmar el plano internacional, se mostró partidario de no abandonar la UE, pero le reclamó que sea más abierta, justa, democrática y flexible y que firme un nuevo acuerdo con Londres sobre el presupuesto anual que aporta al bloque, que le permita recuperar el poder de proteger al sector bancario y mercantil londinense. Muchas exigencias serán muy difíciles de aceptar en Bruselas, en especial la devolución de competencias a nivel nacional.
"Nunca quise izar el puente levadizo y retirarnos del mundo. Quiero que la UE sea un éxito, y quiero una relación que nos mantenga dentro. Si la dejamos, será un viaje de ida y sin retorno. Las decisiones de la UE seguirán teniendo un profundo efecto en nuestro país, pero habremos perdido todos los vetos que nos queden y nuestra voz en esas decisiones", alertó.
El premier aclaró que sería un error convocar de inmediato al referendo, porque se está delineando un nuevo bloque ante la crisis de deuda en la eurozona (a la que Gran Bretaña no pertenece). Anticipó que su Partido Conservador hará campaña en las elecciones legislativas con la promesa de "negociar un nuevo acuerdo con nuestros socios europeos"; luego de conseguido, se convocará al plebiscito en la primera parte del futuro período.
"Existe un signo de pregunta sobre el papel de Reino Unido en la UE, e ignorarlo no hará que desaparezca. Es necesario enfrentar esta cuestión con la cabeza fría", dijo, para después elogiar las ventajas que ofrece el mercado único y la influencia internacional que le da a su país.
La propuesta le sumará puntos entre el ala más derechista de su partido, pero no entre los liberales demócratas, aliados del Gobierno, que son proeuropeos. El líder de esta formación y viceprimer ministro, Nick Clegg, advirtió que la idea perjudicará a la economía británica. El opositor laborista, Ed Miliband, afirmó que Cameron es un primer ministro débil, que le tiene miedo a su propio partido, donde crecen los euroescépticos.
Una encuesta de la consultora YouGov, arrojó que, en la actualidad, el 40% de los consultados elegiría quedarse en la UE; el 34%, abandonarla; y un determinante 20% no tiene definida su posición. (DPA-Télam-Reuters)
Su discurso fue pospuesto la semana pasada por la crisis de los rehenes en Argelia. Ayer habló desde la sede central de la financiera multinacional Bloomberg, frente a la fuerte presión para abandonar el bloque por los problemas económicos continentales. "La desilusión pública con la UE se encuentra en su máximo histórico", admitió.
Sin embargo, y para calmar el plano internacional, se mostró partidario de no abandonar la UE, pero le reclamó que sea más abierta, justa, democrática y flexible y que firme un nuevo acuerdo con Londres sobre el presupuesto anual que aporta al bloque, que le permita recuperar el poder de proteger al sector bancario y mercantil londinense. Muchas exigencias serán muy difíciles de aceptar en Bruselas, en especial la devolución de competencias a nivel nacional.
"Nunca quise izar el puente levadizo y retirarnos del mundo. Quiero que la UE sea un éxito, y quiero una relación que nos mantenga dentro. Si la dejamos, será un viaje de ida y sin retorno. Las decisiones de la UE seguirán teniendo un profundo efecto en nuestro país, pero habremos perdido todos los vetos que nos queden y nuestra voz en esas decisiones", alertó.
El premier aclaró que sería un error convocar de inmediato al referendo, porque se está delineando un nuevo bloque ante la crisis de deuda en la eurozona (a la que Gran Bretaña no pertenece). Anticipó que su Partido Conservador hará campaña en las elecciones legislativas con la promesa de "negociar un nuevo acuerdo con nuestros socios europeos"; luego de conseguido, se convocará al plebiscito en la primera parte del futuro período.
"Existe un signo de pregunta sobre el papel de Reino Unido en la UE, e ignorarlo no hará que desaparezca. Es necesario enfrentar esta cuestión con la cabeza fría", dijo, para después elogiar las ventajas que ofrece el mercado único y la influencia internacional que le da a su país.
La propuesta le sumará puntos entre el ala más derechista de su partido, pero no entre los liberales demócratas, aliados del Gobierno, que son proeuropeos. El líder de esta formación y viceprimer ministro, Nick Clegg, advirtió que la idea perjudicará a la economía británica. El opositor laborista, Ed Miliband, afirmó que Cameron es un primer ministro débil, que le tiene miedo a su propio partido, donde crecen los euroescépticos.
Una encuesta de la consultora YouGov, arrojó que, en la actualidad, el 40% de los consultados elegiría quedarse en la UE; el 34%, abandonarla; y un determinante 20% no tiene definida su posición. (DPA-Télam-Reuters)
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