Un lugar para el reposo de viajeros del virreinato

LA GACETA continúa con la entrega de las publicaciones que dan cuenta de la situación de distintas comunas del interior de la provincia. En este caso, se muestran la más grande y la más pequeña de Leales: Santa Rosa de Leales y Las Talas, respectivamente. Sobresalen el supuesto recorrido de parte del Camino Real y la falta de trabajo genuino.

BAUTISMO. Los alumnos de la escuela primaria Arsenio Granillo llamaron Camino del Perú a la calle principal de Las Talas, por donde pasaba el Camino Real. LA GACETA/ FOTO DE ANALÍA JARAMILLO. BAUTISMO. Los alumnos de la escuela primaria Arsenio Granillo llamaron "Camino del Perú" a la calle principal de Las Talas, por donde pasaba el Camino Real. LA GACETA/ FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.
27 Enero 2013
El pueblo de Las Talas encerraría una fuerte paradoja: transita una vida plebeya pese a que, supuestamente, lo atraviesa el antiguo Camino Real. Según los vecinos, durante siglos, esa localidad habría servido para el descanso de los viajeros que se dirigían del virreinato del Río de la Plata hasta el del Perú, o viceversa. Hoy sólo recorren sus calles -de ripio, en el mejor de los casos- los vehículos de los habitantes de la comuna, o los autos de los corredores del rally Camino del Perú-Bella Vista, que se realiza anualmente.

A unos tres kilómetros del ingreso a la "Ciudad de las Palmeras", sobre la ruta nacional 157, se encuentra la entrada a Las Talas. Semeja el acceso a una finca privada, debido a que el camino se encuentra cercado por unos cañaverales. Tras andar algunos metros se llega al pueblo. El típico cartel indicador de calles anuncia la presencia de la historia: "Camino del Perú".
"Este era la única ruta que tenías de Buenos Aires a Perú: el antiguo Camino Real, que le llamaban. Pasa por Amaicha del Llano, Río Colorado; sale en García Fernández, de ahí va a El Manantial y sigue hacia Tafí Viejo. Eso tenemos nosotros como la historia", cuenta, orgulloso, René "Chichí" Paliza.

Aclara que no es historiador, y lamenta que existan pocos registros que reflejen la importancia histórica de esa vía. "Alguna vez, hace unos años, LA GACETA publicó el tema. Salía un día a la semana; y cada entrega era acompañada por un pedacito del mapa del camino", recuerda Paliza.

En el libro El área jurisdiccional del Tucumán, su representación cartográfica y sus derroteros, de Estela B. de Santamarina, de María Moreno y de Enrique Jesús Setti -editada por la Facultad de Filosofía y Letras- confirma que el Camino Real pasó, cuanto menos, por las cercanías de ese lugar: "El derrotero (del camino) toma luego una dirección Noreste-Sudoeste (...) pasando a dos kilómetros de la actual población de Bella Vista".

Pero ese paraje, que habría servido para que los caminantes recobren fuerzas, fue debilitándose, al tiempo que Bella Vista se desarrollaba a un ritmo por momentos vertiginoso. "Las Talas era la principal localidad de la zona; pero en 1882, un visionario, Manuel García Fernández, instaló el ingenio en Bella Vista; a eso se suma que años antes (1876) habían tendido por esa ciudad la vía del ferrocarril. Luego hicieron la ruta, y ya nadie usó este camino; pero antes de todo eso, el movimiento fuerte pasaba por aquí", cuenta Paliza.

A criterio de "Chichí", hacia fines del Siglo XIX, Bella Vista comienza a fagocitarse a Las Talas; incluso desde el punto de vista geográfico. "Las Talas es el pueblo más viejo de la zona, y era bastante grande; pero con las sucesivas reestructuraciones territoriales se le ha ido quitando espacio. Los terrenos donde actualmente se encuentran el complejo y las fábricas, a la entrada de Bella Vista, todo eso era parte de Las Talas", narra Paliza. Recuerda, también, que tras modificaciones departamentales se advierte que Leales no contaba con ciudad cabecera, y se decide la municipalización de Bella Vista (1966): "todo lo que le han quitado a Las Talas pasó para allí".

Bautismo de calles
Las palabras de "Chichí" suenan un poco a lamento, debido a la postergación que sufrió su pueblo, fruto de los devenires económicos y políticos. Ocurre que, salvo por una interrupción de cinco años, él pasó toda su vida en Las Talas. "Mis padres son de aquí; mi mamá, que hoy tendría 100 años, cursó en la escuela del pueblo, a la Arsenio Granillo, fundada en 1890; por esa época sólo se cursaba hasta tercer grado", cuenta "Chichí".

Hoy, por iniciativa de los maestros, los alumnos de esa misma escuela primaria a la que asistió la madre de "Chichí" nominaron las calles de la comuna. Eligieron bautizar la calle principal con el nombre de "Camino del Perú". Acaso esa acción de los chicos -que motivó la colocación de carteles en las esquinas- y la competencia automovilística sean los únicos vestigios que afirmen, desde dentro de localidad, que el antiguo Camino Real que unía los dos virreinatos atravesaba la comuna de Las Talas.


Sebastián Yubrín
"No tenemos terrenos"
El comisionado rural de Las Talas, Sebastián Yubrín, señaló que la comuna que administra cuenta con una particularidad, que complica la realización de obras: casi ningún terreno pertenece al Estado. Esto impide que pueda construirse algún monumento que recuerde que por el pueblo pasa el antiguo Camino Real, que unía los virreinatos del Perú y del Río de la Plata. "No tenemos terrenos fiscales, donde hacer un paraje turístico. Eso nos frena un poco, nos impide presentarnos para proyectos de orden nacional o provincial. Esto resulta un impedimento legal para hacer inversiones fuertes", admitió. No obstante, contó que prevén unos trabajos referidos a la difusión del paso de la histórica vía. "Bautizaremos con el nombre de 'Camino del Perú' una especie de complejo deportivo que funciona aquí. Y jerarquizaremos esa calle, por medio del programa Más Cerca: haremos el cordón cuneta y las veredas peatonales, para el paseo de los vecinos", dijo. Sobre el pedido de jóvenes, por espacios de recreación, indicó que desde julio pasado vienen entrenando equipos, armados con chicos de las categorías de 16 a 22 años. Algunos de estos participan de torneos organizados por la Municipalidad de Bella Vista. "Venían sin actividades; ahora pusimos profesores, material deportivo y el transporte. Si hay que hacer 10 viajes por semana, los hacemos. También iluminamos la cancha, donde hacen campeonatos; y ellos se ocupan de mantener la pileta", dijo.



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