03 Febrero 2013
ABANDONO. Los caminos de Gastona y Belicha están invadidos por malezas.
Las habitantes de las tres localidades que integran Gastona, la comuna más pequeña de Chicligasta, coinciden en que el abandono de los caminos y la falta de alumbrado público son los problemas que más los afectan. Miguel Ávila explicó que las máquinas pasan una vez al año para arreglar las rutas. "Vienen, trabajan en algunos tramos y después venden el gasoil que tienen para trabajar. Por eso los caminos están siempre en mal estado", aseveró.
Sin embargo, tanto en Gastona Sur como Gastona Norte también sostienen que la falta de presión en el servicio de agua potable es otro problema que los desvela. Benjamín González es oriundo de Buenos Aires, pero hace casi dos años que vive en Gastona. "Para resolver el problema del agua tuve que colocar una bomba eléctrica. Como integré una lista para las últimas elecciones recorrí toda la comuna y los vecinos tienen muchas quejas. Pero, al momento de ir a las urnas, ese enojo no se convirtió en votos", se resignó.
Según González, otra circunstancia que afecta a estas localidades es el avance de las plantaciones de caña sobre la línea de los caminos fiscales y la falta de desagües para drenar los terrenos sembrados. "Cuando llueve esto se convierte en una laguna", agregó.
Por otra parte, Mercedes Fuentes resaltó que el gobierno comunal está construyendo módulos habitacionales. Sin embargo, dijo que los espacios públicos están abandonados. "Sería conveniente que arreglen la plaza del centro de Gastona porque los chicos no tienen en dónde jugar", precisó.
La plaza a la que hizo referencia la mujer está ubicada al lado del edificio en el que funciona la comuna. En ese lugar hay una cancha de básquet y el edificio donde -hace unos ocho años- funcionaba el dispensario del pueblo. Ambos terrenos están abandonados y, según dijeron vecinos, hace años que no hacen nada para habilitarlos.
Al parecer, el servicio de Salud Pública responde a medias. Hay un CAPS en el kilómetro 9 de la ruta de Gastona Norte. Pero los vecinos afirmaron que para casi todo prefieren ir a Concepción.
Belicha es la tercera localidad de la comuna y la mayoría de sus habitantes deja sus casas al cuidado de algún vecino, porque viajan a otras provincias en busca de trabajo. "El pueblo está habitado sólo para las fiestas, después todos se van. Los caminos no tienen alumbrado y la única luz que hay de noche son las que ponemos en nuestras casas", dijo Antonio, que pidió reservar su apellido por temor a represalias de los políticos de la zona.
Sin embargo, tanto en Gastona Sur como Gastona Norte también sostienen que la falta de presión en el servicio de agua potable es otro problema que los desvela. Benjamín González es oriundo de Buenos Aires, pero hace casi dos años que vive en Gastona. "Para resolver el problema del agua tuve que colocar una bomba eléctrica. Como integré una lista para las últimas elecciones recorrí toda la comuna y los vecinos tienen muchas quejas. Pero, al momento de ir a las urnas, ese enojo no se convirtió en votos", se resignó.
Según González, otra circunstancia que afecta a estas localidades es el avance de las plantaciones de caña sobre la línea de los caminos fiscales y la falta de desagües para drenar los terrenos sembrados. "Cuando llueve esto se convierte en una laguna", agregó.
Por otra parte, Mercedes Fuentes resaltó que el gobierno comunal está construyendo módulos habitacionales. Sin embargo, dijo que los espacios públicos están abandonados. "Sería conveniente que arreglen la plaza del centro de Gastona porque los chicos no tienen en dónde jugar", precisó.
La plaza a la que hizo referencia la mujer está ubicada al lado del edificio en el que funciona la comuna. En ese lugar hay una cancha de básquet y el edificio donde -hace unos ocho años- funcionaba el dispensario del pueblo. Ambos terrenos están abandonados y, según dijeron vecinos, hace años que no hacen nada para habilitarlos.
Al parecer, el servicio de Salud Pública responde a medias. Hay un CAPS en el kilómetro 9 de la ruta de Gastona Norte. Pero los vecinos afirmaron que para casi todo prefieren ir a Concepción.
Belicha es la tercera localidad de la comuna y la mayoría de sus habitantes deja sus casas al cuidado de algún vecino, porque viajan a otras provincias en busca de trabajo. "El pueblo está habitado sólo para las fiestas, después todos se van. Los caminos no tienen alumbrado y la única luz que hay de noche son las que ponemos en nuestras casas", dijo Antonio, que pidió reservar su apellido por temor a represalias de los políticos de la zona.