18 Febrero 2013
JERUSALÉN.- El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se refirió por primera vez en forma indirecta al caso del "Prisionero X", un supuesto agente de los servicios secretos israelíes que, según la versión oficial, se suicidó en prisión.
"Una sinceridad exagerada en el área de la seguridad y los servicios secretos puede infringir graves daños a la seguridad del Estado", dijo Netanyahu, recientemente reelegido en las urnas. Ben Zygier, de origen australiano y supuesto agente del servicio secreto exterior israelí, el Mossad, fue acusado de traición y arrestado en febrero de 2010. En diciembre de ese mismo año fue encontrado ahorcado en su celda de aislamiento de la prisión de máxima seguridad de Ayalon.
El reo era conocido como "Prisionero X", debido a que las autoridades penitenciarias mantuvieron su nombre en secreto. El caso fue destapado por medios australianos y el miércoles pasado Israel admitió por primera vez en forma oficial su existencia.
Medios israelíes han especulado sobre posibles consecuencias jurídicas para el personal de la prisión por posible negligencia.
"Tengo una absoluta confianza en las fuerzas de seguridad del país", dijo Netanyahu, quien destacó que, al igual que los servicios secretos, estas actúan también bajo el control de un sistema judicial independiente. "Somos un país democrático ejemplar y respetamos los derechos de los prisioneros y los derechos individuales, como cualquier otro país", agregó el primer ministro.
País amenazado
Netanyahu recordó además que Israel es un país especialmente amenazado y por eso pidió que se "deje a las fuerzas de seguridad actuar con tranquilidad".
Según publicó esta semana el diario británico "The Guardian", el Mossad creó con ayuda de tres australianos con doble nacionalidad una empresa fantasma en Europa para sus actividades de inteligencia.
Uno de ellos era Zygier, afirmó el rotativo citando al periodista australiano Jason Katsoukis, quien investigó el caso. La compañía vendía aparatos electrónicos en Irán, entre otros países. (DPA)
"Una sinceridad exagerada en el área de la seguridad y los servicios secretos puede infringir graves daños a la seguridad del Estado", dijo Netanyahu, recientemente reelegido en las urnas. Ben Zygier, de origen australiano y supuesto agente del servicio secreto exterior israelí, el Mossad, fue acusado de traición y arrestado en febrero de 2010. En diciembre de ese mismo año fue encontrado ahorcado en su celda de aislamiento de la prisión de máxima seguridad de Ayalon.
El reo era conocido como "Prisionero X", debido a que las autoridades penitenciarias mantuvieron su nombre en secreto. El caso fue destapado por medios australianos y el miércoles pasado Israel admitió por primera vez en forma oficial su existencia.
Medios israelíes han especulado sobre posibles consecuencias jurídicas para el personal de la prisión por posible negligencia.
"Tengo una absoluta confianza en las fuerzas de seguridad del país", dijo Netanyahu, quien destacó que, al igual que los servicios secretos, estas actúan también bajo el control de un sistema judicial independiente. "Somos un país democrático ejemplar y respetamos los derechos de los prisioneros y los derechos individuales, como cualquier otro país", agregó el primer ministro.
País amenazado
Netanyahu recordó además que Israel es un país especialmente amenazado y por eso pidió que se "deje a las fuerzas de seguridad actuar con tranquilidad".
Según publicó esta semana el diario británico "The Guardian", el Mossad creó con ayuda de tres australianos con doble nacionalidad una empresa fantasma en Europa para sus actividades de inteligencia.
Uno de ellos era Zygier, afirmó el rotativo citando al periodista australiano Jason Katsoukis, quien investigó el caso. La compañía vendía aparatos electrónicos en Irán, entre otros países. (DPA)