Por Gustavo Rodríguez
25 Febrero 2013
UNA SONRISA MONUMENTAL. El gobernador José Alperovich le dijo a LG Deportiva desconocer el planteo realizado por Santa Mónica, empresa encargada de organizar el clásico por la Copa Argentina.
El celular sonó a la siesta. "Si el Gobierno de Tucumán no define el escenario hasta mañana (por hoy), el partido se cambia de sede", disparó Leonardo Gallego, vocero de la empresa Santa Mónica, que organiza el clásico por la Copa Argentina. "Desconozco ese tema", respondió José Alperovich cuando arribó ayer al Monumental para alentar a Atlético. ¿Entonces? Nada de nada. Reina la incertidumbre. Este duelo quedará en la historia y, lamentablemente, no por su importancia, sino porque ya tomó ribetes de telenovela cursi.
En menos de 20 días pasó de todo. Primero, la confirmación que el duelo se jugaría en Catamarca generó polémica en la provincia. El jueves 14, en Casa de Gobierno, Jorge Gassenbauer anunció que el choque se jugará en Tucumán. Una semana después, desde el mismo lugar, alimentaron la versión de que el encuentro se jugaría en el Monumental. La reacción de los directivos de San Martín, que reclamaron no haber sido invitados a las reuniones, comenzaron a calentar el ambiente. Tanto fue así que hasta el mismo ministro de Seguridad no se atrevió a confirmarlo. "En principio se juega en Atlético", dijo para no caldear aún más los ánimos.
El "desconozco" del gobernador tiene un objetivo similar. No golpear aún más a los que lo acusan de favorecer siempre a los "decanos". Pero si no resuelve este dilema y el duelo se juega en Buenos Aires sin público -es la idea de los organizadores- recibirá cuestionamiento de las dos hinchadas porque no podrá cumplir con lo que prometieron sus funcionarios: que el clásico se juegue en la provincia.
Los ejecutivos de Santa Mónica y los directivos de los clubes grandes no saben dónde están parados. Todos reconocen que fue el Gobierno, responsable del operativo de seguridad, se autoadjudicó la decisión de elegir el escenario y todavía no lo hizo.
"Realmente no entendemos cuál es el problema para que se defina el escenario. Sólo deben evaluar las condiciones de seguridad", agregó Gallego en una charla telefónica con LG Deportiva. Y es aún más inentendible si se tiene en cuenta que la Policía ya les avisó que el Monumental reúne mayores comodidades para albergar un encuentro de estas características. Es más, los responsables de Seguridad Deportiva tienen un borrador sobre cómo debería ser el operativo que se montará en ese lugar.
"Con un llamado de teléfono se soluciona. Si nos avisan que tienen todo definido, seguiremos adelante con la organización del encuentro. Caso contrario, jugaremos en la cancha de Platense a puertas cerradas", adelantó Gallego. Mario Leito, presidente de Atlético, y Gustavo Rea, vicepresidente de San Martín, no se despegan de sus celulares para ser citados a una reunión definitoria.
En Buenos Aires aseguran que pretenden que el clásico se juegue en la provincia, pero no pueden esperar más. "Si lo sacamos de Catamarca por cuestiones de seguridad, también podremos hacer lo mismo con Tucumán", agregó el vocero de Santa Mónica.
Las entradas
Según los organizadores, tanto apuro tiene su razón de ser. "Estamos esperando todo para seguir con la organización. Estimamos que no serán más 20.000 las entradas que salgan a la venta y serán divididas en partes iguales para ambos clubes. Queda poco tiempo para ajustar estos temas", avisó Gallego.
A Alperovich no le gusta que lo presionen. Pero ahora quedó entre la espada y la pared. Es un hombre de reflejos rápidos y tiene buena cintura para moverse. Hoy tendrá que usarla para que los tucumanos no renieguen porque se quedaron sin su clásico.
En menos de 20 días pasó de todo. Primero, la confirmación que el duelo se jugaría en Catamarca generó polémica en la provincia. El jueves 14, en Casa de Gobierno, Jorge Gassenbauer anunció que el choque se jugará en Tucumán. Una semana después, desde el mismo lugar, alimentaron la versión de que el encuentro se jugaría en el Monumental. La reacción de los directivos de San Martín, que reclamaron no haber sido invitados a las reuniones, comenzaron a calentar el ambiente. Tanto fue así que hasta el mismo ministro de Seguridad no se atrevió a confirmarlo. "En principio se juega en Atlético", dijo para no caldear aún más los ánimos.
El "desconozco" del gobernador tiene un objetivo similar. No golpear aún más a los que lo acusan de favorecer siempre a los "decanos". Pero si no resuelve este dilema y el duelo se juega en Buenos Aires sin público -es la idea de los organizadores- recibirá cuestionamiento de las dos hinchadas porque no podrá cumplir con lo que prometieron sus funcionarios: que el clásico se juegue en la provincia.
Los ejecutivos de Santa Mónica y los directivos de los clubes grandes no saben dónde están parados. Todos reconocen que fue el Gobierno, responsable del operativo de seguridad, se autoadjudicó la decisión de elegir el escenario y todavía no lo hizo.
"Realmente no entendemos cuál es el problema para que se defina el escenario. Sólo deben evaluar las condiciones de seguridad", agregó Gallego en una charla telefónica con LG Deportiva. Y es aún más inentendible si se tiene en cuenta que la Policía ya les avisó que el Monumental reúne mayores comodidades para albergar un encuentro de estas características. Es más, los responsables de Seguridad Deportiva tienen un borrador sobre cómo debería ser el operativo que se montará en ese lugar.
"Con un llamado de teléfono se soluciona. Si nos avisan que tienen todo definido, seguiremos adelante con la organización del encuentro. Caso contrario, jugaremos en la cancha de Platense a puertas cerradas", adelantó Gallego. Mario Leito, presidente de Atlético, y Gustavo Rea, vicepresidente de San Martín, no se despegan de sus celulares para ser citados a una reunión definitoria.
En Buenos Aires aseguran que pretenden que el clásico se juegue en la provincia, pero no pueden esperar más. "Si lo sacamos de Catamarca por cuestiones de seguridad, también podremos hacer lo mismo con Tucumán", agregó el vocero de Santa Mónica.
Las entradas
Según los organizadores, tanto apuro tiene su razón de ser. "Estamos esperando todo para seguir con la organización. Estimamos que no serán más 20.000 las entradas que salgan a la venta y serán divididas en partes iguales para ambos clubes. Queda poco tiempo para ajustar estos temas", avisó Gallego.
A Alperovich no le gusta que lo presionen. Pero ahora quedó entre la espada y la pared. Es un hombre de reflejos rápidos y tiene buena cintura para moverse. Hoy tendrá que usarla para que los tucumanos no renieguen porque se quedaron sin su clásico.
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