28 Febrero 2013
NEGOCIO FAMILIAR. Lorenzo Gammarrelli es el propietario de la sastrería que viste a los pontífices. IMAGEN DE VIDEO / YOUTUBE.COM
ROMA, Italia.- Una sotana talla pequeña, otra media y otra grande serán confeccionadas para el próximo Pontífice en los talleres de la histórica sastrería Gammarreli, de Roma. Desde hace más de doscientos años, este local viste a los papas.
Ubicada entre el Panteón y la plaza de Santa Minerva de Roma, un pequeño escaparate presenta de manera cuidada y elegante algunas de las ricas piezas que la familiar sastrería confecciona desde 1798 para sacerdotes, para obispos, para cardenales de todas partes del mundo y también para los sucesores de la silla de San Pedro.
Al fondo del negocio, tras un estrecho pasillo y bajo las escaleras de madera, hay un probador repleto de cuadros y retales de seda bordados, donde cuelgan diferentes casullas y una sotana negra a la espera de ser recogidas, y donde Lorenzo Gammarrelli, propietario del negocio, explicó algunos detalles sobre la nueva sotana blanca del papa.
Según el sastre, exponente de la sexta generación de la familia, las sotanas blancas del nuevo pontífice, color reservado para los papas, se confeccionan en lana, ya que en marzo todavía hace frío, y en tres tamaños distintos a fin de que quien quiera resulte elegido cuente con la medida perfecta. Es la primera vez en que se diseñan vestimentas para el nuevo papa mientras su predecesor sigue vivo y al frente de la Iglesia Católica.
"Una vez sea elegido, el Santo Padre debe presentarse directamente en el balcón vestido de papa. Nosotros no podemos entrar en el cónclave para hacer ajustes, por los que las vestimentas tienen que estar preparadas con mucha antelación", subrayó.
El propietario de la histórica sastrería explicó que cada sotana necesita una media de tres días y medio para ser confeccionada, por lo que toda la producción del negocio fue interrumpida para trabajar de manera exclusiva en el primer traje oficial del papa, que deberá ser entregado antes de que se inicie el cónclave. A partir de este momento, y hasta que sea elegido el nuevo papa, las prendas serán custodiadas por dos guardias suizos.
"Intentamos hacerlas de la mejor manera posible, con una excelente calidad y según la tradición", destacó Gammarelli sobre el secreto que les permitió vestir a los pontífices durante más de dos siglos, al tiempo que rehusó decir cuánto dinero puede costar cada una de las sotanas. (EFE)