Por Roberto Delgado
05 Marzo 2013
La primera observación fue que se hacía "la gran Al Capone", es decir que, pese a la temible fama violenta que envuelve a los Ale, los sabuesos les caen con una pesquisa por lavado de dinero. La segunda observación ha sido que este impresionante operativo con 300 gendarmes (derivado de las denuncias de Susana Trimarco) se hizo cuando todo el gobierno tucumano, incluido el ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer, estaba lejos, en Capital Federal. ¿Fue a propósito? Una señal de la desconfianza que se tiene a nivel nacional a las instituciones locales -sobre todo Policía y Justicia-, que fracasaron con el caso Marita.
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