Perfiles de los candidatos

El poder en Venezuela nuevamente se encuentra en pugna entre dos candidatos que ya se vieron las caras en las elecciones de 2012. Capriles y Maduro dirimirán en elecciones si continúa o no el rumbo bolivariano

07 Marzo 2013
Capriles Radonski

Tras perder con Chávez, tendrá otra oportunidad en 30 días


Enrique Capriles Radonski, un joven abogado de clase media alta, volverá a la pugna por la presidencia de Venezuela.

Con una prolija carrera política de 14 años, Capriles, quien viene de una familia de inmigrantes polacos-judíos que llegaron a Venezuela para huir de los nazis, espera poder acceder a la presidencia, tras un intento fallido hace cinco meses. Tras terminar en 1994 sus estudios de abogacía en la Universidad Católica Andrés Bello (con 22 años), inició una especialización en Derecho Económico en la misma casa de estudios, la cual culminó en 1997. Ocho años de alcalde del municipio capitalino de Barata, tres años como gobernador de Miranda, segundo mayor estado del país, y un breve paso por el Congreso, donde llegó en 1999 a presidir la desaparecida Cámara de Diputados con apenas 26 años, conforman el currículum político de Capriles. Su principal carta de presentación fueron las gestiones para superar la crisis tras las inundaciones que en 2010 azotaron el distrito de Miranda, dejando más de 2.500 familias damnificadas. En los comicios pasados, Capriles fue derrotado en 20 de 24 distritos, saliendo segundo con el 44 % de los votos, detrás del 55 % obtenido por el finado Hugo Chávez. Tras perder en octubre de 2012, el candidato opositor desestimó las denuncias por fraude, y solicitó al chavismo "gobernar para todos, más allá de ideas políticas". (Especial)

Nicolás Maduro

El elegido por Chávez para continuar la senda bolivariana


Quien acompañara a Hugo Chávez en la fórmula electoral en octubre de 2012, se perfila como el candidato fijo por el chavismo para continuar con el andar de la revolución bolivariana.

Maduro, de 50 años, es "uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para afrontar los destinos de la patria", dijo Chávez en una oportunidad. De conductor de autobuses hasta convertirse en el hombre de confianza del líder de un movimiento que se mantuvo en el poder por 14 años, Maduro es "la esperanza de la revolución". A comienzos de la década de 1990, él y su pareja, la procuradora general Cilia Flores, salieron a las calles de Caracas para pedir la libertad de Chávez, encarcelado tras un fallido golpe de Estado. Además, formó parte de la Asamblea Constituyente que redactó una nueva carta magna y llegó a convertirse en presidente del Parlamento. Sus adversarios critican su poca preparación formal y una carrera política que, según dicen, se aceleró gracias a su fidelidad con Chávez más que a su capacidad. Maduro, sin embargo, ganó roce internacional tras ser nombrado ministro de Relaciones Exteriores, donde ayudó a Chávez a estrechar lazos con países vistos como enemigos de Estados Unidos. Impulsó acuerdos bilaterales con China, Rusia, Belarús e Irán mientras mantenía la retórica socialista contra Estados Unidos, el enemigo número uno de Chávez. (Especial)

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