Por Andrés Burgo
16 Marzo 2013
PELOS DE PUNTA. Montiglio acaba de desperdiciar la única gran chance que tuvo Atlético de ponerse 1 a 0 arriba.
Cuando terminó el partido, los jugadores de Atlético no supieron cómo reaccionar. Saludaron a los hinchas y se quedaron frente a un dilema desconcertante: ¿ganaron un punto pero perdieron un ascenso? Es posible. Un empate ante Gimnasia en La Plata supone un resultado positivo, pero cinco fechas sin triunfos implican casi una renuncia al ascenso: la próxima fecha, ante Central, tiene imagen a último tren a Primera.
Tal vez el primer milagro futbolero del nuevo Papa argentino, Francisco, fue permitirle a Atlético llegar al descanso sin goles en contra. En esos 45' iniciales, Gimnasia tuvo tres situaciones tan claras que hay derecho a creer que, con un Papa alemán como hasta la semana pasada, esas jugadas habrían terminado en gol. Era el momento de la tarde en que Atlético resistía parapetado en la firmeza de sus dos centrales, Mármol y Barone, ayer futbolistas con espíritu de tenistas: defendieron como un frontón. Pero, sobre todo, también Lucchetti era responsable: al comienzo y al final de esa primera etapa, reaccionó ante Matías García con dos atajadas de Champions League.
El resto en el "decano" era correr detrás de la pelota, a veces en el medio, otras en la defensa. El problema nacía en que Barrado quedaba tan lejos del balón como Tucumán de La Plata: sin el 8, Atlético es un equipo huérfano del área rival. Y como Montiglio y Méndez, por las puntas, tampoco entraban en faz ofensiva, Pereyra y Rodríguez ni siquiera tenían contacto visual con Monetti.
Los cambios (Barone salió lesionado) tal vez no modificaron mucho las cosas, pero el paso del tiempo sí lo hizo: Gimnasia desesperó, Atlético encontró espacios y Barrado, por fin, se convirtió el jugador más claro de su equipo. A falta de 15', habilitó Montiglio, quien quedo solo ante Monetti, pero definió tan mal que estará toda la semana pensando en su chambonada. Quizás en esa jugada Atlético se haya despedido de la A, paradójicamente en medio de un resultado positivo. El extraño dilema de Atlético.
Atlético ya la pasó mal en el primer tiempo. El mediocampo de Gimnasia le ganó la pulseada desde el comienzo y generó tres situaciones claras de esa etapa. En cambio, en ese lapso, Monetti no atajó ninguna pelota.
Atlético resistió el 0-0 desde la firmeza de sus centrales, Mármol y Barone, y de su arquero, Lucchetti. El negocio de Gimnasia estuvo por la izquierda. Montiglio y Ladino quedaron en desventaja ante Matías García.
El mejor momento de Atlético, su único respiro, fue cuando Gimnasia empezó a desesperarse y Barrado encontró espacios. La gran chance fue una habilitación del 8 a Montiglio, que definió muy mal.
Gimnasia falló a la hora de definir. La chance más clara la tuvo sobre el final del partido pero Niell, abajo del arco, definió por encima del travesaño. Increíble el gol que se perdió el delantero del conjunto platense.
Tal vez el primer milagro futbolero del nuevo Papa argentino, Francisco, fue permitirle a Atlético llegar al descanso sin goles en contra. En esos 45' iniciales, Gimnasia tuvo tres situaciones tan claras que hay derecho a creer que, con un Papa alemán como hasta la semana pasada, esas jugadas habrían terminado en gol. Era el momento de la tarde en que Atlético resistía parapetado en la firmeza de sus dos centrales, Mármol y Barone, ayer futbolistas con espíritu de tenistas: defendieron como un frontón. Pero, sobre todo, también Lucchetti era responsable: al comienzo y al final de esa primera etapa, reaccionó ante Matías García con dos atajadas de Champions League.
El resto en el "decano" era correr detrás de la pelota, a veces en el medio, otras en la defensa. El problema nacía en que Barrado quedaba tan lejos del balón como Tucumán de La Plata: sin el 8, Atlético es un equipo huérfano del área rival. Y como Montiglio y Méndez, por las puntas, tampoco entraban en faz ofensiva, Pereyra y Rodríguez ni siquiera tenían contacto visual con Monetti.
Los cambios (Barone salió lesionado) tal vez no modificaron mucho las cosas, pero el paso del tiempo sí lo hizo: Gimnasia desesperó, Atlético encontró espacios y Barrado, por fin, se convirtió el jugador más claro de su equipo. A falta de 15', habilitó Montiglio, quien quedo solo ante Monetti, pero definió tan mal que estará toda la semana pensando en su chambonada. Quizás en esa jugada Atlético se haya despedido de la A, paradójicamente en medio de un resultado positivo. El extraño dilema de Atlético.
Atlético ya la pasó mal en el primer tiempo. El mediocampo de Gimnasia le ganó la pulseada desde el comienzo y generó tres situaciones claras de esa etapa. En cambio, en ese lapso, Monetti no atajó ninguna pelota.
Atlético resistió el 0-0 desde la firmeza de sus centrales, Mármol y Barone, y de su arquero, Lucchetti. El negocio de Gimnasia estuvo por la izquierda. Montiglio y Ladino quedaron en desventaja ante Matías García.
El mejor momento de Atlético, su único respiro, fue cuando Gimnasia empezó a desesperarse y Barrado encontró espacios. La gran chance fue una habilitación del 8 a Montiglio, que definió muy mal.
Gimnasia falló a la hora de definir. La chance más clara la tuvo sobre el final del partido pero Niell, abajo del arco, definió por encima del travesaño. Increíble el gol que se perdió el delantero del conjunto platense.
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Liga de Campeones 2015