Por Mariana Segura
27 Abril 2013
Destruye la calma con su pique ¡Eso!, eso es lo que quieren de él "¿Viste Barcelona? Que toca, toca y de repente ¡Pum! Explota y va para adelante. Bueno en San Martín el que me puede dar esa explosión es Juan Simón". A la lejana comparación la acercó Carlos Roldán, y viene al caso por un Chanquía on fire, de nuevo.
El volante fue de lo mejor que tuvo el equipo cuando la historia sanmartiniana arrancó en el Argentino A y ahora, ya al final de la ruta al ascenso, volvió a tomar protagonismo. Los últimos duelos son sus certificados aprobados, y va por otro pulgar arriba hoy, vs Gimnasia (CDU). "Por ahí mantener el nivel se hace difícil. Pero creo que el rendimiento varía con el grupo, con la confianza. Arranqué bastante bien, después pasé una momento de transición, de irregularidad (como todos). Hasta que llegó Roldán, y bueno... El nuevo funcionamiento me sentó más que bien" , dice y se relaja "Chanqui", aunque no se conforma ni se agranda. "Coincido con el DT pero no soy un salvador, por mis características siempre tendré que cambiar el ritmo", firma.
Brindarse al 100% es la clave del cordobés, clase '88, con pasado en inferiores "boquenses", Gimnasia LP y Sportivo Belgrano. Y ese ofrecimiento físico y anímico es la posta para estos días de incertidumbre en La Ciudadela. "La verdad que lo de esta semana fue una situación que a veces te desborda ¿no? Pero como grupo demostramos, otra vez, que estamos sólidos". Juan Simón sabe que el aporte de los jugadores para mejorar la situación institucional es salir como fieras, a la cancha y a cada práctica. "Más allá de no haber podido entrenar, yo creo que estamos bien. Cuando tocás la pelota y te ponés la ropa de entrenar cambia todo. Se olvidan de los problemas, por lo menos por una hora o dos que estamos todos juntos", analiza y asegura que a pesar de los pesares, el equipo no perdió las ganas.
Mucho menos las perdió Juan, sus driblings lo avalan en el campo. "Me gustan el mano a mano, los últimos 20 metros, desequilibrar para asistir o terminar la jugada, pero bueno falta el gol je. Y, si soy ofensivo, lo tengo que tener", tira el desequilibrante su deuda. Por tanta fama, la de rapidito y habilidoso, su sueño se perdió de las luces. Él lo saca a brillar, para que lo sepan todos: "estoy pensando en ese día ¿Tal vez se me de el gol del ascenso, nada más (y nada menos) no? Ojalá". Explotar es lo suyo, listo. Hacer estallar también la red es la nueva misión del "Detonador".
El volante fue de lo mejor que tuvo el equipo cuando la historia sanmartiniana arrancó en el Argentino A y ahora, ya al final de la ruta al ascenso, volvió a tomar protagonismo. Los últimos duelos son sus certificados aprobados, y va por otro pulgar arriba hoy, vs Gimnasia (CDU). "Por ahí mantener el nivel se hace difícil. Pero creo que el rendimiento varía con el grupo, con la confianza. Arranqué bastante bien, después pasé una momento de transición, de irregularidad (como todos). Hasta que llegó Roldán, y bueno... El nuevo funcionamiento me sentó más que bien" , dice y se relaja "Chanqui", aunque no se conforma ni se agranda. "Coincido con el DT pero no soy un salvador, por mis características siempre tendré que cambiar el ritmo", firma.
Brindarse al 100% es la clave del cordobés, clase '88, con pasado en inferiores "boquenses", Gimnasia LP y Sportivo Belgrano. Y ese ofrecimiento físico y anímico es la posta para estos días de incertidumbre en La Ciudadela. "La verdad que lo de esta semana fue una situación que a veces te desborda ¿no? Pero como grupo demostramos, otra vez, que estamos sólidos". Juan Simón sabe que el aporte de los jugadores para mejorar la situación institucional es salir como fieras, a la cancha y a cada práctica. "Más allá de no haber podido entrenar, yo creo que estamos bien. Cuando tocás la pelota y te ponés la ropa de entrenar cambia todo. Se olvidan de los problemas, por lo menos por una hora o dos que estamos todos juntos", analiza y asegura que a pesar de los pesares, el equipo no perdió las ganas.
Mucho menos las perdió Juan, sus driblings lo avalan en el campo. "Me gustan el mano a mano, los últimos 20 metros, desequilibrar para asistir o terminar la jugada, pero bueno falta el gol je. Y, si soy ofensivo, lo tengo que tener", tira el desequilibrante su deuda. Por tanta fama, la de rapidito y habilidoso, su sueño se perdió de las luces. Él lo saca a brillar, para que lo sepan todos: "estoy pensando en ese día ¿Tal vez se me de el gol del ascenso, nada más (y nada menos) no? Ojalá". Explotar es lo suyo, listo. Hacer estallar también la red es la nueva misión del "Detonador".
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