Así trabaja Abregú para ser campeón

Luis Carlos Abregú nunca peleó en Tucumán. Si el DNI informa que nació el 15 de diciembre de 1983 en Chicligasta, su corazón tacha el dato y reescribe la historia en salteño básico. En el norte se afincó, allí construyó su carrera y allí fue consolidando los afectos. "De Salta..." vociferó Michael Buffer, y los 40.000 entusiastas que lo vieron derrotar a Antonin Decarie grabaron el dato en el disco rígido de la memoria.

No hay presencia del "Potro" en Tucumán como púgil profesional y será muy difícil que la haya. Abregú es un primera serie con todas las letras, aspirante a la corona mundial que casi con seguridad abandonará Floyd Mayweather. Al triunfo sobre el áspero canadiense Decarie le faltó el nocaut, que estaba al caer. Fue 97-92, 97-92 y 97-90. Holgadas tarjetas, a la medida de una figura de la todopoderosa Top Rank, la empresa de Bob Arum.

Abregú y su equipo le soltaron la mano al promotor Gary Shaw -con quien "El Potro" llegó a pelear por la corona mundial con Timothy Bradley, su única derrota- para firmar un contrato por tres años con Arum.

La meta es no tropezar con la misma piedra. Que el próximo intento mundialista sea el definitivo. Por eso Abregú está rodeado por un soberbio grupo de trabajo. A saber: dos entrenadores (el panameño Héctor Roca y Néstor Jaime), un preparador físico (José Naranjo), un médico especialista en manos (Ceferino Castro) y un fisioterapeuta (Facundo Sarmiento). Además, en Salta lo acompaña la traductora Suki Jentzel. Detrás están el agente Sean Gibbon y el managerPablo Martínez. Antes de la pelea con Decarie "El Potro" hizo 130 rounds con cuatro sparrings, entre ellos "El Malevo" Jerez y "La Joya" Barrionuevo.

No hay en Tucumán una estructura de esa clase para cobijar a un púgil de alto nivel. Así se explican muchas cosas.