Con los smartphones, la jornada laboral no se termina nunca y genera problemas de ansiedad

Una experta afirma que los adictos al trabajo tienen a encerrarse en sí mismos y a dejar de lado familiares y amigos.

NO DEJA DE MIRARLO. La mayoría de los ejecutivos admite que chequea correos y llamadas laborales todo el día. REUTERS NO DEJA DE MIRARLO. La mayoría de los ejecutivos admite que chequea correos y llamadas laborales todo el día. REUTERS
20 Mayo 2013
En estos acelerados tiempos, vivimos pendientes de los smartphones o teléfonos inteligentes. Las exigencias y la tecnología crean tal adicción laboral que no nos podemos despegar de nuestras tareas profesionales.

De hecho, ocho de cada 10 argentinos consultados por el grupo RHUO admitió que recibe e-mails o llamadas fuera del horario laboral. Y casi la misma cantidad de personas trabaja en su tiempo personal o de descanso.

Según ese estudio, quienes ocupan puestos gerenciales y directivos son los que más trabajan fuera de hora (60% en forma habitual, 38% excepcionalmente y 2% nunca). Gabriela Martínez Castro, especialista en trastornos de ansiedad y directora del Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (www.ceeta.org), elaboró un informe sobre los workaholics o adictos al trabajo, la ansiedad y la relación entre este trastorno y el uso adictivo de los smartphones conectados a la red.

¿Cómo se puede distinguir el trastorno de ansiedad en una persona que se dedica mucho al trabajo? "Un workaholic es una persona que ya de por sí tiene la predisposición a padecer ansiedad. Le cuesta mucho poder cortar con todas las obligaciones", explica la especialista.

Según la profesional, con el advenimiento de los smartphones, la jornada laboral excede el tiempo en que uno está en la oficina. Están manejando, llegando a sus casas, en algún medio de transporte, o donde sea y continúan respondiendo correos, llamados o mensajes de texto relacionados con el trabajo, con lo cual no terminan de "desenchufarse" nunca, indica. De hecho, esto implica que les aumente aún más la ansiedad por querer estar siempre al tanto de la última noticia, y para poder controlar todo lo relacionado con el trabajo, así como la competencia laboral entre pares y con sus jefes y subordinados.

En muchos casos, dice Martínez Castro, esto lleva al Trastorno por Ansiedad Generalizado, que se caracteriza por una preocupación excesiva que tiene la persona acerca de diferentes temas de la vida cotidiana. "Puede llegar a ser el trabajo o situaciones familiares, no logra controlar su preocupación, y en la mayoría de los casos presenta sintomatologías físicas, como por ejemplo taquicardia, sudoración, contractura, problemas gastrointestinales, temblores, muchas veces puede llegar a padecer ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, problemas de carácter, depresión, hiperactividad, falta de sentido por el placer", explica. A esto se suma la sensación de estar perdiendo el tiempo si no están trabajando o produciendo, porque básicamente toda la autoestima está colocada al servicio de la producción laboral, y por supuesto es un aditamento competitivo, con lo cual se generan el TAG.

¿Qué puede hacer una persona que padece esos síntomas? Según la directora de Ceeta, lo más importante es consultar a un psicólogo especialista en trastornos de ansiedad, que sea cognitivo conductual, porque este tipo de trastornos una vez que se presenta no es que quedan cristalizados sino que van avanzando en sintomatología y abarcando diversas áreas de la vida de la persona. "Quien lo sufre no va a poder socializar, ver amigos, familia; todo esto lleva a problemas laborales porque disminuye la concentración, la atención y la memoria, con lo cual se vuelve paradójico. También conlleva distintos problemas interpersonales por la irritabilidad que genera e influye en todas los aspectos, incluso alterando la salud, porque tiene cada vez más síntomas y los médicos le sugieren que asista a un psicólogo para que pueda retrotraer el trastorno", indica.

Desde un punto de vista biológico se da más en las mujeres que en los varones, por un tema hormonal y porque somos multifacéticas. "Las mujeres tenemos demasiadas responsabilidades que superan a las de los varones: la crianza de los hijos, la coordinación del hogar, diferentes preocupaciones relacionadas con la familia y el trabajo. Además lo hormonal influye en la predisposición, incluso en los hombres influye, ya que por una cuestión social tienen la responsabilidad de ser proveedores del hogar, aunque hoy en día cuenta con la colaboración de la mujer", señala.

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