21 Mayo 2013
Una pintada con lápiz labial rojo en su auto particular sorprendió ayer a la abogada Laura Figueroa, que defiende a la mayoría de las víctimas en la Megacausa "Arsenales II- Jefatura II".
El hecho fue denunciado en la Policía por la letrada, quien no dudó en relacionarlo con la tarea que desempeña en el juicio que se desarrolla en el Tribunal Oral Federal (TOF).
Figueroa contó a LA GACETA que desconocidos ingresaron a una cochera situada a media cuadra de su casa. El hecho sucedió entre las 12.30 y las 16 de ayer, cuando no había nadie en el estacionamiento, que suele estar cerrado con llave.
El vehículo tenía manchas rojas en los dos parabrisas, el guardabarros y el baúl. "Ojo" fue la única palabra que escribieron. "Es una visible amenaza y advertencia, los abogados entendemos lo que quiere decir una pintada con color rojo", expresó Figueroa.
Según señaló la letrada, conocida por su labor en defensa de los derechos humanos, no es la primera vez que recibe una advertencia con estas características. "Es un episodio que se suma a otros que vienen sucediendo desde hace aproximadamente dos meses y que no voy a ventilar para resguardar a mi familia y a mis defendidos", afirmó Figueroa.
Además destacó la gravedad del hecho. "Están en juego mi trabajo profesional y la legítima defensa de quienes represento", insistió. Estas últimas amenazas recibidas por la abogada querellante se dieron en un momento clave del proceso. En el marco del juicio oral y público que se desarrolla en Tucumán por crímenes cometidos desde 1975 y durante la dictadura, concluyeron los testimonios de víctimas de la Jefatura de Policía. Ahora comenzó la primera primera parte del juicio que corresponde al centro clandestino que funcionaba en el Arsenal Miguel de Azcuénaga.
La comisión bicameral recibió, entre marzo de 1984 y abril de 1985, 487 denuncias de liberados y familiares de desaparecidos en Tucumán. Las audiencias se realizan los jueves y viernes en la sede del Tribunal Oral Federal, en Crisóstomo Álvarez y Chacabuco.
El hecho fue denunciado en la Policía por la letrada, quien no dudó en relacionarlo con la tarea que desempeña en el juicio que se desarrolla en el Tribunal Oral Federal (TOF).
Figueroa contó a LA GACETA que desconocidos ingresaron a una cochera situada a media cuadra de su casa. El hecho sucedió entre las 12.30 y las 16 de ayer, cuando no había nadie en el estacionamiento, que suele estar cerrado con llave.
El vehículo tenía manchas rojas en los dos parabrisas, el guardabarros y el baúl. "Ojo" fue la única palabra que escribieron. "Es una visible amenaza y advertencia, los abogados entendemos lo que quiere decir una pintada con color rojo", expresó Figueroa.
Según señaló la letrada, conocida por su labor en defensa de los derechos humanos, no es la primera vez que recibe una advertencia con estas características. "Es un episodio que se suma a otros que vienen sucediendo desde hace aproximadamente dos meses y que no voy a ventilar para resguardar a mi familia y a mis defendidos", afirmó Figueroa.
Además destacó la gravedad del hecho. "Están en juego mi trabajo profesional y la legítima defensa de quienes represento", insistió. Estas últimas amenazas recibidas por la abogada querellante se dieron en un momento clave del proceso. En el marco del juicio oral y público que se desarrolla en Tucumán por crímenes cometidos desde 1975 y durante la dictadura, concluyeron los testimonios de víctimas de la Jefatura de Policía. Ahora comenzó la primera primera parte del juicio que corresponde al centro clandestino que funcionaba en el Arsenal Miguel de Azcuénaga.
La comisión bicameral recibió, entre marzo de 1984 y abril de 1985, 487 denuncias de liberados y familiares de desaparecidos en Tucumán. Las audiencias se realizan los jueves y viernes en la sede del Tribunal Oral Federal, en Crisóstomo Álvarez y Chacabuco.
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