La beatificación del "cura gaucho" se hará en septiembre

Benedicto XVI la había dispuesto en diciembre pasado. El milagro.

HOMBRE SIMPLE. Brochero era conocido por su solidaridad y buen humor.  HOMBRE SIMPLE. Brochero era conocido por su solidaridad y buen humor.
05 Junio 2013
Detalles de la ceremonia en la que el sacerdote cordobés José Gabriel Brochero será beatificado en Córdoba, en septiembre próximo, serán expuestos hoy. La conferencia de prensa se realizará en la ciudad de Buenos Aires, según lo informó el Episcopado.

El encuentro tendrá lugar a las 11 en el Secretariado General de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA, Suipacha 1032) con la participación de monseñor Santiago Olivera, obispo de Cruz del Eje y de Villa Cura Brochero. En esa localidad cordobesa residió Brochero y allí tendrá lugar la beatificación.

También participarán de la reunión de prensa el reverendo Julio Merediz, vicepostulador de la causa por la beatificación, y el diácono Ángel Lasala, coordinador del equipo que la impulsó.

Inolvidable
Brochero, llamado el "cura gaucho", había nacido el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río I y a los 26 años fue ordenado sacerdote. Su prolífica labor pastoral abarcó desde la atención de víctimas de la epidemia de cólera hasta la construcción de escuelas, casas, capillas, caminos y puentes para unir pueblos cordobeses. Murió el 26 de enero de 1914, enfermo de lepra (se le habían contagiado pacientes que cuidaba).

El papa Juan Pablo II lo declaró "venerable" en 2004 y el 20 de diciembre de 2012 su sucesor, Benedicto XVI, reconoció con un decreto un milagro atribuido a Brochero -la sobrevida de un bebé prematuro de cinco meses de gestación- y dio paso a su beatificación, que se concretará en septiembre en su provincia natal.

"Que me hagan un cajón con madera de pino, como para que el carpintero se gane unos panes", escribió el sacerdote -conocido además por su simpleza y humor campechanos- en su testamento, con uno de cuyos párrafos encabezó el Episcopado la convocatoria a la prensa.

El Cura Brochero dispuso también en su voluntad final: "que vendan el cáliz, el copón... y una vez reducidos a plata se lo den a los pobres para que un día siquiera puedan gastar a su albedrío, y ojalá les tocase de a 100 pesos".

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