06 Junio 2013
DESOLACIÓN. Un tanque del ejército sirio avanza por las calles de Kusair, donde hubo durísimos combates. REUTERS
DAMASCO-GINEBRA.- Las tropas del Ejército sirio, apoyado por la milicia chiita libanesa Hezbollah, consiguieron tomar la localidad de al Kusair, cerca de la frontera con el Líbano y donde se combatía desde hace tres semanas, mientras que en Ginebra se anunció que la conferencia internacional no se celebrará antes de julio. "Vuelven a reinar la seguridad y la estabilidad en la ciudad", aseguró la agencia oficial de noticias Sana.
También la oposición reconoció que los rebeldes se retiraron durante la noche de Al Kusair porque ya no podían hacer frente al Ejército en vista de que se les estaba acabando la munición. Los combatientes de la Hezbollah avanzaron sobre la urbe en medio de un fuerte bombardeo militar, confirmó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Los medios estatales aseguraron que el Ejército mató a numerosos combatientes y que otros se rindieron. Previamente, los rebeldes habían asegurado haber dado muerte a 15 milicianos de Hezbollah.
Casi todos los civiles ya habían huido de la localidad en las últimas semanas. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos subrayó sin embargo que es incierto el destino de cientos de heridos que aún están en la ciudad y advirtió sobre una posible masacre.
El gobierno de Bashar Al Assad rechazó los llamados de la Cruz Roja a tener acceso en los últimos días a la ciudad sitiada. Desde Damasco se aseguró que la Cruz Roja sólo podría entrar a Al Kusair cuando acabaran los combates. Refugiados que huyeron desde el lugar afirmaron que no existe prácticamente ningún tipo de atención médica desde hace semanas. La guerra civil alcanzó una nueva dimensión en Al Kusair, porque allí fue la primera vez que Hezbollah combatió junto a las tropas del presidente Al Assad. Al Kusair se sitúa en la línea de abastecimiento de los rebeldes desde Líbano. Y está cerca de la principal carretera que conecta Damasco con las ciudades costeras de Latakia y Tartús, bajo control del gobierno. El partido y movimiento armado chiíta celebró la victoria en Al Kusair, a la que calificó como un "fracaso del proyecto de estadounidenses, israelíes" e islamistas de ideología sunnita radical. Su número dos, Naim Qassem, defendió la ofensiva militar en la frontera con el Líbano y pidió a la oposición que no siga apostando por la vía de las armas.
En tanto, la Conferencia sobre Siria que está prevista se celebre en Ginebra no tendrá lugar antes de julio, aseguró el enviado especial de Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, después de mantener consultas con representantes de Rusia y Estados Unidos en la ciudad suiza.
Según Brahimi, hay consenso en que el conflicto debe ser resuelto a través de negociaciones y Moscú y Washington seguirán trabajando juntos en pos de esa meta. La conferencia de Ginebra, prevista inicialmente para julio, tiene como objetivo lograr un amplio acuerdo de paz entre el gobierno sirio y la oposición, así como acordar un gobierno de transición.
Tras las conversaciones en Ginebra, el viceministro de Exteriores ruso, Gennadi Gatilov, dijo que hubo algunos avances pero no se logró aclarar todas las cuestiones. Los representantes de Rusia, Estados Unidos y Naciones Unidas volverán a reunirse el 25 de junio para hablar sobre la ayuda internacional para poner fin al conflicto civil sirio. Una de las cuestiones más espinosas en la preparación es la participación de Irán, que reclama Rusia pero rechaza Estados Unidos. No está claro si participará la oposición, que había puesto como condición el cese de los ataques a Al Kusair, que cayó en manos del régimen. (Reuters-Télam)
También la oposición reconoció que los rebeldes se retiraron durante la noche de Al Kusair porque ya no podían hacer frente al Ejército en vista de que se les estaba acabando la munición. Los combatientes de la Hezbollah avanzaron sobre la urbe en medio de un fuerte bombardeo militar, confirmó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Los medios estatales aseguraron que el Ejército mató a numerosos combatientes y que otros se rindieron. Previamente, los rebeldes habían asegurado haber dado muerte a 15 milicianos de Hezbollah.
Casi todos los civiles ya habían huido de la localidad en las últimas semanas. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos subrayó sin embargo que es incierto el destino de cientos de heridos que aún están en la ciudad y advirtió sobre una posible masacre.
El gobierno de Bashar Al Assad rechazó los llamados de la Cruz Roja a tener acceso en los últimos días a la ciudad sitiada. Desde Damasco se aseguró que la Cruz Roja sólo podría entrar a Al Kusair cuando acabaran los combates. Refugiados que huyeron desde el lugar afirmaron que no existe prácticamente ningún tipo de atención médica desde hace semanas. La guerra civil alcanzó una nueva dimensión en Al Kusair, porque allí fue la primera vez que Hezbollah combatió junto a las tropas del presidente Al Assad. Al Kusair se sitúa en la línea de abastecimiento de los rebeldes desde Líbano. Y está cerca de la principal carretera que conecta Damasco con las ciudades costeras de Latakia y Tartús, bajo control del gobierno. El partido y movimiento armado chiíta celebró la victoria en Al Kusair, a la que calificó como un "fracaso del proyecto de estadounidenses, israelíes" e islamistas de ideología sunnita radical. Su número dos, Naim Qassem, defendió la ofensiva militar en la frontera con el Líbano y pidió a la oposición que no siga apostando por la vía de las armas.
En tanto, la Conferencia sobre Siria que está prevista se celebre en Ginebra no tendrá lugar antes de julio, aseguró el enviado especial de Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, después de mantener consultas con representantes de Rusia y Estados Unidos en la ciudad suiza.
Según Brahimi, hay consenso en que el conflicto debe ser resuelto a través de negociaciones y Moscú y Washington seguirán trabajando juntos en pos de esa meta. La conferencia de Ginebra, prevista inicialmente para julio, tiene como objetivo lograr un amplio acuerdo de paz entre el gobierno sirio y la oposición, así como acordar un gobierno de transición.
Tras las conversaciones en Ginebra, el viceministro de Exteriores ruso, Gennadi Gatilov, dijo que hubo algunos avances pero no se logró aclarar todas las cuestiones. Los representantes de Rusia, Estados Unidos y Naciones Unidas volverán a reunirse el 25 de junio para hablar sobre la ayuda internacional para poner fin al conflicto civil sirio. Una de las cuestiones más espinosas en la preparación es la participación de Irán, que reclama Rusia pero rechaza Estados Unidos. No está claro si participará la oposición, que había puesto como condición el cese de los ataques a Al Kusair, que cayó en manos del régimen. (Reuters-Télam)