La carrera que no fue

Hubo poco público en La Higuera por el mal clima y la jornada laboral; y encima no se corrió.

PLANES. Los chicos armaron su tribuna con sillas y calefacción precaria para ver la carrera. Con la suspensión, el plan cambió: caminar por la ruta, la misma por donde debía pasar la caravana, fue la opción.  PLANES. Los chicos armaron su tribuna con sillas y calefacción precaria para ver la carrera. Con la suspensión, el plan cambió: caminar por la ruta, la misma por donde debía pasar la caravana, fue la opción.
18 Junio 2013

Si bien es cierto que el día no pintaba bien, en La Higuera el entusiasmo se mantuvo hasta que la niebla fue cosa seria y su blanco polar empezó a invadir cada vez más el entorno. Cómo habrá sido de importante la expectativa por el paso del "Desafío Ruta 40" que, en las dos escuelas de la zona, los alumnos no tuvieron clases. 


La jornada invitaba más a quedarse en casa, quizás en cama, prolongando el atípico descanso de un lunes invernal. O, por qué no disfrutando de la calidez de los hogares a leña; más de un lugareño fue delatado por el humo que salían de las chimeneas de sus casas.

Un grupo de valientes niños desafiaron los siete grados de temperatura y se apostaron cerca del puesto de control que marcaba el fin del primer tramo. Entre Milagros, Rocío, Tamara, Andrea, Luciana y pequeñísimoAlberto que no superaba el metro de altura, rodearon un tacho que en algún momento debe haber sido de un color distinto al negro carbón que lucía. La tonalidad indicaba que no era la primera vez que cumplía esa misión: contener las llamas de las finas ramas que los chicos habían seleccionado cuidadosamente. "No tuvimos clases por el rally", explicó una de las jovencitas entre risas.

"Ahí vivo yo", intervino Alberto queriendo llamar la atención. ¿Saben qué vehículos pasan? "Miguel… ¿cómo se llama?", intentó precisar otra de las chicas ante la pregunta de LG Deportiva. Tarda, tarda en salir, pero sale. "Reginato ¿no?", dispersa la duda la que estaba dubitativa. "Y sus hijos", agregó otra de las nenas del grupo.

Aunque llega la confirmación que los autos no pasarán, el grupo de pequeños sigue con la misma alegría sufriendo con gusto la baja temperatura. Los que no quedaron contentos fueron Roberto Barbosa y Ariel Mamaní que moto de por medio unieron Las Talitas con La Higuera. "Vinimos a las 11.30, compramos un poco de fiambre, dejamos la moto en esa casa y ahora nos vamos decepcionados", explicó Roberto mientras su yerno calentaba el vehículo para emprender el regreso en la siesta tucumana.

Cuando los pocos que esperaban el paso de la caravana levantaban campamento, la curiosidad motivó al equipo de LG Deportiva a buscar fundamentos para la versión que circulaba. Al final del tramo, la visibilidad estaba algo reducida, nada más, y según el ojo poco clínico de los pseudo investigadores un helicóptero podría haber despegado en esas condiciones.

Bastó recorrer un par de kilómetros, ascender un par de metros sobre el nivel del mar y contemplar. El precipicio que hacía unas horas era de un verde apagado, ahora estaba cubierto por la niebla y la visibilidad reducida, se volvió nula. Si bien la decepción no desapareció, hubo que comprender la lección del estilo dakariano: la naturaleza es la que manda en la competencia.

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Habrá caminos rotos y sinuosos
La segunda etapa que unirá San Miguel de Tucumán con San Fernando del Valle de Catamarca tendrá 346,51 kilómetros. Las motos, a la altura del puesto de control tres, tendrán un reabastecimiento. 

El horario oficial de salida desde el hipódromo de la primera moto será a las 6.10 por lo que durante toda la mañana habrá vehículos de la competencia transitando por la ruta 38. El enlace será de 177,91 kilómetros hasta la localidad de Alijilan, desde donde se pondrá en marcha la etapa. Las máquinas arribarán a Casa de Piedra y desde allí transitarán 143,69 kilómetros de enlace hasta la capital catamarqueña. Caminos rotos, una huella difícil de seguir y trayectos sinuosos serán los obstáculos.

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