30 Junio 2013
LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO
Pasó la semana entera en una celda. Desde el lunes, Luis "El Gordo" Olivera se convirtió en el único detenido en el marco de la causa Paulina Lebbos. Sus familiares dijeron que esta situación los sorprendió, que no saben de dónde salió todo y que si es necesario les revisen toda la casa, porque ellos no tienen nada que ocultar.
Olivera está alojado en carácter de incomunicado y el jueves sufrió una descompensación, que alertó a sus familiares directos. De inmediato, un grupo de allegados reclamó la presencia de un médico en la celda. El susto pasó después de una hora, cuando un profesional médico de la Policía logró compensar a Olivera, que había sufrido un pico de presión arterial.
Sus familiares dijeron que debe tomar una medicación diaria para evitar problemas de salud, pero que el encierro le había provocado un desánimo a tal punto que dejó de tomar las pastillas. Esa fue la principal razón de la descompensación.
La defensa legal de Olivera está en manos del abogado Cergio Morfil y de su colaborador Juan Pablo Nadotti. Este último informó el viernes al fiscal López Ávila que su defendido se encontraba estabilizado. Para resguardar la seguridad del único detenido, la fiscalía se reservó el lugar donde cumple la detención.
"El Gordo" Olivera tiene 57 años. Es padre de cuatro hijos (tres varones y una mujer). Al momento de declarar ante el fiscal dijo que no conocía nada sobre el crimen de Paulina. Además aseguró que podía justificar cómo adquirió todos los bienes que posee. También uno de los hijos de Olivera prestó declaración ante López Ávila. En esa ocasión relató cómo adquirieron los diversos bienes que tiene la familia en El Cadillal (dos propiedades habrían sido fruto de una sucesión), y detalló cuáles fueron los movimientos que hubo en la casa destruida.
Los peritajes
Américo Olivera, hijo del único detenido, afirmó ayer a LA GACETA que la familia no tiene nada que ver con el crimen de Paulina. "Estamos dispuestos a que la Justicia revise toda la casa y se lleve todo lo que quieran para hacer peritajes, porque mi padre no tiene nada que esconder y nada que ver en esto", afirmó.
"Queremos que esto se resuelva rápido -dijo-. Está mejor. Está tomando los medicamentos como corresponde, pero es difícil estar encerrado sin tener nada que ver. Que revisen todo lo que quieran", insistió.
Olivera está alojado en carácter de incomunicado y el jueves sufrió una descompensación, que alertó a sus familiares directos. De inmediato, un grupo de allegados reclamó la presencia de un médico en la celda. El susto pasó después de una hora, cuando un profesional médico de la Policía logró compensar a Olivera, que había sufrido un pico de presión arterial.
Sus familiares dijeron que debe tomar una medicación diaria para evitar problemas de salud, pero que el encierro le había provocado un desánimo a tal punto que dejó de tomar las pastillas. Esa fue la principal razón de la descompensación.
La defensa legal de Olivera está en manos del abogado Cergio Morfil y de su colaborador Juan Pablo Nadotti. Este último informó el viernes al fiscal López Ávila que su defendido se encontraba estabilizado. Para resguardar la seguridad del único detenido, la fiscalía se reservó el lugar donde cumple la detención.
"El Gordo" Olivera tiene 57 años. Es padre de cuatro hijos (tres varones y una mujer). Al momento de declarar ante el fiscal dijo que no conocía nada sobre el crimen de Paulina. Además aseguró que podía justificar cómo adquirió todos los bienes que posee. También uno de los hijos de Olivera prestó declaración ante López Ávila. En esa ocasión relató cómo adquirieron los diversos bienes que tiene la familia en El Cadillal (dos propiedades habrían sido fruto de una sucesión), y detalló cuáles fueron los movimientos que hubo en la casa destruida.
Los peritajes
Américo Olivera, hijo del único detenido, afirmó ayer a LA GACETA que la familia no tiene nada que ver con el crimen de Paulina. "Estamos dispuestos a que la Justicia revise toda la casa y se lleve todo lo que quieran para hacer peritajes, porque mi padre no tiene nada que esconder y nada que ver en esto", afirmó.
"Queremos que esto se resuelva rápido -dijo-. Está mejor. Está tomando los medicamentos como corresponde, pero es difícil estar encerrado sin tener nada que ver. Que revisen todo lo que quieran", insistió.
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