Rápido y furioso

Integrante del clan de los "distintos", el juvenil Cuevas asume su rol de conductor.

LA TIENE ATADA. Cuevas hace jueguitos con el balón, su mejor amigo. LA TIENE ATADA. Cuevas hace jueguitos con el balón, su mejor amigo.
28 Julio 2013
Encarar a este chico con el grabador de periodista en mano es como haberlo dejado varado en plena Antártida en musculosa, short y chancletas. La seguridad del enganche atrevido que bailaba hasta hace poco en la Liga se derrite cual témpano de hielo en verano santiagueño. "Piola" no está preparado todavía para recibir preguntas. Su modo está configurado en el de un juvenil trabajador que todavía siguen soñando con sacarse fotos con alguno de sus compañeros, a los que tiempo atrás veía por TV.

Eso sí, si hablás de fútbol y él es parte del asunto, el niño (próximamente mimado) de Termas de Río Hondo se convierte en un león. A esta altura de las circunstancias y a horas de salir con la 10 en la espalda y de llevar a cabo la misión de darle creatividad a la ofensiva de Atlético, Cuevas jura que prefiere estar rodeado de futbolistas dispuestos a darle en el tobillo a decir unas palabras. Está nervioso.

"Sí, esto es nuevo para mí", reconoce con una sonrisa tímida una de las gratas sorpresas del 11 ideal de "RR". "Cuevas está donde está porque se lo ganó. Tiene todo mi apoyo y el de sus compañeros".

El mensaje del técnico hace las veces de remanso a los nervios del veloz medio, que debutó en el clásico pasado aunque pudo haberlo hecho antes en la B Nacional. "Sí, el 'profe' me dijo pero lamentablemente no pude hacerlo por una lesión de isquiotibiales. Ahora estoy perfecto, no suelto esta oportunidad ni a palos. Estoy a full en todos los entrenamientos. Quiero ganarme un puesto", confía quien delante suyo tendrá a Martín Morel.

"Será una gran experiencia estar a su lado. Y también una presión, porque quiero aprender de él, mejorar a su lado", explica, y continúa. Cuevas sabe que el duelo de hoy puede ser un pasaje al próximo fin de semana en Jujuy, cuando el "decano" empiece a desojar su temporada en la B Nacional.

Cuando se habla de presión pre partido, "Piola" salta un casillero. "Presión no siento, presión hay en los partidos de barrio, en los de la liga termense. Ahí si nos soy rápido, te pillan, ja. Por eso el cambio de ritmo y la velocidad lo son todo". El distinto es consciente del material técnico que dispone y piensa hacerlo valer ante el primo de Bolívar y Pellegrini.

No tan lejos en el tiempo, Gastón desechó invitaciones de Boca y San Lorenzo. "No di importancia y me vine a probar a Atlético, un grande del norte, el más grande del norte", asegura a sus 20 años, y aclara que no quiere ser heredero de nadie. Pretende escribir la suya desde el sector de la humildad. "Con trabajo se llega", insiste el mimado de mamá Liliana Cuevas y de Pablo Bustos, padre del corazón. "A mi viejo lo conocí, pero no tuve una buena relación", resume una parte dolorosa pero no tanto como para arrugar el amor que recibe de Liliana y Pablo, además del de su abuela y dos hermanas. "Mi abuelo también está, me sigue desde el cielo. Y cómo olvidarme de Jaqueline, mi novia. Lo que hago es para ellos".

El caso de Gastón sorprende. Con tres temporadas de vida en Atlético desechó un jugoso contrato en dólares y una vida sin necesidades en Estados Unidos. "Sí, es verdad, lo hice. Atlético me abrió las puertas y me lo está dando todo, por eso dije que no. Voy a seguir luchándola acá hasta triunfar".

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