La hora de los popes del conurbano

Por Rosendo Fraga - Analista político

04 Agosto 2013
El cierre de listas para las PASO mostró por primera vez en la historia argentina la irrupción de los intendentes del conurbano como protagonistas de la política nacional.  Si bien la reforma constitucional de 1994 había arrojado como consecuencia que uno de cada cuatro votos para elegir presidente esté ahora en el Gran Buenos Aires, los intendentes quedaron relegados durante casi dos décadas a ser figuras políticas de segunda fila.
Dueños de una poderosa máquina electoral, los llamados "barones" del conurbano no sólo no encabezaban las listas de candidatos a diputados nacionales, sino que tampoco podían llegar a la Gobernación de Buenos Aires. Las elecciones como gobernadores de Ruckauf en 1999, Solá en 2003 y Scioli en 2007 mostraron que tres dirigentes justicialistas que vivían en la Ciudad de Buenos Aires eran elegidos desde la Casa Rosada para ser los candidatos, dado que los bonaerenses no parecían tener figuras que podían disputar con éxito las elecciones en la provincia.  Entre 2003 y 2011 se fue dando una renovación generacional de algunas intendencias. Pero es en 2013, con casi 20 años de demora respecto al cambio que generó en la geografía electoral la eliminación del Colegio Electoral, cuando los intendentes del conurbano bonaerense irrumpen como protagonistas de la política nacional.
En las listas presentadas el 22 de junio de este año, el intendente de Tigre, Sergio Massa, encabeza la de candidatos a diputados nacionales del Frente Renovador, que lleva como número dos al intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi. El de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, es el primer candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria (FPV).
El kirchnerismo desarrolló una política para fortalecer los intendentes al establecer relaciones directas entre ellos y la Casa Rosada y pasando por encima a los gobernadores para tratar así de debilitarlos. Esta política se intensificó durante la gestión de Cristina y el ministro de Planificación e Infraestructura, Julio de Vido, fue el ejecutor central en ello. El año 2012 cerraba con la pregunta de si un gobernador bonaerense como Daniel Scioli podría vencer la ley no escrita que durante un siglo impidió a sus predecesores ser electos Presidentes de la Nación. El 2013 aparece planteada la posibilidad de que un intendente del conurbano como Massa pueda ser Presidente, algo que hasta hace muy poco tiempo hubiera parecido imposible.

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