09 Agosto 2013

LOS BANCOS

Cuánta impotencia me causa saber que un ser humano más pierde la vida en la fila de un banco. No hay que ser un analista profesional de la situación para darse cuenta de que no existe una ley que obligue a los bancos a brindar no sólo una atención financiera, sino también un servicio que no atente contra la persona. La espera en las interminables filas, las pocas horas de servicio al público sumado a la inseguridad reinante, hace que los clientes y mucho más los jubilados vivan horas de tensión que producen descompensaciones en la mayoría de los casos. El problema nace en el banco, pero este lejos está de resolver una situación que tiene que ver con la atención médica para sus clientes que son considerados como tal de la puerta para adentro, ver aparte reglas internas del banco, y pregunto: ¿Por qué el banco no dispone de una ambulancia? ¿Por qué no capacita a su personal en resucitación (RCP) si la mayoría de los accidentes suceden en personas con deficiencias cardíacas? ¿Por qué las esperas no son priorizadas para personas avanzadas de edad que debieran ser asistidas en sus domicilios? Trabajen alguna vez a favor de la gente y que menos puede, pero deben vivir como todos.

Williams Fanlo
[email protected]

Publicidad


CAPACITACIÓN DOCENTE

En Tucumán, el sistema de clasificación de docentes considera como aptitud para trabajar en una escuela un puntaje que se logra a través de capacitaciones. Estas son pagadas a un precio muy alto y sostienen de manera clara la idea de que aquellos docentes que tengan dinero para pagarlas (cursos, postítulos, especializaciones) serán los primeros en conseguir trabajo. Los que no, deberán esperar. Un docente recién recibido necesita invertir a razón de $2.500 por semestre para poder lograr una cantidad de puntos regular (dentro del marco permitido por Aremyc, ente de control y monitoreo de puntaje docente. Sin considerar el hecho de que algunos cursos y capacitaciones son tan inservibles como caras, los docentes se ven sometidos a la humillación de hacer cola durante horas para lograr inscribirse en cursos más económicos. El martes fui junto a otros colegas a inscribirme en ISET, pero entre la burocracia y el amiguismo lograron que muchos docentes quedáramos fuera de la inscripción ya que de repente el número de colegas que conseguían números antes que nosotros se había duplicado sin que hubiesen hecho cola y logrando inscribirse algunos que estaban detrás de nosotros. La vergüenza que produce ver a docentes peleándose a empujones por un número para inscribirse en un curso por el cual van a pagar es muy grande; ni qué decir verlos robarles los lugares a sus colegas o sostener este sistema perverso con su aceptación o su silencio. Todo esto es resultado de un sistema creado para enriquecer a unos pocos por parte de un gobierno para el cual todo es negociable y para un ministerio de Educación provincial que de educación sabe poco y de negocios mucho.

Daniel Alberto Casas
[email protected]

Publicidad


DISCAPACIDAD

Gracias a LA GACETA, que permite que sus lectores utilicen esta sección para exponer sus problemas o sugerir soluciones. Es así que me dirijo al ministro de Salud Pública, para solicitarle que evalúe el contenido del reglamento de la Junta de Evaluación de Discapacidad del Ministerio de Salud Pública de Tucumán, respecto del tiempo que se le concede al peticionante del certificado de discapacidad. Si bien es cierto que hay diferentes niveles de discapacidad, también hay casos como el de mi hijo Raúl Alejandro (DNI 12.870.910), de 54 años, que padece de discapacidad mental de nacimiento, permanente e irreversible. Al solicitar el certificado el 10/11/09 adjuntando la documentación requerida, para mi sorpresa este le fue acordado por cuatro años. Vence el 10/11/13, como si su discapacidad fuera a desaparecer en ese tiempo, ignorando el certificado del médico tratante. Es decir que cuando venza debo solicitarlo nuevamente y así, ¿hasta cuándo? Acoto que en mi jubilación, la Anses me otorgó el subsidio por incapacidad en forma permanente. Doctor Yedlin, mucho le agradeceré que se interese por la reglamentación aludida por cuanto en casos como el de mi hijo dicho certificado se lo debería otorgar en forma permanente y de por vida.

Edelma Noemí Cipriano Dovo de Buscaglia
José Colombres 66 
San Miguel de Tucumán


SIN PAVIMENTACIÓN

No puedo comprender cómo la calle 8 de Villa Mariano Moreno, que comprende desde 25 a 43, aún no esté pavimentada. Por ella bajan dos líneas de colectivos (la 7 y 101) más los vehículos que transitan diariamente. El transporte de pasajeros pasa cada 10 minutos y el tierral que deja en la cuadra es insoportable. A ello se suma el caudal permanente de agua que corre por el cordón cuneta que radica desde años. No hace mucho existía un cartel en calle 8 y 25 que anunciaba la pavimentación y las cloacas para la cuadra y de la noche a la mañana, desapareció. El servicio de recolección es pésimo, así como la iluminación en toda la cuadra, es una cuadra totalmente olvidada. Lo invito al intendente a pararse 30 minutos y verá que lo que digo no es mentira. Ni un camión regador pasa por nuestra cuadra para aplacar el tierral que se levanta a diario. Sólo le pido igualdad para todos. Se realizaron obras de pavimentación en varias cuadras de Villa Mariano Moreno, pero creo que se está olvidando de la calle 8.

Fernando Díaz
Calle 8 N° 675 
Villa Mariano Moreno-Tucumán


EL EPAM

Me dirijo al rector de la UNT como alumna de EPAM, para exponerle lo siguiente: a pesar de mi limitada jubilación, como docente provincial, debo acudir a los talleres que allí se dictan, en taxi (las limitaciones que impone mi edad no me permiten hacerlo en colectivo), para evitar accidentes que podrían ser mortales. La mayoría de los alumnos así lo hace. He tenido que dejar de asistir a algunos talleres de excelencia, ya que el gasto que representaría hacerlo me lo impide. Sé de muchos alumnos que tuvieron que abandonar. De vuelta de las vacaciones de invierno, me encontré con un ambiente general inhóspito. El frío, dentro y fuera de las aulas, es cruel, sobre todo para las personas mayores. Ni qué pensar en mitigarlo bebiendo un café bien caliente. Ese enorme galpón semeja un páramo, desierto, helado, ciertamente triste, no invita a sentarse con los compañeros a compartir, café mediante, nuestras historias de vida. Además, veo con tristeza cómo el EPAM, hasta no hace mucho un lugar de encuentro, de recreación, de saberes tan caros para la mente y el espíritu, va perdiendo su identidad otrora firme y reconocida en el medio cultural de nuestra provincia y más allá de sus fronteras. Reconozco que su tarea como conductor de nuestra Universidad, prestigiosa dentro y fuera del país, es ardua y compleja, pero le pido en nombre de todos los que formamos esta noble institución, que ha dado sobradas muestras de ser una necesidad para tantos tucumanos, que nos apoye en las múltiples gestiones que se han realizado, que nos escuche y nos proporcione un lugar más adecuado a nuestra edad y a nuestros deseos de continuar encontrando en EPAM, el alimento mental y espiritual que tanto bien nos hace.

Norma S. Cattáneo de Naval
Bolívar 926 
San Miguel de Tucumán


DE LUTO

Es tanta la ambición, el poder desmedido por permanecer en las instituciones a todo precio que pareciera que hacer lo correcto y el bien cuesta mucho. Hacer lo correcto sin mirar las consecuencias, sin miedo es tan difícil. Hoy, el Estado provincial y el nacional viven en la desidia. Desidia significa pereza, negligencia. Falta de aplicación. Falta de cuidado, omisión. Dejadez. Ser negligente es mirar con indiferencia. Hay muchos ejemplos a nuestro alrededor que nos indican que vivimos en medio de la desidia. La falta de información certera acerca de la presencia de gripe A en la provincia. La falta de toma de decisiones para el control en un uso racional del agua entre aquellos que hacen un mal uso de ella comparada a otros pobladores que no tienen este elemento esencial de la vida. El no control correcto de los organismos responsables de regular y fiscalizar los servicios como la luz y el gas. Por lo cual, hay familias santafesinas que están sufriendo la absurda pérdida de sus seres queridos por la explosión de gas en un edificio. Hoy estoy triste; los argentinos estamos de luto.

Mariela del Carmen Alderete
[email protected]


EL VOTO

Hace algunos años leí que en el voto se juega la conciencia, la participación responsable, el compromiso ciudadano. Que el voto no es mercadería que se compra y se vende, ni un gesto para agradecer favores. Que un buen candidato es el que está siempre al lado de la gente; el que se maneja siempre con la verdad y promueve la responsabilidad ciudadana; el que incluya propuestas que generen esperanza y convoquen al trabajo. El que ejerce su función pública de modo honesto; el que planifica en función de la salud pública, la educación y la justicia. Que el mal candidato es el que se acerca a la gente sólo en tiempo electoral; el que compra la voluntad de los votantes; el que de golpe ha aumentado su patrimonio económico y de modo inexplicable. Que hay que participar no sólo votando sino acompañando con nuestro trabajo personal la labor de nuestro gobierno, informándonos de su gestión y controlando que sus acciones persigan siempre el bien común.

Waldino Troadio Olea
Mzna. E. Block 6-Barrio Oeste II 
San Miguel de Tucumán


UN PUNTO NEGRO

El 24 de marzo pasado se publicó en esta sección una carta mía referida al procedimiento que desde la Legislatura se promovía contra los integrantes de la Cámara Penal que dictó la absolución de los imputados en el caso "Verón". En el cierre de esa carta escribí: "Añado, en el caso de uno de los jueces renunciantes y afectado en su salud, el máximo administrador de la Provincia se mostró, además de transgresor de la ley (rechazando su renuncia), impiadoso". Hoy, transcurridos casi 150 días, puedo afirmar que esa impiedad no tiene límites. Ni con lo solamente humano ni con las normas vigentes (Constitución Nacional, de Tucumán y los tratados internacionales de DDHH), sobre la vida y derecho a la salud de los ciudadanos, sean jueces o no. Un punto negro en la gestión gobernante, para la historia.

Carlos Duguech
[email protected]


Comentarios