14 Agosto 2013
AFLIGIDOS. "No estamos descontrolados, ni usamos los recreos para consumir drogas", dijeron los jóvenes. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Están preocupados. Y algo enojados. No les gusta que la escuela en la que estudian, la Normal, haya quedado en el centro de la escena al conocerse dos casos de jóvenes involucradas con el consumo de sustancias. Por eso, llegaron a la redacción de LA GACETA y pidieron la palabra. Los 12 alumnos secundarios tienen un discurso muy claro sobre lo que pasó la semana pasada. "Esto nos afectó mucho", coincidieron todos.
El hecho se conoció el sábado, cuando trascendió que un grupo de alumnas llegó a una clase pidiendo ayuda porque en el baño se encontraba una compañera que se había descompensado después de ingerir pastillas tranquilizantes (alprazolam, que es un potente ansiolítico). Dos días después, se conoció que otras estudiantes llegaron en estado de ebriedad a clase.
Después de aclarar que las alumnas no habían mezclado alcohol con pastillas dentro de la escuela, los compañeros subrayaron que las autoridades actuaron correctamente, dando contención a las jóvenes y a sus familias. "¿Qué pretendían? No se las puede dejar afuera de la institución. Es un tema muy íntimo lo que pasaron estas jóvenes. No entiendo por qué se las está exponiendo tanto", planteó Rocío, de 17 años.
Simple, directo, con su voz cargada de rebeldía, Mauro, aportó: "estamos expuestos a todo, se nos ofrece todo tipo de sustancias en cualquier parte. Esto no pasa solamente en la Normal, ocurre en todos lados, en todas las escuelas y colegios, en las plazas y hasta en los clubes".
Y Rocío fue más allá e hizo un llamado a la sociedad. "¿Qué nos sorprende tanto? No seamos hipócritas; esto está pasando en cualquier parte, a cualquier hora. No es nada del otro mundo", dijo en referencia al consumo de sustancias por parte de los adolescentes.
Rocío, Mauro, Luisina (17), Ignacio (16) y Dana (16) insistieron en que estos hechos no tienen por qué desprestigiar el trabajo educativo que desde hace muchos años viene haciendo la Normal. "Tenemos millones de proyectos muy buenos. Siempre nos inculcaron los mejores valores. Además, es mentira que en las aulas y en los recreos reina el descontrol. Estamos bien cuidados. Las jóvenes que tuvieron problemas están recibiendo el apoyo de psicólogos, jamás se las dejó de lado", explicó Luisina.
Los estudiantes dejaron en claro que, después de todo, "a nadie encontraron con drogas adentro de la escuela". Les parece exagerada la trascendencia que tuvieron los casos. "Somos adolescentes, cometemos travesuras. No quiere decir que seamos malas personas o que estemos descontrolados", terció Rocío.
Mauro, que es el presidente del Centro de Estudiantes de la escuela, dijo que le molestó enterarse por LA GACETA lo que había ocurrido. "Hago un llamado a la solidaridad: que podamos entender que estas chicas que consumieron sustancias estaban atravesando un momento especial en sus vidas, algo muy personal, y que podamos dejar atrás los prejuicios sobre ellas y sobre nuestra escuela".
Sí se mostraron preocupados por el uso de drogas entre los jóvenes, por el fácil acceso a las sustancias y por la falta de contención familiar que hay en varios casos. "Ahí está el verdadero riesgo", evaluó Mauro.
En nuestra edición de ayer, el equipo directivo de la escuela Normal aclaró que lo sucedido la semana pasada fueron hechos aislados, en los cuáles ya había intervenido el Servicio de Asistencia Social Escolar (SASE). Asimismo, la rectora Noelí Guerra precisó que el establecimiento había decidido no sancionar a las alumnas involucradas sino realizar un abordaje específico de cada caso y de su entorno.
El hecho se conoció el sábado, cuando trascendió que un grupo de alumnas llegó a una clase pidiendo ayuda porque en el baño se encontraba una compañera que se había descompensado después de ingerir pastillas tranquilizantes (alprazolam, que es un potente ansiolítico). Dos días después, se conoció que otras estudiantes llegaron en estado de ebriedad a clase.
Después de aclarar que las alumnas no habían mezclado alcohol con pastillas dentro de la escuela, los compañeros subrayaron que las autoridades actuaron correctamente, dando contención a las jóvenes y a sus familias. "¿Qué pretendían? No se las puede dejar afuera de la institución. Es un tema muy íntimo lo que pasaron estas jóvenes. No entiendo por qué se las está exponiendo tanto", planteó Rocío, de 17 años.
Simple, directo, con su voz cargada de rebeldía, Mauro, aportó: "estamos expuestos a todo, se nos ofrece todo tipo de sustancias en cualquier parte. Esto no pasa solamente en la Normal, ocurre en todos lados, en todas las escuelas y colegios, en las plazas y hasta en los clubes".
Y Rocío fue más allá e hizo un llamado a la sociedad. "¿Qué nos sorprende tanto? No seamos hipócritas; esto está pasando en cualquier parte, a cualquier hora. No es nada del otro mundo", dijo en referencia al consumo de sustancias por parte de los adolescentes.
Rocío, Mauro, Luisina (17), Ignacio (16) y Dana (16) insistieron en que estos hechos no tienen por qué desprestigiar el trabajo educativo que desde hace muchos años viene haciendo la Normal. "Tenemos millones de proyectos muy buenos. Siempre nos inculcaron los mejores valores. Además, es mentira que en las aulas y en los recreos reina el descontrol. Estamos bien cuidados. Las jóvenes que tuvieron problemas están recibiendo el apoyo de psicólogos, jamás se las dejó de lado", explicó Luisina.
Los estudiantes dejaron en claro que, después de todo, "a nadie encontraron con drogas adentro de la escuela". Les parece exagerada la trascendencia que tuvieron los casos. "Somos adolescentes, cometemos travesuras. No quiere decir que seamos malas personas o que estemos descontrolados", terció Rocío.
Mauro, que es el presidente del Centro de Estudiantes de la escuela, dijo que le molestó enterarse por LA GACETA lo que había ocurrido. "Hago un llamado a la solidaridad: que podamos entender que estas chicas que consumieron sustancias estaban atravesando un momento especial en sus vidas, algo muy personal, y que podamos dejar atrás los prejuicios sobre ellas y sobre nuestra escuela".
Sí se mostraron preocupados por el uso de drogas entre los jóvenes, por el fácil acceso a las sustancias y por la falta de contención familiar que hay en varios casos. "Ahí está el verdadero riesgo", evaluó Mauro.
En nuestra edición de ayer, el equipo directivo de la escuela Normal aclaró que lo sucedido la semana pasada fueron hechos aislados, en los cuáles ya había intervenido el Servicio de Asistencia Social Escolar (SASE). Asimismo, la rectora Noelí Guerra precisó que el establecimiento había decidido no sancionar a las alumnas involucradas sino realizar un abordaje específico de cada caso y de su entorno.
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