El frío dejó un escenario difícil de cambiar

Las heladas afectan los diversos cultivos de la provincia y determinan un escenario complicado para la producción. El frío se suma a la sequía y ha potenciado las pérdidas en varias actividades. El 2013 se perfila como un año difícil de revertir, teniendo en cuenta las caídas de los rendimientos en campos. Los fenómenos climáticos obligan a un análisis estructural y al diálogo

Los productores agropecuarios y los campos en explotación de diversa índole de la provincia, vienen atravesando situaciones muy complicadas generadas no sólo por políticas desacertadas, sino también por inclemencias climáticas de distinto tipo. La segunda sequía consecutiva se ha abatido en campos tucumanos, cuyos daños siguen registrándose en los cultivos invernales, en los cultivos perennes y en las pasturas.

El impacto por la seca ya fue evaluado por diversas instituciones de investigación, con resultados nefastos para todas las actividades agropecuarias tucumanas. Pero los efectos todavía no pasaron y los pronósticos marcan que la falta de lluvia seguirá afectando la producción.

Ahora se suman las heladas, un fenómeno que este año se presentó con fuerza, desoyendo los pronósticos que afirmaban que no iban a ser tan severas. Lo real fue que aparecieron y que hubo graves daños.

La suma de esos fenómenos climáticos hoy tienen en jaque a los hombres de campo tucumanos.

Las heladas han golpeado a todos los cultivos en la provincia. Algunos productores han recibido el impacto con mayor fuerza y los daños ha sido importantes; unos tantos alcanzaron a proteger sus cultivos con riego o cobertura, pero otros tantos que no contaban con los medios no pudieron evitar las pérdidas.

En el sector de limón se intensificaron las campañas de controles de calidad para evitar exportar fruta dañada a los mercados internacionales. También se adoptan políticas de protección de mercados hacia donde se dirige la mercadería. Esta situación provocó una alerta en los controles destinados a preservar la calidad del limón para la comercialización, minimizando el riesgo de incluir fruta con problemas de heladas.

Es prematuro arriesgar algún número preciso de la caída en la producción, pero lo real es que hubo una reducción de los embarques a partir de la semana 31.

Los productores realizaron exhaustivas revisiones en los campo a cosechar después de las heladas, para cerciorarse de que no existan síntomas visibles de heladas en los órganos más sensibles de planta tales, como brotes tiernos, flores y fruta recién cuajada. Se ha pospuesto la cosecha en esos lotes hasta que se manifestaran más visiblemente los daños de la helada en el limón. Se tuvo especial precaución con las ramas quebradas que presentaron fruta deshidratada. A pesar de esto, la paralización de los envíos es casi total, por lo que las heladas a fin y al cabo perjudicó en gran medida a los citricultores.

Los productores de palta también sienten los efectos del frío y los daños todavía son evaluados, pero sin duda existieron.

Las heladas también ocasionan cuantiosas pérdidas en el sector azucarero. El Instituto de Promoción de Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat) advirtió que la afectación de la caña debido a las bajas temperaturas derivará en una disminución de casi 290.000 toneladas de azúcar respecto del 1,7 millón toneladas que se había calculo para la presente temporada.

Pero el efecto de las heladas no sólo es directo, afectando a los tallos y al contenido sacarino del jugo, sino también indirecto debido a que provocaron el desecamiento muy rápido del follaje. Esa situación lleva a que los incendios sean una constante. Las quemas hacen que los rendimientos de azúcar disminuyan aún más.

El brusco descenso de la temperatura es uno de los componentes que mayor daño causan a los cultivos de verduras y legumbres. Esto queda demostrado ahora, luego de que el fenómeno se haya extendido a todo el territorio provincial. Según el sector productivo, las últimas heladas han sido las más intensas y severas del año hasta el momento. Como consecuencia, los horticultores ubicados en las diferentes zonas productivas como Lules, Alto Verde, Graneros, La invernada, Alberdi, Concepción y la zona hortícola de la cuenca de Trancas (la mayoría de ellos propietarios de pocas hectáreas) sobrellevan una caída de la producción de las diferentes producciones.

El fenómeno golpeó inclusive a los productores de arándanos y de frutilla e la provincia de diversas maneras, por lo que también su futuro se complica según los casos.

Respecto de los granos, el frío afectó lo poco que se sembró en trigo y garbanzo, que vienen muy golpeados por la sequía. Con respeto a la ganadería, la seca y las heladas hicieron que los daños se acentúen y casi no haya pasturas adecuadas para los animales de la provincia.

El 2013 será un año que los productores tucumanos no olvidarán fácilmente, pero debe servir para la reflexión, para evitar la confrontación con las autoridades nacionales y provinciales, y para tratar que, con el dialogo se haga mas sencillo llevar adelante lo dramático de la situación actual, buscando las herramientas legales, financieras y tecnológicas, con el fin de aminorar los daños en el campo.

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