Investigarán si un policía es un violador serial

Estudian los casos con autores desconocidos.

19 Agosto 2013
"Tiene que acompañarme a la comisaría" o "yo la acerco hasta su casa para que no le pase nada", habrían sido las frases que utilizaba Gabriel Ignacio Ortiz para captar a sus víctimas. Eso al menos cree la fiscala de Instrucción de la VIII° Nominación, Adriana Giannoni, quien investigará si las causas por abusos sexuales que tienen autores desconocidos guardan relación con el supuesto modus operandi del policía.

Ortiz tiene 29 años e ingresó a la Policía de la provincia el 14 de diciembre de 2010. Trabajaba en la Patrulla Motorizada de Yerba Buena cuando el fiscal de Instrucción de la V° Nominación, Washington Navarro Dávila, lo detuvo por al abuso sexual a una mujer. Según informaron fuentes tribunalicias, el agente había seguido a la víctima a la salida de un boliche, y al interceptarla le dijo que debía acompañarla hasta la comisaría para que declarara por unos incidentes que habrían ocurrido en la puerta del local bailable.

La joven, quien reconoció en la Justicia que estaba borracha, acompañó a Ortiz, quien la habría abusado. Los gritos y la resistencia de la mujer lograron evitar que hubiera acceso carnal, y el policía fue detenido. Cuando declaró ante Navarro Dávila, dijo que ella había consentido que tuvieran relaciones sexuales.

Similar actitud

La manera de actuar para reclutar a la víctima fue lo que despertó la luz de atención de Giannoni. La fiscala investigaba desde diciembre de 2011 un abuso sexual en el que una joven había sido violada por un policía en las canchas de fútbol de avenida Wenceslao Posse, detrás de la terminal de ómnibus.

El abusador le había contado a la víctima que trabajaba en un área investigativa de la Policía. Cuando la había interceptado, se movilizaba en una moto Honda Falcon. Giannoni había concentrado su investigación en el personal policial de Dirección General de Investigaciones, y de otras dependencias investigativas.

Entre los informes que la fiscala solicitó a la Policía, estaba el listado de las motos que se utilizaban en las reparticiones oficiales, y los vehículos particulares de los policías. En 20 meses, Giannoni había realizado 35 cotejos de ADN, pero no lograba dar con el abusador.

Hace 15 días, la fiscala supo del caso que investigaba Navarro Dávila, y al conocer el modus operandi creyó que estaba en presencia del mismo sospechoso. No se equivocó: la pericia de ADN arrojó un 99,9 % de coincidencia entre el perfil genético de Ortiz y el del abusador.

El miércoles, el policía declaró y reconoció que estuvo con la víctima, aunque afirmó que habían ido a un hotel alojamiento, negando que hayan mantenido relaciones sexuales a la fuerza.

Fuentes judiciales comentaron que el viernes a última hora, Giannoni recibió todas las causas de abusos sexuales que se encontraban en la oficina de autores desconocidos. Serían una docena de casos en los que no hay datos de los sospechosos, y las pruebas serán ahora cotejadas con el perfil de Ortiz.

Giannoni investigó el caso de Oscar Fernández, el violador serial condenado a 29 años de prisión por el abuso sexual de cinco niñas. El ministro Fiscal Luis De Mitri había dispuesto que todas las causas de abusos sexuales con autores desconocidos sean remitidas a la fiscalía de Giannoni.

Cuando el caso de Fernández fue elevado a juicio, la disposición fue revocada por De Mitri. Los abusos sexuales de los que se desconocen datos de los autores terminan en la oficina de Autores Desconocidos, y casi nunca se identifica a los abusadores.

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