Por Gustavo Frías Silva
06 Septiembre 2013
La sequía que afecta a la región del NOA y a otras zonas productoras del país está dejando una sensación de incertidumbre muy marcada en todo el ámbito del campo, debido a que los daños producidos fueron cuantiosos y con un arrastre ocasionado por las pérdidas en dos campañas consecutivas.
Las malas noticias sobre este tema son muchas y diversas y los medios nacionales de información, no solo dedicados al sector agropecuario, usaron mucho espacio en papel, radio y televisión, mostrando al público en general la realidad que sigue golpeando por estos días.
Lo cierto es que para afrontar cualquier actividad agrícola ganadera el agua es vital, y para ello debe ser adecuadamente conservada en el suelo antes de decidir cualquier actividad.
El panorama actual del sector agropecuario en las áreas afectadas del país es preocupante por el futuro inmediato, ya que las pérdidas que ocurrieron dejaron a la mayoría de los hombres de campo sin capacidad de financiación.
A ese panorama se sumaron la nula rentabilidad y las pérdidas que la sequía trae aparejado, golpeando duramente la calidad de vida de los productores. Existieron y existen perdidas de cultivos de diferente tipo como soja, sorgo, maíz, girasol, caña de azúcar, cítricos y pasturas, además de la pérdida por animales muertos, crías no logradas, diferentes productos obtenidos de los animales y cuantiosos daños irreparables en genética.
Lo cierto es que hoy la situación es crítica y todavía no se hizo nada como para ir acomodándose a lo que puede venir en el futuro.
Solo se ven algunas decisiones políticas que sirven para la coyuntura actual con las diferentes declaraciones de emergencias agropecuarias en distintas provincias afectadas como Tucumán, pero es poco o nada lo que se hace para el futuro no muy lejano si se presentan nuevamente situaciones de sequía -como las actuales-, específicamente lo relacionado con las obras de infraestructura para riego.
Muchos expertos en climatología afirman que esta falta de agua no sería temporal, sino que puede darse un ciclo más o menos largo.
Esto solo debe ser una premisa para prepararnos a lo que puede llegar a venir, pero urge tomar medidas y delinear políticas que ayuden al sector productivo a afrontar lo que queremos que no suceda: una drástica falta de agua para la agricultura, la ganadería, las industrias y para el consumo humano.
El Estado provincial y el nacional deben tener la certeza de que esto puede suceder, y que en el NOA ya llevan dos campañas completas y finalizó una sequía invernal, ya que no llovió lo que se esperaba para abril y mayo, meses normalmente con precipitaciones en nuestra región y que algo sirven para acumular agua.
Situación preocupante
Lo real es que agosto ya se fue sin precipitaciones y la situación se complica cada vez más.
El agua dulce nos sirve para consumo humano, riego, bebida de animales y uso industrial y hoy es escasa en la región y en la provincia. Por lo tanto es hoy un elemento valioso, sobre todo en estas épocas que nos toca vivir, y es un recurso importante para la vida.
Las lluvias o nevadas permanentes o estacionales, los ríos o lagos de montaña o el agua subterránea son las formas más comunes de obtener el agua necesaria, pero está en nosotros en saber administrarla y usarla con obras como diques embalses, diques niveladores, tomas de río, represas o pozos.
Ejemplos sobre inversiones y políticas de producción diferenciada para regiones marginales existen en diversas parte del mundo, aunque sea para copiarlas.
Pero la realidad es que en nuestro país y región existen proyectos viables que solo deben ser aprobados y buscar la financiación necesaria, que existe, por las autoridades de turno.
Las lluvias suficientes para poder afrontar las necesidades hídricas de cultivos e industrias y personas desde hace más de dos años son insuficientes y la poca agua que corre por nuestros ríos es escasa. Pero el agua sigue pasando por los ríos y no hacemos nada para aprovecharla.
El agua ya no alcanza para todas las necesidades y si el clima sigue sin variaciones importantes y no se corta en algún momento el ciclo seco, el agua será cada vez más escasa.
Diferentes proyectos provinciales como lo es el Potrero de las Tablas, el proyecto de riego de los ríos Choromoro y El tala, y del que alguna vez se impulso como Potrero del Clavillo, siguen dormidos, a la espera de que algunas autoridades provinciales les den el visto bueno y se realicen.
Hoy solo vemos pasar el agua por los cauces y el agua ya falta en muchos domicilios de varias familias tucumanas. Sólo se realizan pequeñas obras que sirven para aminorar el actual momento que se vive.
Lo importante es decidir la construcción de obras que servirán para nosotros y para varias generaciones futuras.
Las malas noticias sobre este tema son muchas y diversas y los medios nacionales de información, no solo dedicados al sector agropecuario, usaron mucho espacio en papel, radio y televisión, mostrando al público en general la realidad que sigue golpeando por estos días.
Lo cierto es que para afrontar cualquier actividad agrícola ganadera el agua es vital, y para ello debe ser adecuadamente conservada en el suelo antes de decidir cualquier actividad.
El panorama actual del sector agropecuario en las áreas afectadas del país es preocupante por el futuro inmediato, ya que las pérdidas que ocurrieron dejaron a la mayoría de los hombres de campo sin capacidad de financiación.
A ese panorama se sumaron la nula rentabilidad y las pérdidas que la sequía trae aparejado, golpeando duramente la calidad de vida de los productores. Existieron y existen perdidas de cultivos de diferente tipo como soja, sorgo, maíz, girasol, caña de azúcar, cítricos y pasturas, además de la pérdida por animales muertos, crías no logradas, diferentes productos obtenidos de los animales y cuantiosos daños irreparables en genética.
Lo cierto es que hoy la situación es crítica y todavía no se hizo nada como para ir acomodándose a lo que puede venir en el futuro.
Solo se ven algunas decisiones políticas que sirven para la coyuntura actual con las diferentes declaraciones de emergencias agropecuarias en distintas provincias afectadas como Tucumán, pero es poco o nada lo que se hace para el futuro no muy lejano si se presentan nuevamente situaciones de sequía -como las actuales-, específicamente lo relacionado con las obras de infraestructura para riego.
Muchos expertos en climatología afirman que esta falta de agua no sería temporal, sino que puede darse un ciclo más o menos largo.
Esto solo debe ser una premisa para prepararnos a lo que puede llegar a venir, pero urge tomar medidas y delinear políticas que ayuden al sector productivo a afrontar lo que queremos que no suceda: una drástica falta de agua para la agricultura, la ganadería, las industrias y para el consumo humano.
El Estado provincial y el nacional deben tener la certeza de que esto puede suceder, y que en el NOA ya llevan dos campañas completas y finalizó una sequía invernal, ya que no llovió lo que se esperaba para abril y mayo, meses normalmente con precipitaciones en nuestra región y que algo sirven para acumular agua.
Situación preocupante
Lo real es que agosto ya se fue sin precipitaciones y la situación se complica cada vez más.
El agua dulce nos sirve para consumo humano, riego, bebida de animales y uso industrial y hoy es escasa en la región y en la provincia. Por lo tanto es hoy un elemento valioso, sobre todo en estas épocas que nos toca vivir, y es un recurso importante para la vida.
Las lluvias o nevadas permanentes o estacionales, los ríos o lagos de montaña o el agua subterránea son las formas más comunes de obtener el agua necesaria, pero está en nosotros en saber administrarla y usarla con obras como diques embalses, diques niveladores, tomas de río, represas o pozos.
Ejemplos sobre inversiones y políticas de producción diferenciada para regiones marginales existen en diversas parte del mundo, aunque sea para copiarlas.
Pero la realidad es que en nuestro país y región existen proyectos viables que solo deben ser aprobados y buscar la financiación necesaria, que existe, por las autoridades de turno.
Las lluvias suficientes para poder afrontar las necesidades hídricas de cultivos e industrias y personas desde hace más de dos años son insuficientes y la poca agua que corre por nuestros ríos es escasa. Pero el agua sigue pasando por los ríos y no hacemos nada para aprovecharla.
El agua ya no alcanza para todas las necesidades y si el clima sigue sin variaciones importantes y no se corta en algún momento el ciclo seco, el agua será cada vez más escasa.
Diferentes proyectos provinciales como lo es el Potrero de las Tablas, el proyecto de riego de los ríos Choromoro y El tala, y del que alguna vez se impulso como Potrero del Clavillo, siguen dormidos, a la espera de que algunas autoridades provinciales les den el visto bueno y se realicen.
Hoy solo vemos pasar el agua por los cauces y el agua ya falta en muchos domicilios de varias familias tucumanas. Sólo se realizan pequeñas obras que sirven para aminorar el actual momento que se vive.
Lo importante es decidir la construcción de obras que servirán para nosotros y para varias generaciones futuras.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular