"Es muy difícil, y en algunos casos será imposible, recuperar un buen nivel de rendimiento cultural"

Jorge Scandaliaris trazó un panorama con dificultades para la próxima zafra en Tucumán. Quema, sequía y poca renovación de plantas

CAMPOS MOJADOS. Las lluvias del viernes, sábado y domingo de la semana pasada no impidieron que las cosechadoras siguieran levantando la producción. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA CAMPOS MOJADOS. Las lluvias del viernes, sábado y domingo de la semana pasada no impidieron que las cosechadoras siguieran levantando la producción. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
20 Septiembre 2013

"Difícil escenario para el período de crecimiento 2013-2014 de la caña de azúcar", comenzó diciendo Jorge Scandaliaris, director asistente en tecnología agropecuaria y jefe de la Sección Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán.

"El cañaveral tucumano ha sufrido, por segundo año consecutivo, los efectos negativos de las sequías; la consecuencia directa es una disminución significativa de su capacidad productiva", dijo a LA GACETA Rural. "Los mayores perjuicios se notaron en esta última campaña, como consecuencia de que, al bajo crecimiento de la caña de azúcar provocado por la intensa sequía, se sumaron heladas de consideración que incrementaron notablemente las pérdidas de azúcar", amplió, con lo que ratificó que "el panorama para la próxima zafra se presenta complicado para el productor cañero e industrial", planteó el investigador azucarero, debido a una serie de situaciones que se pasa a enumerar:

1- El productor debe enfrentar una difícil situación económica derivada de los magros precios del azúcar en los últimos tiempos, que generaron cuantiosas pérdidas al sector y la economía de la provincia. Muchos productores cañeros e industriales vivieron situaciones de quebranto, que los deja mal posicionados para afrontar todos los gastos de cultivo del cañaveral, para recuperarlos para la zafra 2014.

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2- Los dos años continuados de sequía podrían disminuir el potencial productivo de aquellos cañaverales que han sido fuertemente afectados por el déficit hídrico. Esto, en otras palabras, significa que, por más que se dieran las mejores condiciones de ambiente y de manejo del cultivo para la próxima campaña, será difícil -y en algunos casos imposible- recuperar un buen nivel de rendimiento cultural.

Por decirlo de otra forma, bajo las condiciones de sequía se produce una especie de envejecimiento del cañaveral a consecuencia del estrés soportado. Además, algunas malezas están mejor adaptadas para soportar la adversidad climática, por lo que es posible deducir que este año será más difícil controlarlas y, así, reducirán la capacidad productiva del cañaveral. 3- Durante 2013, hubo escasa renovación de los cañaverales a causa de la falta de semilla y de recursos económicos, con lo que la vida media promedio en esta zona se incrementó. La consecuencia directa es una pérdida parcial del potencial productivo del cañaveral.

4- Las quemas incontroladas de cañaverales han dejado sin cobertura vegetal a una vasta extensión del área cañera. Podría decirse que la mayor parte del cañaveral está en esas condiciones, justo en el momento que sería importante contar con esta cobertura de residuos, para utilizar mejor la poca agua que pueda llegar al suelo.

Se sabe que mantener residuos de cosecha, por un lado, limita significativamente la pérdida de agua por evaporación; por otro, es un obstáculo importante para evitar la expansión del ataque de la plaga denominada "polilla", que mata los brotes tiernos y disminuye la población de cepas y tallos para la futura zafra. En condiciones críticas de cañaverales sin cobertura y condiciones secas, esta plaga llega a diezmar el cañaveral.

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5- Por la sequía de los últimos seis meses hay un faltante generalizado de agua en los diques y ríos de la provincia, lo que afectará indudablemente la posibilidad de utilizar el riego para complementar el aporte de agua al suelo.

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