Es Juan "Armador"

El DT vivió el empate "santo" desde un palco; analizó y tomó nota de todo para el trabajo que arranca hoy.

NUEVA FAMILIA. Garber (izquierda), Sánchez y Saab observaron el partido desde un palco; hoy los directivos presentarán al DT en sociedad y ante el plantel santo. NUEVA FAMILIA. Garber (izquierda), Sánchez y Saab observaron el partido desde un palco; hoy los directivos presentarán al DT en sociedad y ante el plantel "santo".
23 Septiembre 2013
La Ciudadela. Palco N° 6. Primera fila, butaca media. A la izquierda Jorge Garber, a la derecha José Saab. El presidente y el vice escoltan al elegido, a Juan Amador Sánchez, el nuevo DT de San Martín, que arranca su camino al frente del equipo hoy mismo, a las 16.

Para el pitazo inicial ante Central Norte él es testigo de lujo. Faltan minutos, pero va agendando el equipo su canchita, una grabada en un papel. Cuando arranca el partido comienza a analizarlo, desde un lugar que raramente volverá a ocupar. Lo espera el banco de suplentes.

Lapicera en mano, dibuja el DT. Anota todo. Mientras el palco entero, colmado con casi 20 personas (entre directivos y sus familiares), se hace comentarista de lo que ve. Al maldito minuto 13, el "cuervo" detona su única bomba de la tarde. Cae el San Martín de Omar Marchese, y Amador sabe que cae el suyo. Pero mientras el lugar está casi en llamas, él guarda la calma. La mano en el mentón no es sinónimo de apatía, todo lo contrario. Es que inmediatamente se vuelve un director de orquesta. Marca una jugada, la otra. Es Juan "Armador".

Con el penal que consigue Rivero suspira. Aplaude a "Facu" y de ahí en más clava la mirada en la escena. Por la demora en el disparo se rasca la cabeza, pero no se distrae más. Miguel Fernández acierta y saltan el palco y La Ciudadela. Amador no. Festeja por dentro, tranquilo. Sabe que todo lo que sucede es más que merecido.

"Uh, ¡la sacó de la línea!", dice después el DT sobre un tiro de Augusto Max que no pudo ser gol. Luego enciende un cigarrillo, el primero de un par. Pero la lapicera sigue en la otra mano. Y escribe. "¿A quién amonestó?", consulta, y todo por un Alejandro Arco de tarjeta fácil. El árbitro obvia la mano evidente de un salteño que encaró hasta Gonzalo Ojeda y mientras el resto se acuerda de toda la familia del juez, Sánchez mira al línea, con el banderín arriba corrigiendo el grueso error del hombre de negro. "La cobró, la cobró", advierte observador Juan.

Pasaron los 45' y cuando se descomprime el lugar él sale al pasillo. El entretiempo lo tiene sentado en la sala de reuniones, encabezando una mesa con directivos que atienden todo en una especie de presentación general.

Cuando larga el complemento es de los primeros en volver a su lugar. Y el ritual comienza de nuevo. Canchita nueva, lapicera, comentarios y cigarrillos... Gonzalo Parisi se va expulsado por caer en el juego de Nicolás Bianco. "Él no le hace nada", dice Amador, salvando al recién ingresado delantero "santo". Pero como la mayoría, se debe tragar la bronca por la roja.

Faltan minutos y todos están al borde de sus sillas; él no. Él observa apoyado al respaldar. Espera. Confía... Y llega el tiro libre de Albano Becica. Carlos Di Giorgi vuela a lo Superman para descolgar el golazo al ángulo, del triunfo y sobre la hora del 10. "No puede ser", dice y se agarra la cabeza el DT en su primer movimiento áspero de la tarde, pasados lo 90'.

Por el 1-1, se quedó con el mismo sabor amargo de todo San Martín, pero Juan ya armó algo de su equipo en la cabeza y hoy arrancará un trabajo con el que sueña encontrar mieles.

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