27 Octubre 2013
En la era de las comunicaciones, tarjeta mata bolsón
Dirigentes oficialistas de la capital implementaron un nuevo sistema: en lugar de mercadería, entregarán crédito para celulares y SMS. "Nada de lo que demos es vinculante. Si el político o los dirigentes territoriales no contagian al vecino, en el cuarto oscuro el voto será para otro", dijo un oficialista
FOTO TOMADA DE CELULARES.COM
La era de las comunicaciones ha dejado casi obsoletos varios inventos: las computadoras en red han reemplazado a las máquinas de escribir en las oficinas; las cartas manuscritas, desde la aparición del e-mail, han quedado relegadas para nostálgicos y para cada vez menos trámites formales; y en lo electoral, la telefonía móvil les abrió una puerta a los dirigentes para ofrecerles "algo" a los votantes de su territorio, en lugar del aún vigente -pero cada vez más complicado de armar- bolsón.
Un sector del oficialismo, según reconocieron voceros del Frente para la Victoria (FPV) a LA GACETA, comenzó a repartir tarjetas para teléfonos celulares a los electores, y lo seguiría haciendo durante la jornada de hoy. En total, afirmaron las fuentes, se trata de 10.000 plásticos. La mayoría están destinadas a los más jóvenes, y un "armador" del PJ consideró que esta modalidad podría reemplazar a la entrega de mercadería en el corto plazo. "Cuando la gente va a votar espera un souvenir. Nosotros sabemos que nada de lo que entreguemos es vinculante. Si el referente político o los dirigentes territoriales no lograron convencer a los vecinos, en el cuarto oscuro no van a dudar en votar a otro", indicó una fuente peronista a este diario.
A la hora de los costos, para los armadores no hay diferencias entre uno y otro "producto". El bolsón, a precio mayorista en un supermercado local, cuesta poco menos de $ 30: incluye un paquete de arroz, otro de polenta, uno más de fideos "moñito" y un cuarto de azúcar, sal, aceite y una caja de puré de tomates. Por ese mismo valor, los dirigentes consiguen una tarjeta telefónica, con esa suma de crédito para hablar o enviar mensajes de texto. Y, desde la óptica de estos "armadores", el reparto del plástico conlleva decenas de ventajas.
"La principal es que no se entrega comida; esto no tiene una connotación demasiado positiva. Sí tenemos que cumplir con la gente que espera algo el día de la elección, vote por quien vote. Y una tarjeta de celular es del interés tanto de jóvenes como de adultos", indicó un vocero.
El segundo beneficio que encuentran con esta metodología es la practicidad. "Armar un bolsón implica toda una estructura: gente que compre la mercadería, que la separe en bolsas, que la traslade a algún lugar; y después, a la hora del reparto, también es otro problema", remarcó una fuente.
Por estas horas surgieron dos versiones en el oficialismo sobre un tenso episodio que evidencia estas dificultades.
El jueves, en Villa 9 de Julio, un camión cargado con mercadería iba a ser depositado en la cuadra donde vive una mujer apodada "La Flaca Elena". Algunos señalaron que ella es "puntera" del legislador Ramiro González Navarro; otros, del edil capitalino Ignacio Golobisky. Según un sector del PJ, el rodado se detuvo para que bajaran en una vivienda algunos productos, cuando de pronto aparecieron varias personas de esa zona y "saquearon" la caja del vehículo. La otra versión indica que se produjo un forcejeo, pero que finalmente nadie logró llevarse los bolsones.
Fuentes de la seccional 10ª confirmaron que les llegaron rumores del tenso incidente, aunque no hubo denuncia formal. "Sabemos que algo pasó, pero no podemos dar detalles porque no tenemos nada confirmado", indicaron desde la comisaría de esa jurisdicción.
En el peronismo aseguran que el reparto de las tarjetas telefónicas es mucho más sencillo. La gran mayoría, según cuentan, fueron distribuidas en boliches de la capital durante la previa al fin de semana. "En total son unas 10.000, y el precio equivale a 10.000 bolsones. Pero no hace falta preparar nada, y la organización es mucho más sencilla. Además, ¿quién no necesita crédito hoy en día para mandar mensajes o hacer llamados?", relató un referente capitalino del PJ.
Según estas fuentes, ese movimiento interno debió hacer pedidos a las provincias de Córdoba y de Salta para completar el stock de tarjetas. Se contempló que fueran de dos empresas de telefonía celular. Este espacio político, además, tiene 12.000 bolsones para entregar en la ciudad.
Esta modalidad, según versiones del oficialismo, comenzó a ser implementada por una estructura que operaría en Villa 9 de Julio, aunque otros dirigentes se enteraron de la idea, tomaron nota y analizan aplicar este plan hoy mismo.
Los principales encargados de conquistar la capital son, por un lado, un grupo de legisladores oficialistas; y por otro, la estructura del intendente, Domingo Amaya. En segundo orden de importancia aparecen ediles capitalinos y otros parlamentarios. En el tercer pelotón, funcionarios del PE, de la Municipalidad y otros dirigentes.
En el peronismo estiman que hoy se repartirán unos 350.000 bolsones. Pero en la política electoral, como dice la canción de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, el futuro ya llegó. Y, en poco tiempo, los paquetes de fideos, de arroz y de otros alimentos podrían convertirse en minutos para hablar, o mensajes de texto.
Un sector del oficialismo, según reconocieron voceros del Frente para la Victoria (FPV) a LA GACETA, comenzó a repartir tarjetas para teléfonos celulares a los electores, y lo seguiría haciendo durante la jornada de hoy. En total, afirmaron las fuentes, se trata de 10.000 plásticos. La mayoría están destinadas a los más jóvenes, y un "armador" del PJ consideró que esta modalidad podría reemplazar a la entrega de mercadería en el corto plazo. "Cuando la gente va a votar espera un souvenir. Nosotros sabemos que nada de lo que entreguemos es vinculante. Si el referente político o los dirigentes territoriales no lograron convencer a los vecinos, en el cuarto oscuro no van a dudar en votar a otro", indicó una fuente peronista a este diario.
A la hora de los costos, para los armadores no hay diferencias entre uno y otro "producto". El bolsón, a precio mayorista en un supermercado local, cuesta poco menos de $ 30: incluye un paquete de arroz, otro de polenta, uno más de fideos "moñito" y un cuarto de azúcar, sal, aceite y una caja de puré de tomates. Por ese mismo valor, los dirigentes consiguen una tarjeta telefónica, con esa suma de crédito para hablar o enviar mensajes de texto. Y, desde la óptica de estos "armadores", el reparto del plástico conlleva decenas de ventajas.
"La principal es que no se entrega comida; esto no tiene una connotación demasiado positiva. Sí tenemos que cumplir con la gente que espera algo el día de la elección, vote por quien vote. Y una tarjeta de celular es del interés tanto de jóvenes como de adultos", indicó un vocero.
El segundo beneficio que encuentran con esta metodología es la practicidad. "Armar un bolsón implica toda una estructura: gente que compre la mercadería, que la separe en bolsas, que la traslade a algún lugar; y después, a la hora del reparto, también es otro problema", remarcó una fuente.
Por estas horas surgieron dos versiones en el oficialismo sobre un tenso episodio que evidencia estas dificultades.
El jueves, en Villa 9 de Julio, un camión cargado con mercadería iba a ser depositado en la cuadra donde vive una mujer apodada "La Flaca Elena". Algunos señalaron que ella es "puntera" del legislador Ramiro González Navarro; otros, del edil capitalino Ignacio Golobisky. Según un sector del PJ, el rodado se detuvo para que bajaran en una vivienda algunos productos, cuando de pronto aparecieron varias personas de esa zona y "saquearon" la caja del vehículo. La otra versión indica que se produjo un forcejeo, pero que finalmente nadie logró llevarse los bolsones.
Fuentes de la seccional 10ª confirmaron que les llegaron rumores del tenso incidente, aunque no hubo denuncia formal. "Sabemos que algo pasó, pero no podemos dar detalles porque no tenemos nada confirmado", indicaron desde la comisaría de esa jurisdicción.
En el peronismo aseguran que el reparto de las tarjetas telefónicas es mucho más sencillo. La gran mayoría, según cuentan, fueron distribuidas en boliches de la capital durante la previa al fin de semana. "En total son unas 10.000, y el precio equivale a 10.000 bolsones. Pero no hace falta preparar nada, y la organización es mucho más sencilla. Además, ¿quién no necesita crédito hoy en día para mandar mensajes o hacer llamados?", relató un referente capitalino del PJ.
Según estas fuentes, ese movimiento interno debió hacer pedidos a las provincias de Córdoba y de Salta para completar el stock de tarjetas. Se contempló que fueran de dos empresas de telefonía celular. Este espacio político, además, tiene 12.000 bolsones para entregar en la ciudad.
Esta modalidad, según versiones del oficialismo, comenzó a ser implementada por una estructura que operaría en Villa 9 de Julio, aunque otros dirigentes se enteraron de la idea, tomaron nota y analizan aplicar este plan hoy mismo.
Los principales encargados de conquistar la capital son, por un lado, un grupo de legisladores oficialistas; y por otro, la estructura del intendente, Domingo Amaya. En segundo orden de importancia aparecen ediles capitalinos y otros parlamentarios. En el tercer pelotón, funcionarios del PE, de la Municipalidad y otros dirigentes.
En el peronismo estiman que hoy se repartirán unos 350.000 bolsones. Pero en la política electoral, como dice la canción de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, el futuro ya llegó. Y, en poco tiempo, los paquetes de fideos, de arroz y de otros alimentos podrían convertirse en minutos para hablar, o mensajes de texto.
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