17 Noviembre 2013
SOLO. El tucumano Julio Farías arremete contra la resistencia de Sam Warburton. Los Pumas no pudieron lastimar a Gales. REUTERS
CARDIFF.- A Daniel Hourcade no le hará falta prenderle velas a San Cayetano, porque está visto que en los tiempos que vienen, si hay algo que tendrá de sobra es trabajo. En el mismo lugar donde consiguieron su última victoria resonante, Los Pumas volvieron a mostrar su perfil más preocupante y fueron avasallados por Gales. El 40 a 6, la caída más abultada en el historial con los "dragones", no deja mucho margen a la interpretación. A diferencia del match contra Inglaterra, esta vez no hubo insurrección en el segundo tiempo. Lo que se hizo mal en el prólogo se repitió en el epílogo. Y así Argentina, por segundo partido consecutivo, sufrió cuatro tries y no festejó ninguno.
La primera parte fue casi como ver el replay de lo sucedido hace una semana en Londres. Un flaco haber de Los Pumas, con la seguridad en el scrum y en el line como único contenido. En la columna del debe, se agrupaban errores de manejo, tackles infructuosos, penales innecesarios, inocuidad ofensiva y pérdida constante en el uno contra uno. El parcial, entonces, no podía ser muy distinto: 23 a 3.
Lo que vino después, como se dijo, no fue mejor. A la dificultad para ganar metros se le contrapuso la facilidad para cederlos, cortesía de una defensa que está muy lejos de aquélla que históricamente identificó al equipo argentino.
Pero tampoco se debe pensar que todo está perdido. Una nueva era acaba de comenzar, y la naturaleza enseña que para ver los frutos hay que esperar. Ser paciente. Los Pumas están en pleno proceso de recambio, y exigir otra Generación Dorada instantánea sería pretencioso. Por lo pronto, ver a cinco Pumitas de 20 años o menos en el primer nivel (entre ellos el tucumano Santiago Iglesias Valdez), ya es gran paso hacia un futuro mejor.
Farías y Sánchez lamentaron la falta de efectividad
CARDIFF.- Lo que importa es jugar mejor. Los resultados vienen como consecuencia. Pero es difícil sostener la confianza sin ellos. Y aunque la UAR esté convencida de que el camino es el correcto, una temporada de 10 derrotas y apenas un triunfo frente a Georgia (tres si se cuentan las victorias en los amistosos pre-Rugby Championship frente a NSW Barbarians), contagia más desánimo que esperanza. "El equipo viene con un desgaste en cuanto a la presión de los resultados. Eso se siente y no se lo puede negar. Ahora estamos pasando por un momento duro, estamos dolidos y pensando en levantar esto", se golpeó el pecho Julio Farías, que podría jugar su último partido frente a Italia, el próximo sábado.
"Tuvimos un primer tiempo aceptable, pero en dos errores terminamos con 14 puntos en contra. Fue difícil para el equipo reponerse", agregó el "Flaco".
"Nos falta efectividad. En el primer tiempo teníamos la pelota, encontramos los espacios y cortamos la línea varias veces, pero no logramos marcarle puntos. Ni siquiera en los 10 minutos en que se quedaron con uno menos", fue la lectura de Nicolás Sánchez. (Especial)
La primera parte fue casi como ver el replay de lo sucedido hace una semana en Londres. Un flaco haber de Los Pumas, con la seguridad en el scrum y en el line como único contenido. En la columna del debe, se agrupaban errores de manejo, tackles infructuosos, penales innecesarios, inocuidad ofensiva y pérdida constante en el uno contra uno. El parcial, entonces, no podía ser muy distinto: 23 a 3.
Lo que vino después, como se dijo, no fue mejor. A la dificultad para ganar metros se le contrapuso la facilidad para cederlos, cortesía de una defensa que está muy lejos de aquélla que históricamente identificó al equipo argentino.
Pero tampoco se debe pensar que todo está perdido. Una nueva era acaba de comenzar, y la naturaleza enseña que para ver los frutos hay que esperar. Ser paciente. Los Pumas están en pleno proceso de recambio, y exigir otra Generación Dorada instantánea sería pretencioso. Por lo pronto, ver a cinco Pumitas de 20 años o menos en el primer nivel (entre ellos el tucumano Santiago Iglesias Valdez), ya es gran paso hacia un futuro mejor.
Farías y Sánchez lamentaron la falta de efectividad
CARDIFF.- Lo que importa es jugar mejor. Los resultados vienen como consecuencia. Pero es difícil sostener la confianza sin ellos. Y aunque la UAR esté convencida de que el camino es el correcto, una temporada de 10 derrotas y apenas un triunfo frente a Georgia (tres si se cuentan las victorias en los amistosos pre-Rugby Championship frente a NSW Barbarians), contagia más desánimo que esperanza. "El equipo viene con un desgaste en cuanto a la presión de los resultados. Eso se siente y no se lo puede negar. Ahora estamos pasando por un momento duro, estamos dolidos y pensando en levantar esto", se golpeó el pecho Julio Farías, que podría jugar su último partido frente a Italia, el próximo sábado.
"Tuvimos un primer tiempo aceptable, pero en dos errores terminamos con 14 puntos en contra. Fue difícil para el equipo reponerse", agregó el "Flaco".
"Nos falta efectividad. En el primer tiempo teníamos la pelota, encontramos los espacios y cortamos la línea varias veces, pero no logramos marcarle puntos. Ni siquiera en los 10 minutos en que se quedaron con uno menos", fue la lectura de Nicolás Sánchez. (Especial)
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