Una cruzada invisible contra el hambre y el olvido

La Fundación que el año pasado distribuyó más de 310.000 kilos de alimentos entre los comedores comunitarios de la provincia, necesita de más tucumanos que quieran hacer pequeñas donaciones.

EN PLENA TAREA. Los voluntarios de la Fundación clasifican los alimentos y los embalan para ser distribuidos en los distintos comedores. LA GACETA / FOTOS DE INéS QUINTEROS ORIO EN PLENA TAREA. Los voluntarios de la Fundación clasifican los alimentos y los embalan para ser distribuidos en los distintos comedores. LA GACETA / FOTOS DE INéS QUINTEROS ORIO
22 Noviembre 2013
La pobreza se extiende como un virus. Se escapa de entre los dedos como el agua de un manantial incontrolable. Se cuela por las rendijas sociales y se instala, a sus anchas, en los barrios olvidados. No decrece: se agiganta. Y, en ocasiones, pone en jaque esa esencial e invisible tarea de ayudar un poco al prójimo. Así lo señalan los directivos de la Fundación Banco de Alimentos de Tucumán, quienes están asombrados por la creciente necesidad insatisfecha de una gran parte de la población. "Se nos está haciendo difícil cumplir con nuestra labor porque, en un país en crisis, lo primero que se ajusta son las donaciones", señala Josefina María Correa, directora Ejecutiva de la fundación.

Sin embargo, la palabra derrota está ausente del diccionario de los voluntarios que trabajan a destajo en esta institución creada en 2002, cuando la crisis económica mostraba su peor cara, justamente aquí, en Tucumán. "Hace varios años que no veíamos indicadores como los que estamos presenciando ahora. La situación social se ha vuelto aún más dramática y está igualando los niveles que teníamos al principio de la década", confiesa.

Creada con el objetivo primordial de reducir el hambre de los más necesitados, el Banco de Alimentos es, en rigor, un puente que tiene, de un lado, a personas con ganas de colaborar (donantes, empresas de alimentos y supermercados) y, del otro, a los comedores infantiles, hogares y escuelas con necesidades concretas y urgentes. "Nuestro principal objetivo es recuperar mercadería apta para consumo que se tira, y distribuirla entre las instituciones a nuestro cargo. En este sentido, actuamos como un canal transparente y sustentable para las empresas de la industria agroalimentaria, productores agropecuarios y los supermercados, captando donaciones de alimentos 100% aptos para el consumo humano, que por diversos motivos han salido de la cadena comercial", agrega Correa.

Los programas

Sin embargo, estas donaciones no llegan a cubrir la necesidad nutricional de los beneficiarios. Por eso, el Banco de Alimentos desarrolla campañas de recaudación de fondos para comprar lo indispensable para cubrir los requerimientos diarios. Uno de los alimentos que más se necesita -sobre todo en los comedores infantiles- es la leche larga vida o en polvo. "Cuando la economía comienza a enrarecerse, los donantes bajan sus contribuciones. Y eso es lo que está sucediendo ahora. Por eso salimos a buscar personas que quieran donar lo que puedan, aunque sea poco, todo suma", agregó Correa.

La mercadería que entrega el banco llega a instituciones que están distribuidas en la capital, en el Gran San Miguel (Las Talitas, Yerba Buena, Villa Carmela, Banda del Río Salí), y en el Interior (Aguilares , Concepción, Famaillá, Lules, Burruyacu). El año pasado se repartieron más de 310.000 kilos de alimentos en hogares de niños y ancianos, en escuelas y en comedores de toda la provincia. Sólo en leche, en 2012, se repartieron más 400.000 raciones. "Hoy, el Banco de Alimentos de Tucumán asiste a 10.400 niños y ancianos que pertenecen a 60 instituciones. Pero queremos que sean muchos más. Y por eso necesitamos aumentar los aportes para cubrir las necesidades de aproximadamente 20 entidades en lista de espera que quieren formar parte de la fundación", enfatiza.

Pero el banco no fomenta la idea del regalo, sino que existe una contribución por parte del beneficiario. "El banco dona un 70% y los comedores aportan un 30% del valor real de la mercadería. A su vez esto sirve al banco para afrontar gastos operativos. Ese 30 % que aportan los comedores y hogares se transforma en 0% con los cursos de capacitación y formación que dictamos a lo largo del año y, al mismo tiempo, los hace sentir parte del sistema", sostiene Correa.

Los proyectos

Pero además de buscar nuevos donantes, el banco ha lanzado un par de proyectos para fomentar la solidaridad. El más exitoso es el llamado Plato Solidario, una iniciativa que reúne gastronomía con solidaridad. "El programa consiste en que los restaurantes adheridos al programa designen dentro de su carta un plato o menú solidario y por cada persona que lo consume la casa dona $10 a la Fundación", cuenta María Valeiro, encargada de Desarrollo de Recursos y Comunicación.

El objetivo del proyecto es concientizar a la sociedad sobre la problemática del hambre y la malnutrición en Tucumán y, al mismo tiempo, captar fondos para la compra de alimentos para los 10.400 beneficiarios. "Se trata de una acción que da a los restaurantes la posibilidad de aliarse con una ONG de prestigio internacional como la nuestra", agrega.

Otro de los proyectos en desarrollo se vincula con las concesionarias de autos. Esta campaña consiste en invitar a las concesionarias a aportar su cuota de responsabilidad social empresaria, donando $50 por cada unidad vendida. "Los fondos que recaudemos de este proyecto lo destinaremos a la compra específica de leche en polvo y huevos, alimentos difíciles de conseguir en donación", declara Valeiro.

Los jóvenes

Con la idea de abrir el juego en esta cruzada solidaria y conseguir muchos donantes que aporten un granito de arena, en vez de unos pocos donantes que aporten mucho, el banco también se propuso recurrir a los jóvenes. "En este sentido, nos pareció apropiado involucrar a los estudiantes con la idea de canalizar sus ganas de ayudar y su energía a través de nuestra institución, juntando mensualmente donaciones de alimentos específicos. Este año ya arrancamos con el Colegio Nueva Concepción y fue una gran sorpresa comprobar las ganas de colaborar que tienen los jóvenes. Para marzo de 2014, ya está pautado arrancar con colegios de San Miguel y Yerba Buena", finalizó.

La fundación

• El Banco de Alimentos de Tucumán está ubicado en Diego de Villarroel 56. Teléfonos: 4280121 o 4281316. Mail: [email protected]. bancodealimentostuc.org.ar

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