26 Noviembre 2013
LA GACETA
Ni la tormenta, ni el enorme árbol que cayó frente a su casa dejándolos sin luz fueron capaces de arruinarle el cumpleaños. Todo lo contrario: la fiesta de María, en la esquina de Lobo de la Vega y Salas y Valdéz (Yerba Buena), se extendió hasta casi el mediodía de ayer porque los invitados no podían salir de la casa. ¿El motivo? Después de la tormenta la reja quedó electrificada. "Se cortó la luz y uno de los invitados se dio cuenta de que la reja tenía corriente, no la podíamos ni tocar" dijo María, quien no quiso informar su apellido ni mucho menos cuántos años había cumplido.
Cerca de las 11 de ayer acudieron algunos vecinos en su ayuda, entre ellos Cristian Barrios, dueño de un delivery de la zona que se quedó sin trabajar porque también se cortaron cables de teléfono. "Llevé las herramientas para abrir el portón y se veían unos chispazos terribles. Lo abrimos y pudieron salir los invitados que tenía", explicó el comedido vecino. Personal de EDET interrumpió las tareas gruesas para comprobar el motivo por el cual la casa de María se encontraba electrificada. "No encontramos ningún cable en contacto con la reja, probablemente haya sido el caño de bajada al medidor, que está en contacto con el portón y que se puede haber mojado", explicó uno de los operarios y apoyó su mano descubierta en los hierros para demostrar que era cierto. Habrá sido por sujestión o por las horas de desvelo obligado, pero María aseguraba que todavía veía chispas en la reja y alertaba a los que se acercaban: "¡cuidado, tiene corriente!", repetía.
Cerca de las 11 de ayer acudieron algunos vecinos en su ayuda, entre ellos Cristian Barrios, dueño de un delivery de la zona que se quedó sin trabajar porque también se cortaron cables de teléfono. "Llevé las herramientas para abrir el portón y se veían unos chispazos terribles. Lo abrimos y pudieron salir los invitados que tenía", explicó el comedido vecino. Personal de EDET interrumpió las tareas gruesas para comprobar el motivo por el cual la casa de María se encontraba electrificada. "No encontramos ningún cable en contacto con la reja, probablemente haya sido el caño de bajada al medidor, que está en contacto con el portón y que se puede haber mojado", explicó uno de los operarios y apoyó su mano descubierta en los hierros para demostrar que era cierto. Habrá sido por sujestión o por las horas de desvelo obligado, pero María aseguraba que todavía veía chispas en la reja y alertaba a los que se acercaban: "¡cuidado, tiene corriente!", repetía.
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