02 Diciembre 2013
La mitad de la basura que se extrae de los desagües proviene de las casas
La basura en los canales pluviales de la ciudad se ha vuelto incontrolable: mientras limpian en un lugar, los tapones de residuos se acumulan en otros. Las tormentas ya llegaron y es imprescindible que estén libres. Los carritos y la falta de políticas de fondo enardecen los ánimos de los vecinos
PELIGRO. En avenida Kirchner al 3.100, el canal entubado tiene la losa peatonal rota hace más de un año. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA
Parque Guillermina: 2.110 metros lineales de canal, 350 camionadas de basura extraída. Canal Bernabé Aráoz: de los 1.400 metros descubiertos (desde Olleros hasta Canal Sur) se sacaron 700 camionadas de basura -equivalente a unas 240 piletas de natación estándar repletas-, y contando (hasta el momento se realizó sólo la mitad de la tarea). Barrio 360 Viviendas, al sur de la capital: 475 metros de largo y 92 camionadas de residuos. Canal San José (Barrio Oeste II): a mediados de septiembre, un tapón de basura supera los tres metros de alto. Hoy ya necesita mantenimiento.
Estos datos ilustran la realidad de los canales pluviales de la capital tucumana, esos cursos de agua dispuestos estratégicamente para garantizar el rápido escurrimiento del agua de lluvia. La época de tormentas ya llegó, y mientras de algunos canales la Municipalidad retira toneladas de basura, animales muertos, electrodomésticos en desuso y otros residuos, en otros las montañas de basura comienzan a crecer y se vuelven una amenaza. No sólo para los vecinos que viven a la vera de los desagües, sino para toda la ciudad.
- Mire, mire cómo está ya. Hace tres meses que lo limpiaron -dice Franco Arriola señalando el canal que pasa por el frente de su casa, en el pasaje Esteban Echeverría e Italia, en la puertas del barrio Oeste II. Según Franco, la gente no escarmienta y las últimas tormentas que hicieron desbordar el canal y llenarse de agua las casas, no han logrado hacer tomar conciencia.
Ese canal corre hacia el sur y pasando la avenida Belgrano se conecta con el que bordea el Camino del Perú. Atilio Belloni, subsecretario de Obras Públicas capitalino, informó que en ese sector, en septiembre, vivieron un episodio insólito: "el montículo de basura ocupaba toda la sección hasta arriba, donde está el puente de la calle Italia; el agua no circulaba hacia ningún lado", señaló.
La peligrosa limpieza, con máquinas y obreros dentro del canal, se realizó en septiembre y hoy ya se pueden ver bolsas flotando. La solución al problema, está claro, está mucho más allá de las limpiezas periódicas.
A cielo abierto
Según Belloni, la fuente principal de basura en los canales son los carritos que recogen residuos en las casas y los depositan en los basurales clandestinos o, como en este caso, en los cursos de agua que todavía permanecen descubiertos. Tucumán tiene un total de 16.000 metros lineales de canales, pero solo una parte mínima se encuentra "sistematizado". "Sistematizado implica que el canal está tapado, lo que reduce considerablemente la basura que se arroja y además se mejoran las condiciones ambientales de los vecinos de la zona. Es lo que hicimos en San Cayetano. En esta gestión logramos sistematizar 2.000 metros de canales", explicó Belloni.
Pero que esté tapado no es sinónimo de buen uso y la prueba está a la vista en la intersección de Bernabé Aráoz y avenida Independencia. Ese canal ha sido entubado y en un futuro tendrá una capa asfáltica que habilite el tránsito, pero el basural sigue creciendo. "Los pericotes que entran a las casas parecen monos, es impresionante. A veces tenemos que venir los vecinos y empujar animales muertos por las endijas que quedaron descubiertas", cuenta Rubén Cardillo, quien convive con el canal Bernabé Aráoz desde hace 54 años. Nunca lo vio tan sucio, asegura.
Algunas cuadras más al sur, el mismo canal le da dolores de cabeza a los vecinos. Desde la calle Olleros hacia el sur permanece a cielo abierto y la basura parece incontrolable. "Vienen los carritos a volcar basura, es cierto, pero también es cierto que los vecinos son desaprensivos. El basurero pasa todos los días, pero aún así tiran las bolsas al canal. Los camiones limpian constantemente, pero se vuelve a tapar muy rápido", lamenta Margarita Díaz, habitante de la zona.
Más allá de las limpiezas programadas que se realizan a partir de junio, y que buscan recibir la época de lluvia con los canales lo más limpios posible, el problema de la desidia se cruza con la pobreza, con la falta de soluciones de fondo y todo llega a un callejón sin salida. "Los canales más problemáticos son aquellos que tienen familias ocupando ilegalmente sus orillas. Coincide con que esa gente vive de la basura, come de la basura: recogen en los barrios cercanos, la clasifican en sus casas y lo que no sirve va a parar al canal", describió Belloni. "Lo único que podemos hacer es apelar a la conciencia de la gente: nosotros no podemos regular una actividad ilegal como es la de los carreros, porque la estaríamos legitimando. Lo que hacemos, entonces, es pedirle a la gente que no les entregue la bolsa de basura y que, si no pasa el camión, denuncien. Podemos hacer eso y seguir limpiando, porque los problemas son mucho más de fondo", reconoció el funcionario.
"La sequía agrava el problema de la contaminación", dice un experto
"Los residuos orgánicos que se arrojan a los canales, como los restos de comida y animales muertos, demandan una enorme cantidad de oxígeno en el agua. Cuando el agua se queda sin oxígeno comienza a desprender sulfuros que, en altas concentraciones, son tóxicos", explicó el ingeniero Juan Carlos Luján, docente de Ingeniería Ambiental en la UTN. "La sequía, además, agrava la situación. Al haber menos agua en los lechos, el oxígeno se consume más rápidamente y las cuencas se contaminan mucho más rápido", señaló el químico y advirtió que los restos inorgánicos más peligrosos son los metales pesados que contienen las pilas y las lámparas de bajo consumo.
TELÉFONOS ÚTILES
• Si necesitás deshacerte de residuos electrodomésticos en desuso, llamá al 0800-555-8090.
Estos datos ilustran la realidad de los canales pluviales de la capital tucumana, esos cursos de agua dispuestos estratégicamente para garantizar el rápido escurrimiento del agua de lluvia. La época de tormentas ya llegó, y mientras de algunos canales la Municipalidad retira toneladas de basura, animales muertos, electrodomésticos en desuso y otros residuos, en otros las montañas de basura comienzan a crecer y se vuelven una amenaza. No sólo para los vecinos que viven a la vera de los desagües, sino para toda la ciudad.
- Mire, mire cómo está ya. Hace tres meses que lo limpiaron -dice Franco Arriola señalando el canal que pasa por el frente de su casa, en el pasaje Esteban Echeverría e Italia, en la puertas del barrio Oeste II. Según Franco, la gente no escarmienta y las últimas tormentas que hicieron desbordar el canal y llenarse de agua las casas, no han logrado hacer tomar conciencia.
Ese canal corre hacia el sur y pasando la avenida Belgrano se conecta con el que bordea el Camino del Perú. Atilio Belloni, subsecretario de Obras Públicas capitalino, informó que en ese sector, en septiembre, vivieron un episodio insólito: "el montículo de basura ocupaba toda la sección hasta arriba, donde está el puente de la calle Italia; el agua no circulaba hacia ningún lado", señaló.
La peligrosa limpieza, con máquinas y obreros dentro del canal, se realizó en septiembre y hoy ya se pueden ver bolsas flotando. La solución al problema, está claro, está mucho más allá de las limpiezas periódicas.
A cielo abierto
Según Belloni, la fuente principal de basura en los canales son los carritos que recogen residuos en las casas y los depositan en los basurales clandestinos o, como en este caso, en los cursos de agua que todavía permanecen descubiertos. Tucumán tiene un total de 16.000 metros lineales de canales, pero solo una parte mínima se encuentra "sistematizado". "Sistematizado implica que el canal está tapado, lo que reduce considerablemente la basura que se arroja y además se mejoran las condiciones ambientales de los vecinos de la zona. Es lo que hicimos en San Cayetano. En esta gestión logramos sistematizar 2.000 metros de canales", explicó Belloni.
Pero que esté tapado no es sinónimo de buen uso y la prueba está a la vista en la intersección de Bernabé Aráoz y avenida Independencia. Ese canal ha sido entubado y en un futuro tendrá una capa asfáltica que habilite el tránsito, pero el basural sigue creciendo. "Los pericotes que entran a las casas parecen monos, es impresionante. A veces tenemos que venir los vecinos y empujar animales muertos por las endijas que quedaron descubiertas", cuenta Rubén Cardillo, quien convive con el canal Bernabé Aráoz desde hace 54 años. Nunca lo vio tan sucio, asegura.
Algunas cuadras más al sur, el mismo canal le da dolores de cabeza a los vecinos. Desde la calle Olleros hacia el sur permanece a cielo abierto y la basura parece incontrolable. "Vienen los carritos a volcar basura, es cierto, pero también es cierto que los vecinos son desaprensivos. El basurero pasa todos los días, pero aún así tiran las bolsas al canal. Los camiones limpian constantemente, pero se vuelve a tapar muy rápido", lamenta Margarita Díaz, habitante de la zona.
Más allá de las limpiezas programadas que se realizan a partir de junio, y que buscan recibir la época de lluvia con los canales lo más limpios posible, el problema de la desidia se cruza con la pobreza, con la falta de soluciones de fondo y todo llega a un callejón sin salida. "Los canales más problemáticos son aquellos que tienen familias ocupando ilegalmente sus orillas. Coincide con que esa gente vive de la basura, come de la basura: recogen en los barrios cercanos, la clasifican en sus casas y lo que no sirve va a parar al canal", describió Belloni. "Lo único que podemos hacer es apelar a la conciencia de la gente: nosotros no podemos regular una actividad ilegal como es la de los carreros, porque la estaríamos legitimando. Lo que hacemos, entonces, es pedirle a la gente que no les entregue la bolsa de basura y que, si no pasa el camión, denuncien. Podemos hacer eso y seguir limpiando, porque los problemas son mucho más de fondo", reconoció el funcionario.
"La sequía agrava el problema de la contaminación", dice un experto
"Los residuos orgánicos que se arrojan a los canales, como los restos de comida y animales muertos, demandan una enorme cantidad de oxígeno en el agua. Cuando el agua se queda sin oxígeno comienza a desprender sulfuros que, en altas concentraciones, son tóxicos", explicó el ingeniero Juan Carlos Luján, docente de Ingeniería Ambiental en la UTN. "La sequía, además, agrava la situación. Al haber menos agua en los lechos, el oxígeno se consume más rápidamente y las cuencas se contaminan mucho más rápido", señaló el químico y advirtió que los restos inorgánicos más peligrosos son los metales pesados que contienen las pilas y las lámparas de bajo consumo.
TELÉFONOS ÚTILES
• Si necesitás deshacerte de residuos electrodomésticos en desuso, llamá al 0800-555-8090.