06 Diciembre 2013
El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, estuvo a punto de presentar su dimisión el miércoles, luego de que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, postulara a Noemí Muchnick al frente de la Aduana. Pero la presidenta Cristina Kirchner frenó esa decisión al pedirle que no se apresure, según señala cronista.com.
A raíz de los cambios en el gabinete nacional, el futuro de Echegaray pasó a ser incierto. Fue así que, cansado de sentirse relegado, pensó en renunciar y el detonante fue el pedido de salida de María Siomara Ayerán, la titular de la Aduana, por parte de Capitanich.
Aquí, la disputa de poder es doble -agrega la nota-. Para Echegaray, la oficina que controla el ingreso de mercaderías es uno de los pilares de su gestión. Y Capitanich ambiciona que la AFIP dependa directamente de él. El funcionario considera que si la Jefatura de Gabinete tiene el control absoluto de las partidas presupuestarias, corresponde que también gestione la recaudación tributaria. Un condimento extra sería poner a alguien de su riñón en la Aduana. En medio de este escenario de malestar -sigue la nota-, hubo un llamado para Echegaray. La Presidenta quiso poner paños fríos a la situación y le pidió que no tomara ninguna decisión apresurada. Es por eso, que, por estas horas, el funcionario espera el nombre de quien liderará la Aduana, mientras los empleados de esa cartera también aguardan con expectativa alguna resolución.
A raíz de los cambios en el gabinete nacional, el futuro de Echegaray pasó a ser incierto. Fue así que, cansado de sentirse relegado, pensó en renunciar y el detonante fue el pedido de salida de María Siomara Ayerán, la titular de la Aduana, por parte de Capitanich.
Aquí, la disputa de poder es doble -agrega la nota-. Para Echegaray, la oficina que controla el ingreso de mercaderías es uno de los pilares de su gestión. Y Capitanich ambiciona que la AFIP dependa directamente de él. El funcionario considera que si la Jefatura de Gabinete tiene el control absoluto de las partidas presupuestarias, corresponde que también gestione la recaudación tributaria. Un condimento extra sería poner a alguien de su riñón en la Aduana. En medio de este escenario de malestar -sigue la nota-, hubo un llamado para Echegaray. La Presidenta quiso poner paños fríos a la situación y le pidió que no tomara ninguna decisión apresurada. Es por eso, que, por estas horas, el funcionario espera el nombre de quien liderará la Aduana, mientras los empleados de esa cartera también aguardan con expectativa alguna resolución.
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