20 Diciembre 2013
EJEMPLO. Fransisco optó por una cena humilde para Navidad. REUTERS
CIUDAD DEL VATICANO.- Nada de pavo ni otras comidas “de lujo”. La cena de Navidad del papa Francisco será acorde a su perfil austero y se limitará a pularda gallega de convento, un tipo de gallina criada en el Convento de la Clarisas de Allariz, en Galicia, España.
Según consigna el diario El País, la cooperativa Coren, de la que son socias las hermanas del convento, se trasladó en un vehículo frigorífico hasta el Vaticano para acercarle la propuesta gastronómica al Papa y, además, llevó 200 lotes de pularda para repartirlo entre personas carenciadas de Roma.
La cría de la pularda es relativamente nueva, con sólo cinco años de antigüedad y un consumo en crecimiento, aunque por el tipo de producción no puede marcar una oferta demasiado importante: se estima que alcanza únicamente las 5.000 unidades anuales, y la mayor parte de las ventas se realizan en Galicia.
Las aves (hembras) crecen lentamente en un ambiente semioscuro y son alimentadas principalmente con cereales y su producción es estrictamente artesanal, dando como resultado una carne tierna, jugosa y de gran sabor. El convento gallego, integrado por 24 hermanas, se dedica también a la cría de pollos, aves de corral y cerdo gallego.
Según consigna el diario El País, la cooperativa Coren, de la que son socias las hermanas del convento, se trasladó en un vehículo frigorífico hasta el Vaticano para acercarle la propuesta gastronómica al Papa y, además, llevó 200 lotes de pularda para repartirlo entre personas carenciadas de Roma.
La cría de la pularda es relativamente nueva, con sólo cinco años de antigüedad y un consumo en crecimiento, aunque por el tipo de producción no puede marcar una oferta demasiado importante: se estima que alcanza únicamente las 5.000 unidades anuales, y la mayor parte de las ventas se realizan en Galicia.
Las aves (hembras) crecen lentamente en un ambiente semioscuro y son alimentadas principalmente con cereales y su producción es estrictamente artesanal, dando como resultado una carne tierna, jugosa y de gran sabor. El convento gallego, integrado por 24 hermanas, se dedica también a la cría de pollos, aves de corral y cerdo gallego.
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