03 Enero 2014
Sebastian Fest - DPA
Maximiliano Biancucchi es un futbolista de éxito en Brasil, un delantero de experiencia que al igual que su primo, Lionel Messi, sueña con jugar en el club de sus amores, Newell’s, antes de retirarse. Pero probablemente eso nunca suceda, porque regresar a la Argentina lo asusta.
“Si fuera por mi deseo ya estaría en Newell’s, pero pienso mucho en mi familia, creo que la gente allá está muy pasada de revoluciones y eso te hace dudar”, dijo.
Biancucchi desarrolló toda su carrera en el extranjero, en clubes de Paraguay, México y Brasil. El delantero, que hasta ahora jugaba en el Vitoria y podría recalar en el Bahia o el Vasco da Gama, cree que el fútbol argentino tiene mucho que aprender del brasileño.
“Aquí hay muchas normas, creo que acá están mucho más adelantados. Si vos te fijás en los estadios acá no te tiran un vaso de plástico a la cancha porque si no el partido se suspende”, recalcó el jugador de 29 años.
“En Argentina vas a tirar un córner y te ponen el escudo de seguridad, me parece que estamos hablando de una situación muy rara. Estamos en el 2013, ya no debería ser así”, comentó y después disparó: “En Argentina es normal que te insulten, te escupan. Vas a tirar un córner y sucede todo eso”.
Biancucchi sostiene que hay otra importante diferencia, “El fútbol argentino ha caído mucho en cuanto a sueldos. Pero no es el obstáculo principal. El fervor, la forma con la que vive la gente, hace que uno tenga un poco de temor a la hora de llevar a la familia. Eso te hace dudar de volver al país”, destacó.
El fútbol brasileño es también superior al de su país en cuanto a juego y brillo. “Creo que aquí todavía se conserva un poco el buen fútbol, tratan los equipos de jugar mucho, apuestan a lo ofensivo, hacen espectáculos muy lindos. En Argentina la marca es muy fuerte, casi no hay espacios para jugar allá”, opinó.
Pese a ese ambiente sombrío en el que se desenvuelve el fútbol del dos veces campeón mundial, Biancucchi rescata también la admiración mutua entre los dos gigantes de Sudamérica. “Si bien tenemos esa realidad, también hay una admiración mutua del brasileño hacia el argentino y viceversa. Ellos gustan mucho de nuestro fútbol por nuestra garra, ‘raza’, como le dicen ellos, así como nosotros también gustamos de ellos. Es un desafío lindo estar acá, lo disfruto”.
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