La mala suerte persigue a Gonçalves

El piloto portugués, que en 2012 fue abandonado por Despres, sufrió ayer el incendio de su moto.

DESCONSUELO. El piloto portugués llora mientras su moto es consumida por las llamas. REUTERS DESCONSUELO. El piloto portugués llora mientras su moto es consumida por las llamas. REUTERS
10 Enero 2014
Las imágenes del llanto de Paulo Gonçalves, de rodillas, frente a su moto en llamas recorrieron el mundo después de que el portugués sufriera un nuevo infortunio que lo privará de ganar su primer Dakar.

Con mucha experiencia, el piloto de 34 años vio cómo se frutraban sus sueños de llegar al menos al podio en su octava participación en la competencia. 

Durante la dura etapa de ayer, el calor también provocó que al menos otras dos motos sufrieran principio de incendio o se incendiaran completamente.
 
Goncalves, antes de que el fuego devorara a su Honda, pensó que el español Joan Pedrero, finalmente ganador de la etapa, se acercaba para ayudarlo a sofocar las llamas. Pero en cambio éste optó por seguir camino, en una actitud contraria al espíritu Dakar. 

Esto mismo le pasó al portugués en 2012, cuando luego de caer en un lodazal ayudó al francés Cyril Despres y éste, en lugar de devolver la gentileza, arrancó su moto y lo dejó varado.

La larga lista de infortunios de Gonçalves comenzaron en 2010, cuando debió dejar el Dakar después de seis días con la clavícula rota.

Ya en el 2011, después de ganar el primer especial de la carrera, se cayó a algunos kilómetros de Antofagasta.

Por desgracia la mala suerte no lo abandonó en la última edición, según detalla la página oficial del Dakar, ya que en lucha por llegar al podio, el portugués perdió seis horas arreglando el motor de su Husqvarna en la 8° etapa.



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