13 Enero 2014
CHARLA ANIMADA. Carlos Sainz (izquierda) y Sébastian Loeb conversaron largamente en el campamento dakariano salteño. Son amigos y comparten auspiciante.
En pocas horas, Sébastien Loeb cambió los aires del Dakar por el del automovilismo de pista. Lo que el sábado fue una intensa exposición mediática en el vivac de Salta se transformó ayer para él en una sesión de ensayos en el trazado de Las Termas, a bordo del Peugeot 308 de la Clase 3 del Turismo Nacional. La razón es sencilla: el francés está próximo a debutar en el Mundial de Turismo con un Citroën y busca hacer contacto con las pistas que la categoría recorrerá este año. Y el circuito santiagueño figura en el calendario, en agosto.
La presencia de Loeb en territorio salteño no pasó inadvertida. Y muchos especularon con que se debió a un posible interés de sumarse a la familia dakariana en 2015. Pero “Seb” lo descartó de plano, por el momento. “no soy de hacer muchas cosas al mismo tiempo, y mi decisión inmediata es fortalecerme en el turismo”, dijo. El múltiple campeón del Rally Mundial no solo se prestó a la requisitoria de los medios de prensa: también atendió actividades de sus auspiciantes, firmó autógrafos y se sacó fotos con los fanáticos y mantuvo diversas charlas con mecánicos y pilotos, entre ellos el español Carlos Sainz a quien, dijo, lo une una larga amistad. Especial interés puso en conocer secretos de los coches del Dakar.
A mediatarde del sábado dejó Salta y se dirigió en auto a Santiago del Estero. Cerca de las 20, arribó al circuito. Lo hizo acompañado por colaboradores y bajo un especial operativo de seguridad. El acceso al lugar estuvo restringido. A las 21 se estableció en el hotel Amerian y allí diagramó cuál iba a ser la actividad dominical.
Con poco más de 30° de temperatura, Loeb inició ayer a las 9.30 su actividad en pista. Utilizó en gran parte del test privado el auto con el que el cordobés Facundo Chapur ganó el certamen de C-3 del TN. Durante la práctica, seguida de cerca por el cordobés José María “Pechito” López (compañero de equipo), el coche sufrió un inconveniente con el motor; hasta que fue arreglado, el francés se subió a un Top Race del NOA. Finalmente y en un lapso de unas cinco horas de actividad, alcanzó a dar un total de 50 vueltas, logrando una gran base de datos.
El piloto contó con asistencia de Javier Ciabattari y del plantel de mecánicos del equipo que asistió a Chapur en 2013. Conforme con el rendimiento del auto y ponderando las características del circuito, Loeb finalizó las pruebas.
La presencia de Loeb en territorio salteño no pasó inadvertida. Y muchos especularon con que se debió a un posible interés de sumarse a la familia dakariana en 2015. Pero “Seb” lo descartó de plano, por el momento. “no soy de hacer muchas cosas al mismo tiempo, y mi decisión inmediata es fortalecerme en el turismo”, dijo. El múltiple campeón del Rally Mundial no solo se prestó a la requisitoria de los medios de prensa: también atendió actividades de sus auspiciantes, firmó autógrafos y se sacó fotos con los fanáticos y mantuvo diversas charlas con mecánicos y pilotos, entre ellos el español Carlos Sainz a quien, dijo, lo une una larga amistad. Especial interés puso en conocer secretos de los coches del Dakar.
A mediatarde del sábado dejó Salta y se dirigió en auto a Santiago del Estero. Cerca de las 20, arribó al circuito. Lo hizo acompañado por colaboradores y bajo un especial operativo de seguridad. El acceso al lugar estuvo restringido. A las 21 se estableció en el hotel Amerian y allí diagramó cuál iba a ser la actividad dominical.
Con poco más de 30° de temperatura, Loeb inició ayer a las 9.30 su actividad en pista. Utilizó en gran parte del test privado el auto con el que el cordobés Facundo Chapur ganó el certamen de C-3 del TN. Durante la práctica, seguida de cerca por el cordobés José María “Pechito” López (compañero de equipo), el coche sufrió un inconveniente con el motor; hasta que fue arreglado, el francés se subió a un Top Race del NOA. Finalmente y en un lapso de unas cinco horas de actividad, alcanzó a dar un total de 50 vueltas, logrando una gran base de datos.
El piloto contó con asistencia de Javier Ciabattari y del plantel de mecánicos del equipo que asistió a Chapur en 2013. Conforme con el rendimiento del auto y ponderando las características del circuito, Loeb finalizó las pruebas.