02 Febrero 2014
LO QUE SEA. Una venezolana carga cuanto puede en un súper estatal. reuters
CARACAS.- Los esfuerzos del fallecido ex presidente venezolano Hugo Chávez por hacer la comida asequible han tenido un costo: en tiempos de escasez, empresarios inescrupulosos compran alimento a bajo precio y lo revenden en el mercado negro.
Las autoridades detuvieron durante diciembre a cuatro personas en el restaurante El Budare del Este, en el elegante y transitado barrio Las Mercedes, acusados de comprar ilegalmente alimentos subsidiados, incluyendo casi una tonelada de pernil de cerdo y media tonelada de pollo.
“Esos productos son de la Misión Alimentación para satisfacer las necesidades de la familia venezolana, no para que se enriquezca un ‘vivo’”, escribió el presidente Nicolás Maduro en una serie de encolerizados tuits, anunciando la operación policial.
Los panaderos a menudo buscan constituir reservas de harina de trigo para protegerse de la escasez y mantener la oferta de panes y tortas. Pero si llegan a ser inspeccionados, corren el riesgo de ser acusados de acaparamiento.
El dueño del bar tipo lounge dijo que la combinación entre la escasez de productos y los potenciales problemas legales lo han dejado como “un torero”, esperando a ver cuál bestia le va a tocar enfrentar.
“Te levantas en la mañana y en los siguientes 45 minutos ya te enteras de que falta algo. Allí empiezas a averiguar cómo vas a hacer”, se lamentó. (Reuters)
Las autoridades detuvieron durante diciembre a cuatro personas en el restaurante El Budare del Este, en el elegante y transitado barrio Las Mercedes, acusados de comprar ilegalmente alimentos subsidiados, incluyendo casi una tonelada de pernil de cerdo y media tonelada de pollo.
“Esos productos son de la Misión Alimentación para satisfacer las necesidades de la familia venezolana, no para que se enriquezca un ‘vivo’”, escribió el presidente Nicolás Maduro en una serie de encolerizados tuits, anunciando la operación policial.
Los panaderos a menudo buscan constituir reservas de harina de trigo para protegerse de la escasez y mantener la oferta de panes y tortas. Pero si llegan a ser inspeccionados, corren el riesgo de ser acusados de acaparamiento.
El dueño del bar tipo lounge dijo que la combinación entre la escasez de productos y los potenciales problemas legales lo han dejado como “un torero”, esperando a ver cuál bestia le va a tocar enfrentar.
“Te levantas en la mañana y en los siguientes 45 minutos ya te enteras de que falta algo. Allí empiezas a averiguar cómo vas a hacer”, se lamentó. (Reuters)
Lo más popular