24 Febrero 2014
Una reunión entre Maduro y Capriles buscará poner fin a la violencia en un país dividido
Los caraqueños trataban ayer de retomar su ritmo habitual tras las jornadas de protesta, y un general resistió una detención El presidente chavista convocó a un encuentro de autoridades regionales y el líder rival dijo que planteará las demandas opositoras.
MARCHAS VIOLENTAS. Un manifestante herido es ayudado por otros durante una protesta en Caracas contra el gobierno de Nicolás Maduro. fotos de reuters
CARACAS.- Una reunión entre el presidente socialista de Venezuela Nicolás Maduro y el líder opositor Henrique Capriles, podría servir para que ambos bandos del país petrolero busquen poner fin a la reciente violencia política que ha dejado al menos una decena de muertos y cientos de heridos.
Maduro, el heredero político del fallecido líder izquierdista Hugo Chávez, convocó para hoy a un encuentro de autoridades regionales en el palacio de Gobierno, en medio de protestas opositoras que se han extendido a por los menos 13 de los 23 estados.
Capriles, ex candidato presidencial y actual gobernador del estado de Miranda que alberga a buena parte de la capital, dijo durante un discurso el sábado ante miles de partidarios que irá a la reunión a expresar las demandas de la oposición. “Vamos a defender los derechos de las comunidades”, dijo el gobernador levantando la ovación de la multitud.
Maduro, por su parte, respondió ante una masiva concentración de partidarios del Gobierno en el centro de la ciudad: “Bienvenido, gobernador (...) ahí vamos a hablar”.
Desde principios de febrero, decenas de miles de venezolanos han salido a las calles a protestar contra la alta inflación, la escasez de productos básicos y la inseguridad de la que culpan al presidente.
Las protestas, lideradas por jóvenes estudiantes, en muchos casos han devenido en violentos choques con fuerzas de seguridad y grupos rivales de partidarios del Gobierno en el dividido país de 29 millones de habitantes, así como en bloqueos de calles en bastiones opositores.
Maduro afirma que las protestas forman parte de una conspiración de adversarios “fascistas” que buscan derrocarlo, siguiendo la línea del breve golpe de Estado en el 2002 contra Chávez tras meses de manifestaciones.
Aunque ambos lados se acusan mutuamente de instigar a la violencia, también han lamentado las víctimas mortales, de las cuales al menos seis han fallecido a causa de disparos y otras por accidentes o incidentes relacionados con barricadas levantadas por opositores en varias zonas del país.
Rechazo a bloqueos
Capriles, visto como un moderado por parte de la oposición, advirtió que los bloqueos de calles no ayudan a la causa contra el Gobierno y sólo perjudican a los propios manifestantes.
Los habitantes de zonas de la capital tradicionalmente asociadas con la oposición trataban de retomar ayer algo de normalidad al acudir a parques como la montaña del Avila, en el norte de la ciudad, a trotar y pasear en bicicleta.
En el centro de la ciudad, en tanto, personas de la tercera edad marcharon hacia el palacio de Gobierno en apoyo al presidente.
Pese a la intensidad de las protestas, Maduro no muestra indicios de debilitamiento, con las claves fuerzas armadas firmemente detrás suyo. El Gobierno ha liberado a la mayoría de los cerca de 100 estudiantes arrestados durante las protestas recientes, una demanda de la oposición, lo que podría facilitar el diálogo.
El más radical líder opositor Leopoldo López se entregó el martes a las autoridades y fue acusado por cargos de asociación para delinquir, daños e incendios. De hallarlo culpable, podría cumplir una larga sentencia, informaron medios locales.
En el barrio Prados del Este de Caracas, opositores armaron barricadas en defensa de un general crítico del Gobierno, Angel Vivas, cuya detención fue ordenada el sábado por Maduro. Vivas resistió ayer a la tarde el allanamiento de su casa, pertrechado con un fusil y un chaleco antibalas. La Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) se retiró de la vivienda sin poder cumplir el trámite. (Reuters)
Maduro, el heredero político del fallecido líder izquierdista Hugo Chávez, convocó para hoy a un encuentro de autoridades regionales en el palacio de Gobierno, en medio de protestas opositoras que se han extendido a por los menos 13 de los 23 estados.
Capriles, ex candidato presidencial y actual gobernador del estado de Miranda que alberga a buena parte de la capital, dijo durante un discurso el sábado ante miles de partidarios que irá a la reunión a expresar las demandas de la oposición. “Vamos a defender los derechos de las comunidades”, dijo el gobernador levantando la ovación de la multitud.
Maduro, por su parte, respondió ante una masiva concentración de partidarios del Gobierno en el centro de la ciudad: “Bienvenido, gobernador (...) ahí vamos a hablar”.
Desde principios de febrero, decenas de miles de venezolanos han salido a las calles a protestar contra la alta inflación, la escasez de productos básicos y la inseguridad de la que culpan al presidente.
Las protestas, lideradas por jóvenes estudiantes, en muchos casos han devenido en violentos choques con fuerzas de seguridad y grupos rivales de partidarios del Gobierno en el dividido país de 29 millones de habitantes, así como en bloqueos de calles en bastiones opositores.
Maduro afirma que las protestas forman parte de una conspiración de adversarios “fascistas” que buscan derrocarlo, siguiendo la línea del breve golpe de Estado en el 2002 contra Chávez tras meses de manifestaciones.
Aunque ambos lados se acusan mutuamente de instigar a la violencia, también han lamentado las víctimas mortales, de las cuales al menos seis han fallecido a causa de disparos y otras por accidentes o incidentes relacionados con barricadas levantadas por opositores en varias zonas del país.
Rechazo a bloqueos
Capriles, visto como un moderado por parte de la oposición, advirtió que los bloqueos de calles no ayudan a la causa contra el Gobierno y sólo perjudican a los propios manifestantes.
Los habitantes de zonas de la capital tradicionalmente asociadas con la oposición trataban de retomar ayer algo de normalidad al acudir a parques como la montaña del Avila, en el norte de la ciudad, a trotar y pasear en bicicleta.
En el centro de la ciudad, en tanto, personas de la tercera edad marcharon hacia el palacio de Gobierno en apoyo al presidente.
Pese a la intensidad de las protestas, Maduro no muestra indicios de debilitamiento, con las claves fuerzas armadas firmemente detrás suyo. El Gobierno ha liberado a la mayoría de los cerca de 100 estudiantes arrestados durante las protestas recientes, una demanda de la oposición, lo que podría facilitar el diálogo.
El más radical líder opositor Leopoldo López se entregó el martes a las autoridades y fue acusado por cargos de asociación para delinquir, daños e incendios. De hallarlo culpable, podría cumplir una larga sentencia, informaron medios locales.
En el barrio Prados del Este de Caracas, opositores armaron barricadas en defensa de un general crítico del Gobierno, Angel Vivas, cuya detención fue ordenada el sábado por Maduro. Vivas resistió ayer a la tarde el allanamiento de su casa, pertrechado con un fusil y un chaleco antibalas. La Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) se retiró de la vivienda sin poder cumplir el trámite. (Reuters)
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