Por Bruno Farano
16 Marzo 2014
HOMBRE CLAVE. Cuando Ibáñez está bien, el equipo muestra otra cara. FOTO DE MARCELO MILLER / ESPECIAL PARA LA GACETA
El hombre apareció en un momento clave, justo cuando su equipo más lo necesitaba. Gustavo Ibáñez se puso el traje de rescatista y salvó a un San Martín que parecía caer al vacío.
Como buen ídolo, se dio cuenta de lo que hacía falta para encarrilar el rumbo. Se puso el equipo al hombro y marcó el gol que metió al “santo” en el Nonagonal Final del Argentino A. “Fue especial para mí, por varios motivos”, confiesa “Ratón”, en charla con LG Deportiva, sobre ese guiño del destino que apareció para darle algo de tranquilidad. “Por el inconveniente que había tenido con la CD y sobre todo porque hacía mucho que no convertía, ese gol fue como sacarme una mochila de mil kilos. Además fue importante para mantener las aspiraciones que tenemos como grupo”, explica.
Ibáñez nunca le esquiva al bulto. En las buenas y en las malas da la cara y enfrenta los micrófonos. Nunca se calla. Por eso, el gol fue un bálsamo para calmar dolores, se descarga. “Me sentía en deuda con el hincha”, jura el ídolo y al toque agrega detalles. “El cariño que siempre me brindó es impagable. Por eso, marcar ese gol fue una alegría enorme. Igual, sé que debo seguir trabajando y aportando a la causa”, revela.
Esa causa es el ascenso a la B Nacional, objetivo ineludible de un grupo que no escatima en esfuerzos. Lograr el ascenso es casi una necesidad, y más para Ibáñez, al que la herida del descenso hace casi tres años no parece haber cicatrizado. “Me vuelvo loco con la idea de lograr otro ascenso con esta camiseta. Quiero devolver al club al lugar que nunca debió dejar y me voy a matar para poder concretar ese sueño”, afirma el hombre que hoy deberá ser pieza clave ante la CAI.
Muchos golpes y pocas alegrías. Así puede definirse los últimos años de “Ratón” en Bolívar y Pellegrini. Por eso, el delantero quiere reencontrarse con el verdadero Ibáñez, ese que fue importante en los ascensos de años anteriores y el que se ganó el corazón de todos en La Ciudadela. “Dios quiera que en esta etapa pueda recuperar mi mejor nivel. Eso es algo que me quita el sueño”, dice y manda un flechazo al corazón de todos los “santo”. “San Martín me dio mucho y yo siempre me brindé por esta camiseta. Siempre dije que me gustaría retirarme en este club. Sería algo hermoso poder hacerlo con toda la gloria. Eso sí, dentro de unos años, ja”, ríe con ganas.
San Martín, su San Martín, está a horas de dar el primer paso de una etapa clave. Ibáñez lo sabe y resalta los puntos que deben cumplirse para llegar a buen puerto. “Si nos hacemos fuertes en casa vamos a ser firmes candidatos. No podemos darnos el lujo de perder puntos acá. Además tenemos que mantener el nivel que venimos mostrando afuera”, explica el delantero y hace notar algo lógico. “San Martín es el más grande de la categoría, pero debemos hacer valer eso a la hora de jugar”.
El ascenso golpea las puertas y “Ratón” se pone nostálgico. “¿Te imaginás lo que sería festejar otro ascenso? Algo hermoso, inigualable. Poder abrazarse con toda la gente, copar las calles de la ciudad. Un sueño”, imagina el ídolo.
-¿Te imaginás con un gol tuyo?
- Con tal de ascender que al gol lo haga (Pedro) Chambilla, ja, ja, ja.
Como buen ídolo, se dio cuenta de lo que hacía falta para encarrilar el rumbo. Se puso el equipo al hombro y marcó el gol que metió al “santo” en el Nonagonal Final del Argentino A. “Fue especial para mí, por varios motivos”, confiesa “Ratón”, en charla con LG Deportiva, sobre ese guiño del destino que apareció para darle algo de tranquilidad. “Por el inconveniente que había tenido con la CD y sobre todo porque hacía mucho que no convertía, ese gol fue como sacarme una mochila de mil kilos. Además fue importante para mantener las aspiraciones que tenemos como grupo”, explica.
Ibáñez nunca le esquiva al bulto. En las buenas y en las malas da la cara y enfrenta los micrófonos. Nunca se calla. Por eso, el gol fue un bálsamo para calmar dolores, se descarga. “Me sentía en deuda con el hincha”, jura el ídolo y al toque agrega detalles. “El cariño que siempre me brindó es impagable. Por eso, marcar ese gol fue una alegría enorme. Igual, sé que debo seguir trabajando y aportando a la causa”, revela.
Esa causa es el ascenso a la B Nacional, objetivo ineludible de un grupo que no escatima en esfuerzos. Lograr el ascenso es casi una necesidad, y más para Ibáñez, al que la herida del descenso hace casi tres años no parece haber cicatrizado. “Me vuelvo loco con la idea de lograr otro ascenso con esta camiseta. Quiero devolver al club al lugar que nunca debió dejar y me voy a matar para poder concretar ese sueño”, afirma el hombre que hoy deberá ser pieza clave ante la CAI.
Muchos golpes y pocas alegrías. Así puede definirse los últimos años de “Ratón” en Bolívar y Pellegrini. Por eso, el delantero quiere reencontrarse con el verdadero Ibáñez, ese que fue importante en los ascensos de años anteriores y el que se ganó el corazón de todos en La Ciudadela. “Dios quiera que en esta etapa pueda recuperar mi mejor nivel. Eso es algo que me quita el sueño”, dice y manda un flechazo al corazón de todos los “santo”. “San Martín me dio mucho y yo siempre me brindé por esta camiseta. Siempre dije que me gustaría retirarme en este club. Sería algo hermoso poder hacerlo con toda la gloria. Eso sí, dentro de unos años, ja”, ríe con ganas.
San Martín, su San Martín, está a horas de dar el primer paso de una etapa clave. Ibáñez lo sabe y resalta los puntos que deben cumplirse para llegar a buen puerto. “Si nos hacemos fuertes en casa vamos a ser firmes candidatos. No podemos darnos el lujo de perder puntos acá. Además tenemos que mantener el nivel que venimos mostrando afuera”, explica el delantero y hace notar algo lógico. “San Martín es el más grande de la categoría, pero debemos hacer valer eso a la hora de jugar”.
El ascenso golpea las puertas y “Ratón” se pone nostálgico. “¿Te imaginás lo que sería festejar otro ascenso? Algo hermoso, inigualable. Poder abrazarse con toda la gente, copar las calles de la ciudad. Un sueño”, imagina el ídolo.
-¿Te imaginás con un gol tuyo?
- Con tal de ascender que al gol lo haga (Pedro) Chambilla, ja, ja, ja.
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