Los Moumni volvieron a Francia convencidos de que a las turistas las mataron en la Quebrada

En los 40 días que estuvieron en Argentina, los familiares de Houria, una de las dos mujeres asesinadas en San Lorenzo en julio de 2011, se inclinaron por pensar que las jóvenes fueron atacadas el día que desaparecieron en el mismo lugar en el que fueron encontrados los cuerpos. El bajo perfil que tuvieron en las audiencias caracterizó su despedida de Argentina

REGRESO A CASA. Majid Moumni (de pantalón bordó) realiza el trámite de “check-in” en el aeropuerto de Salta, junto a sus padres y su hermano. foto de Marcelo Miller-especial para la gaceta REGRESO A CASA. Majid Moumni (de pantalón bordó) realiza el trámite de “check-in” en el aeropuerto de Salta, junto a sus padres y su hermano. foto de Marcelo Miller-especial para la gaceta
La vida nunca fue fácil para Lahoucine y Zohra Moumni. Siendo jóvenes se trasladaron a Francia desde su Marruecos natal, donde sufrieron el estigma de ser extranjeros. Ayer regresaron a París tras pasar 40 días en Salta, donde en julio de 2011 fue asesinada su hija mayor, Houria. Y aunque todavía les quedan dudas sobre cómo ocurrió el crimen, están cada vez más convencidos de que los tres hombres que están acusados tuvieron alguna participación en el hecho.

El matrimonio musulmán llegó a Salta un par de días antes del 25 de marzo, cuando comenzó el juicio oral contra Gustavo Lasi, Santos Clemente Vera y Daniel Vilte Laxi. Junto a ellos viajó Fadil Moumni, su segundo hijo. Una semana más tarde se sumó Majid, el único que habla castellano.

Durante las audiencias del debate oral, los Moumni se caracterizaron por su perfil bajo. Para evitar especulaciones, firmaron un comunicado de prensa en el que explicaron que no se quedaban hasta la sentencia por sus compromisos laborales. LA GACETA reconstruyó parte de la historia de la familia, a través de los relatos de sus abogados y de personal del “Servicio de Asistencia a la Víctima” que los acompañó durante su estadía en Argentina.

Por televisión

Houria era la hija mayor del matrimonio. La joven se había especializado en estudios sobre sociedades de América latina y había obtenido una beca para estudiar en Argentina. En junio de 2011 estuvo participando de un seminario en Buenos Aires, donde se encontró con su compañera Cassandre Bouvier.

Cuando el evento académico finalizó, las jóvenes decidieron viajar al norte. Llegaron a Salta el 12 de julio y se alojaron en el “Hostal del Cerro”. El 15 de julio Houria se comunicó por última vez con su familia. Llamó por teléfono a su madre, quien no logró atender, y finalmente le envió un mensaje a su hermano Fadil, pidiéndole que le depositen dinero en la cuenta.

El sábado 30 de julio de 2011, los Moumni se enteraron por un noticiero francés que habían encontrado los cuerpos de Houria y de Cassandre en el “mirador” de la Quebrada de San Lorenzo. La difícil tarea de reconocer a la víctima fue encarada por Fadil y Majid, quienes se quebraron al ver a su hermana, según contó el entonces juez de Instrucción Martín Pérez, quien presenció el duro momento.

Zohra

Desde que comenzó el juicio oral, Zohra asistió a todas las audiencias con el “hiyab” (velo islámico) en su cabeza. Además, usó siempre vestidos largos y anchos y pantalones. Sus abogados Federico Rodríguez Spuch y Nicolás Ortiz contaron que la primera preocupación de la mujer fue dejar en claro que su hija “no estaba en nada raro”. “Cuando declaró en el juicio, dijo que Houria no era una terrorista. Para ella era muy importante que entendieran eso”, relató Rodríguez Spuch.

En varias oportunidades del debate oral Zohra rompió en llanto, especialmente cuando nombraban a su hija. En la inspección ocular que se realizó en el “mirador” de la Quebrada, le gritó a su marido: “aquí las atacaron y allá las mataron”, señalando hacia el lugar en el que se encontraron los cuerpos.

Al igual que el resto de su familia, Zohra está segura de que las chicas no salieron del paseo turístico de San Lorenzo, y que las atacaron en el mismo lugar donde las hallaron, según contaron personas que estuvieron con ellos en Salta.

Zohra trabaja en su casa como niñera cuidando cinco niños. “Se le iluminaba la cara cuando hablaba de ellos”, comentó un allegado a la familia.

Lahoucine

El padre de Houria, en tanto, estaba muy orgulloso de su hija. Pidió que se incorporara al expediente todo el historial académico de la joven. Es el que más dudas tiene de la hipótesis del juez Pérez, pero se mostró confiado con el desempeño de los jueces Ángel Longarte, Carlos Pucheta y Bernardo Ruiz. Se jubiló como empleado de una empresa francesa.

Los hermanos

Fadil no es amigo de la prensa. Se escondía cuando se daba cuenta de que intentaban fotografiarlo. Durante su estadía en Salta tuvo una buena relación con Aliénor Bouvier, la hermana de Cassandre. A una audiencia llegó con la camiseta de fútbol del seleccionado argentino. Quería mostrar que no tenía nada en contra de los argentinos y de los salteños, según le confió a una de las personas que lo acompañó en estos 40 días. Trabaja como camillero en un servicio de urgencias de Francia y hoy debía regresar a trabajar.

Majid, en tanto, es el más chico de los tres hermanos y estudia en una escuela de negocios de París, y trabaja en un banco de esa ciudad. Desde que llegó, fue la voz de la familia porque es el único que entiende el idioma.

Esa situación se pudo percibir el miércoles a la mañana en el aeropuerto, cuando fue el encargado de realizar el check-in de la familia. Llegaron unos minutos antes de las 8, vestidos con ropa deportiva, y aguardaron en los asientos del primer piso el momento de abordar el avión.

La postal fue distinta a cuando los hermanos habían venido a reconocer los cuerpos. En esa oportunidad, les habían cedido la sala VIP, asediados por la prensa, contaron periodistas que cubrieron ese hecho. Esta vez sólo estaba LA GACETA despidiéndolos, y si no fuera por el atuendo de Zohra, habrían pasado completamente desapercibidos en su despedida de Salta, donde se sigue juzgando a los acusados de haber violado y matado a Houria y Cassandre.

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