Por Gustavo Rodríguez
10 Julio 2014
El sábado 20 de septiembre de 2008, Jorge “Topo” López pisó suelo tucumano. Había llegado a esta provincia con dos misiones: cubrir el duelo San Martín-River para el diario Olé y descubrir si las empanadas que se hacen en nuestra provincia son tan buenas como le habían dicho los colegas de todos los medios.
“’Tucu’, lo único que quiero hacer hoy es comer bien”, fueron las primeras palabras que salieron de su boca. Prefirió llegar caminando hasta la parrillada de Barrio Norte para conocer parte de la ciudad. Después de haberse maravillado con lo que vio en el recorrido, gozó comiendo media docena de empanadas y una tira de asado. Por la noche, un minitour por los bares de la zona de la plaza Urquiza fue suficiente para que se terminara de enamorar de la ciudad.
El “Topo” había llegado a Tucumán a ver un triunfo de River. Pero ni bien se terminó de acomodar en la platea de La Ciudadela, quedó cautivado por la pasión de los simpatizantes “santos”, y su opinión cambió radicalmente al escuchar el incesante aliento. Renegó e insultó por la bandera hiriente en contra de Diego Simeone -uno de los amigos que le dejó el fútbol- y aplaudió el triunfo del equipo de Carlos Roldán. Así de simple y pasional era este joven periodista que no podrá cumplir su promesa de volver a su Tucumán querido.
“’Tucu’, lo único que quiero hacer hoy es comer bien”, fueron las primeras palabras que salieron de su boca. Prefirió llegar caminando hasta la parrillada de Barrio Norte para conocer parte de la ciudad. Después de haberse maravillado con lo que vio en el recorrido, gozó comiendo media docena de empanadas y una tira de asado. Por la noche, un minitour por los bares de la zona de la plaza Urquiza fue suficiente para que se terminara de enamorar de la ciudad.
El “Topo” había llegado a Tucumán a ver un triunfo de River. Pero ni bien se terminó de acomodar en la platea de La Ciudadela, quedó cautivado por la pasión de los simpatizantes “santos”, y su opinión cambió radicalmente al escuchar el incesante aliento. Renegó e insultó por la bandera hiriente en contra de Diego Simeone -uno de los amigos que le dejó el fútbol- y aplaudió el triunfo del equipo de Carlos Roldán. Así de simple y pasional era este joven periodista que no podrá cumplir su promesa de volver a su Tucumán querido.