15 Noviembre 2014
BAJO SU MIRADA. El fiscal Herrera observa desde una de las salidas de su despacho el operativo por el cual Rigourd quedó detenido en Tribunales. la gaceta / foto de antonio ferroni
En una pequeña habitación de la Unidad IX del penal de Villa Urquiza, conocida como de “máxima seguridad”, Jorge Alejandro Rigourd pasa sus días desde el jueves a la noche, cuando la jueza Mirta Lenis de Vera otorgó la detención que había solicitado el fiscal Guillermo Herrera contra el financista, acusado por defraudación reiterada.
El lugar de alojamiento de Rigourd obedecería a dos motivos. Por un lado, la superpoblación del penal dejaba pocos lugares disponibles para que cumpla su detención. Por otro, en la unidad IX no debe compartir celda con otros reos, y se encuentra aislado, según comentaron fuentes tribunalicias.
Herrera intervino en la causa luego de la denuncia que realizó un grupo de ahorristas, quienes afirmaron que no podían obtener el reintegro de su dinero. El jueves a las 13 Rigourd llegó a tribunales acompañado por su abogado Arnaldo Ahumada, y declaró durante más de siete horas.
El fiscal le detalló los 22 casos por los que estaba acusado, y Rigourd se defendió de cada uno de ellos, reconociendo las deudas, pero asegurando que se había tratado de un retardo en los pagos.
Sin embargo, fuentes judiciales manifestaron que las denuncias en contra del financista llegarían al centenar, y los presuntos estafados serán citados desde el martes para que ratifiquen sus presentaciones.
Entre las nuevas denuncias que pesan en contra de Rigourd está la del abogado Mario Leiva Haro, quien se presentó como víctima del financista, y también en representación de otros dos supuestos defraudados.
Leiva Haro acusó a Rigourd por retención indebida de una suma de dinero, ya que le había entregado el efectivo en préstamo a través de un contrato de mutuo oneroso durante cierto tiempo, y que debía ser reintegrado con intereses. Sin embargo, cumplido el plazo convenido, la plata no fue reintegrada.
El abogado describió en su presentación que reclamó en varias oportunidades el dinero, y que incluso envió una carta documento. Leiva Haro acompañó su denuncia con la copia del contrato celebrado, de la carta documento, y de los mensajes de texto que intercambió con Rigourd y con otras dos personas de la financiera Cofin.
Según la explicación que brindaron fuentes tribunalicias, los contratos de mutuo oneroso serían una de las modalidades con las que operaba la financiera.
Los otros casos (que serían la mayoría de los que realizaron la denuncia hasta ahora) habrían consistido en la entrega de una suma de dinero para ser invertida generalmente en operaciones inmobiliarias. En estos casos, las promesas de devolución del dinero con los intereses pactados suelen tener plazos más amplios.
Herrera utilizaría los 10 días hábiles con los que cuenta para decidir si solicita o no la prisión preventiva del financista. Durante ese lapso, deberá determinar cuál es la situación de cada uno de los denunciantes, y si hubo estafa, retención indebida, u algún otro delito, como asociación ilícita. Si avanza con este último delito, podría haber más imputados, revelaron fuentes del Ministerio Público.
Nerviosismo en la City
El caso Cofin generó dudas y una avalancha de consultas en la City bancaria. Operadores de otras financieras y de sociedades de bolsa comentaron a LA GACETA que muchos clientes fueron a exigir explicaciones sobre la situación en la que se encontraban sus inversiones. Otros directamente pidieron retirar sus fondos.
Las mismas fuentes detallaron que para los ahorristas del mercado financiero no bancario era conocido el caso Cofin, pero que confiaban en que era un problema transitorio, que iba camino a solucionarse. Sin embargo, el largo período del conflicto (hay ahorristas que hace un año no podían recuperar su dinero, según las denuncias que hay en la Justicia) y los allanamientos que realizó Herrera provocó una “minicorrida” entre los otros jugadores del mercado financiero tucumano.
El conflicto
1- El rumor sobre los problemas financieros de Cofin recorre la City desde fines del año pasado, pero no se había “judicializado”.
2- El fiscal Guillermo Herrera realizó sendos allanamientos en dos oficinas ligadas a Cofin y pidió la detención del financista Jorge Rigourd.
3- Rigourd se presentó el jueves a declarar. Prometió explicar lo sucedido y solucionar los problemas, pero quedó detenido.
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